Sin dudas que dos de los sectores económicos más golpeados por la pandemia fue el de la hotelería y gastronomía. Es así que en Jujuy el año pasado esos rubros dejaron alrededor de unos trescientos trabajadores despedidos, mientras que otros ciento cincuenta se encontraban trabajando en negro, según señaló a este diario Juan Carlos Martínez, titular de la Unión de Trabajadores Gastronómicos y Hoteleros de la República Argentina (Utghra), Seccional Jujuy.
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Sin dudas que dos de los sectores económicos más golpeados por la pandemia fue el de la hotelería y gastronomía. Es así que en Jujuy el año pasado esos rubros dejaron alrededor de unos trescientos trabajadores despedidos, mientras que otros ciento cincuenta se encontraban trabajando en negro, según señaló a este diario Juan Carlos Martínez, titular de la Unión de Trabajadores Gastronómicos y Hoteleros de la República Argentina (Utghra), Seccional Jujuy.
"El turista que venga va a exigir seguridad sanitaria. Esto representa más inversión, mayor capacitación de trabajadores y empresarios".
"Muchos de los que aún tenían cierta seguridad laboral, sufren amenazas de despidos o son presionados por sus empleadores para que renuncien", agregó al desalentador panorama.
El gremialista indicó que "la esclavitud del siglo XXI es el trabajo irregular, y de la pandemia del Covid deviene la pandemia económica".
Señaló que en los últimos días del 2020 el rubro gastronómico tuvo cierto repunte "pero se debate entre el constante aumento inflacionario y de los precios, mientras que la actividad hotelera todavía está muy quedada".
Si bien dijo que hubo mejoras en ciertas etapas de diciembre y en algunos lugares de la provincia, como por ejemplo la Quebrada, en capital la ocupación hotelera no llegó a un 40%, por lo que "falta trabajar mucho para que esta ciudad sea el centro distributivo del turismo", expresó Martínez.
Por otra parte observó que "todos apostamos a la reactivación, pero lamentablemente se están viendo muy perjudicadas las fuentes laborales debido a que tenemos mucha especulación de algunos empresarios en el afán de querer despedir a sus trabajadores, o en hacerlos renunciar. Estamos teniendo desocupados que son cerca de trescientos compañeros que se han quedado sin fuentes de trabajo, y a ellos hay que sumarle por lo menos unos ciento cincuenta más que están trabajando en negro. Es muy preocupante la situación de nuestra actividad".
Detalló que "en esto tiene mucho que ver el tema de los protocolos porque al reducirse la capacidad de atención también se reduce el número de empleados. Tendría que haber una normativa o un diagrama para que trabaje la mayoría. Hay algunos casos donde digo que entra la especulación, porque algunos los hicieron trabajar pagándoles únicamente la ATP, y eso lo hizo el Estado nacional para garantizar el 50% del sueldo, pero la otra mitad la tendría que haber pagado la parte empresarial. Uno entiende que por la reducción de las mesas o de las plazas no se trabaja al 100%, pero lamentablemente siempre que hay una crisis se ajusta por el más débil, que es el trabajador", remarcó.
"También está costando la reactivación por la inflación y la suba en los servicios, y todos los aumentos lamentablemente se trasladan a las góndolas, la materia prima del sector gastronómico. Uno entiende a la parte empresarial, pero parece que acá no se entiende la necesidad del trabajador. Si la sufre el empresario, imagínese lo que está sufriendo el trabajador. Y si hay un trabajador en negro, desgraciadamente ese compañero está prácticamente a la deriva, y esa es la parte mala que tenemos, el trabajo irregular sin ningún tipo de aporte", apuntó el titular de Uthgra-Jujuy.
Agregó que "uno entiende que llevar adelante los protocolos significa una inversión de la parte empresarial, y también al trabajador, donde en algunos casos están trabajando muy bien y en otros desgraciadamente no están cumpliendo con los protocolos, pero todos tenemos que hacerlo. Esto va a ser una nueva forma de vida".
En ese aspecto denunció que "en algunos casos, hay quienes no cumplen con la disposición del distanciamiento, y hay establecimientos que llegan incluso a no respetar el cupo del 40 o 50% y están trabajando al 100% en gastronomía. En general no se respeta el distanciamiento, pero después con el tema inflacionario tenemos otra preocupación. Lamentablemente siguen subiendo los costos y el empresario se ha visto en la obligación de tratar de mantener los precios, pero no pasó esto en la Quebrada, tuvimos reclamos por los altos costos sobre todo de la gastronomía. Lo decimos porque hay gente que viene al sindicato a denunciar estas cosas porque somos una caja de resonancia de los servicios, de los precios, que aunque no corresponde que lo hagan acá, pero vienen".
Finalmente, Martínez se mostró optimista al decir que "todos tenemos la expectativa de que esto mejore, que está mejorando. Hay que tratar de mantenerse pero respetando a todos, al trabajador, al empresario, y por ahí de éstos últimos hay quejas por algunos controles. Está bien que se hagan pero vemos que Rentas o Afip intiman a empresarios que recién se están levantando".
"Estuvimos como tercer punto de referencia de interés turístico en diciembre, por lo que hay que trabajar en bioseguridad".