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Europa se blinda ante el avance de las variantes del nuevo Covid

Los países imponen nuevas restricciones para poder contener los contagios de las nuevas cepas. Portugal es el país más afectado y advierten que está al borde del colapso sanitario por la cantidad de casos positivos.

Lunes, 01 de febrero de 2021 01:04

A la espera de que la vacunación tome impulso, Alemania prohibió desde ayer el ingreso de personas de zonas afectadas por las nuevas cepas del coronavirus y Francia cerrará desde hoy sus fronteras a los países que no sean de la Unión Europea (UE), como medidas para luchar contra la pandemia que dejó ya más 102 millones de contagios y 2,2 millones de fallecidos en todo el mundo.

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A la espera de que la vacunación tome impulso, Alemania prohibió desde ayer el ingreso de personas de zonas afectadas por las nuevas cepas del coronavirus y Francia cerrará desde hoy sus fronteras a los países que no sean de la Unión Europea (UE), como medidas para luchar contra la pandemia que dejó ya más 102 millones de contagios y 2,2 millones de fallecidos en todo el mundo.

Los viajeros provenientes del Reino Unido, Irlanda, Portugal, Brasil y Sudáfrica tienen desde hoy vetada la entrada a Alemania, donde si bien las infecciones están disminuyendo, la canciller Angela Merkel destacó el peligro "muy real" que suponen las mutaciones altamente contagiosas imperantes en esos países.

La iniciativa se suma una serie de restricciones -como el cierre casi total de los comercios y la suspensión de clases presenciales- vigentes en el país al menos hasta el 14 de febrero.

Un paso más allá decidió dar Francia, que a partir de mañana cerrará sus fronteras con los países exteriores al bloque europeo "salvo motivo imperioso" y, a nivel nacional, cerrará las grandes superficies comerciales no alimentarias, en un intento de evitar un tercer confinamiento en el país.

Europa, con más de 731.000 decesos, es la región del mundo que suma más muertes por el virus, y la mayoría de sus países está reforzando sus medidas para frenar la propagación de las variantes detectadas en el Reino Unido, Sudáfrica y la Amazonía brasileña.

Ayuda a Portugal

Mientras Austria y Alemania intentan contener su propia segunda ola de coronavirus, ayer anunciaron que enviarán ayuda a Portugal, uno de los países europeos más afectados por la pandemia, en un frente común para evitar un colapso sanitario en el país vecino.

En tanto, Italia decidió aliviar sus medidas en 16 regiones, Roma incluida, y Bruselas batalla contra las manifestaciones que, siguiendo el modelo de sus vecinos neerlandeses, exigen el fin del endurecimiento de las restricciones.

Pero en ninguno de esos países, el temor a un colapso sanitario es tan fuerte como en Portugal.

Allí, la pandemia no da tregua y en las últimas semanas los casos repuntaron, lo que llevó a las autoridades a endurecer las restricciones.

Ayer el país registró 12.435 nuevos casos y 293 muertes, y tiene el promedio móvil de siete días de casos y muertes per cápita más alto del mundo. Con una población de unos diez millones de habitantes, Portugal acumula desde marzo del año pasado 711.018 contagios y 12.179 muertes.

La provisión de vacunas, el nuevo frente de batalla

La provisión de vacunas contra el coronavirus se convirtió en el nuevo frente de batalla entre la Unión Europa y el Reino Unido, en una áspera controversia que tiene en el centro al laboratorio AstraZeneca, acusado de desviar a Londres dosis que debían llegar a los países del bloque. Los funcionarios europeos acusaron a la farmacéutica anglo-sueca de suministrar solamente una cuarta parte de las dosis que había prometido para el primer trimestre de 2021 y divulgaron partes del contrato que compromete a las dos fábricas que tiene la empresa en el Reino Unido “a contribuir al esfuerzo” para entregar el fármaco.

Ante las acusaciones por presunto incumplimiento con la provisión de hasta 400 millones de dosis, el CEO del laboratorio, Pascal Soriot, precisó que los contratos no preveían “un compromiso” sobre la provisión de vacunas. En el trasfondo de esta disputa está una de las cartas fuertes que usa el primer ministro británico Boris Johnson para elogiar al Brexit por el que tanto militó: la campaña de inmunización va a un ritmo acelerado con casi 7,5 millones de habitantes que recibieron al menos la primera dosis, mientras que Francia esa cifra no llega a 1,2 millones y en Alemania a 1,8. El Reino Unido fue el primer país en Occidente en aprobar y administrar la vacuna de Pfizer/BioNtech y posteriormente avaló la de AstraZeneca y la de Moderna, mientras que en la UE este proceso se está dando más lento ya que la autorización depende de la Agencia Europea de Medicamentos.

Pese a esto, Nick Hopkinson, miembro del Movimiento Europeo del Reino Unido, una organización que promueve mantener lazos con el continente, negó que la campaña de vacunación sea un argumento fuerte a favor del Brexit. “Si ser un Estado soberano recientemente independiente influyó positivamente en nuestro desempeño ante la pandemia, entonces este factor también debería ser responsable de que el Reino Unido tenga la tasa de mortalidad por Covid-19 más alta del mundo”, indicó. “El nacionalismo de las vacunas puede funcionar bien en casa, pero se demostró que el Reino Unido pudo acelerar la autorización de la vacuna Pfizer bajo las reglas de la UE y las vacunas fueron desarrolladas por fuerzas laborales multinacionales”, argumentó.