"Por fin se fue!", fue la frase más escuchada desde la hora cero del 1 de Enero. Lo dejamos ir, lo empujamos, lo desechamos y lo repudiamos como a ningún otro. Así expresamos la despedida de un año que se recordará en todo el planeta como un tiempo aciago. A nosotros, mirando con ojos jujeños, nos interesa ahora saber si habremos podido aprender algo después de tanto miedo y dolor acumulados. Al fin y al cabo, lo único que ocurrió es el cambio de almanaque, de un jueves a un viernes. La línea de tiempo va sin solución de continuidad y si el contenido del tiempo que viene no lo cambiamos nosotros, nada cambiará. Repasemos:
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"Por fin se fue!", fue la frase más escuchada desde la hora cero del 1 de Enero. Lo dejamos ir, lo empujamos, lo desechamos y lo repudiamos como a ningún otro. Así expresamos la despedida de un año que se recordará en todo el planeta como un tiempo aciago. A nosotros, mirando con ojos jujeños, nos interesa ahora saber si habremos podido aprender algo después de tanto miedo y dolor acumulados. Al fin y al cabo, lo único que ocurrió es el cambio de almanaque, de un jueves a un viernes. La línea de tiempo va sin solución de continuidad y si el contenido del tiempo que viene no lo cambiamos nosotros, nada cambiará. Repasemos:
La salud tambaleó en todos lados. El Covid-19 desnudó falencias agudas, imprevisión, y muchas improvisaciones. Pero hubo algo peor: el intento siniestro e inocultable del aprovechamiento político de la pandemia. Cada decisión, cada ocurrencia se presentaba como la creación de un grupo de iluminados autoerigidos en escuderos de la vida y con igual empeño eran destrozadas desde la vereda de enfrente. Los resultados quedaron a la vista: se cuidó la vida ineficazmente, como se pudo, al tanteo, con más voluntad y sacrificio de los gladiadores trabajadores de la salud, que conocimientos y requipamientos sólidos.
Para agregar dramatismo a las justificaciones que desprotegían la producción y el trabajo se usó el slogan "vida antes que economía, la vida no se recupera, pero la economía si". De lo primero ya conocemos el resultado, para lo segundo, comienza hoy mismo la dura tarea de demostrar que de esta situación casi de posguerra, podremos salir con decoro. Mientras todo esto ocurría, la estructura política y social siguió siendo el blanco del desinterés de las dirigencias, empecinadas en ensanchar y profundizar la grieta que parte a la Nación. Y esto ocurre, porque para alguien, o para muchos, la grieta sigue siendo un pingue negocio.
Seguimos repasando. Los últimos acontecimientos son ejemplos: se aprobó la Ley que permite la interrupción legal del embarazo. En el país del Papa, mayoritariamente católico, el Congreso le torció el brazo al pensamiento cristiano. Sería bueno desde el momento en que surgió de un debate democrático que además, generó derechos modernos y seguridades sanitarias a la mujer. Pero el propio colectivo "ganador", no pudo asumir esa victoria con madurez, y hoy siguen refregando la nueva Ley sobre las heridas de los "perdedores" como otro triunfo de un lado de la grieta. Minimizaron de tal manera la conquista, que la redujeron al grupo de cortinas de humo que esconden otros lados oscuros de la realidad.
Los legisladores que nos representan a los jujeños ofrecieron tema para pensar: Los radicales Silvia Giacoppo y Mario Fiad votaron en contra, Guillermo Snopek en el ardiente momento de la definición, no sólo se abstuvo, contrariando opiniones anteriores, sino que ante el asombro de sus pares, propuso con insólita extemporaneidad una consulta popular sobre el tema. Otro acontecimiento notable fue la aprobación en la Cámara baja de la nueva movilidad jubilatoria. Aquí los oficialistas jujeños -Carolina Moisés, Julio Ferreyra y José Martiarena- acompañaron el proyecto, los opositores Jorge Rizzotti (UCR) y Osmar Monaldi (PRO) lo rechazaron. No dejó de llamar la atención la ausencia de Gaby Burgos (UCR).
La curiosa voltereta legislativa -en el gobierno de Macri todos votaron exactamente lo contrario- casi no despertó asombro de la gente, que también creyó confirmar que el Parlamento, a veces, se enfrasca en temas tan lejanos y ajenos a la agenda urgente del pueblo, que genera pocos comentarios. Diciembre, que es generalmente un mes crítico, pasó relativamente tranquilo, más allá de los reclamos en las calles de gremios y agrupaciones sociales.
Los últimos subsidios del año, y la postergación de los aumentos de servicios congelados hace un año, ayudaron a evitar conflictos mayores. Así se sigue pateando la pelota hasta el límite, donde un enorme paredón de hormigón ciclópeo recordará drásticamente que se estuvieron comprimiendo los resortes que de una u otra forma, se escaparán peligrosamente hacia cualquier lado. Llegaron las vacunas rusas. Sin información cierta y convincente ni de su elaboración ni resultados probados. Pero tampoco hay razones para dudar la calidad y la eficacia de los laboratorios rusos que juegan su prestigio detrás de la Sputnik. En Argentina y en Jujuy, la vacuna obviamente se transformó en "carne de grieta".
En tanto, el rebrote de la primera fase de la pandemia ya está entre nosotros, tal como lo advertía desde hace semanas el ministro de Salud Gustavo Bouhid, quien es hoy una de las víctimas del mismo. Y sobrevuela la llegada de un segundo impacto que amenaza ser más potente. Pero la gente, por el hartazgo de los encierros, el hastío de los magros resultados y la urgencia de recuperar algo de la normalidad del trabajo, está en las calles desafiando con alto grado de irresponsabilidad y negligencia a la letal enfermedad. Las autoridades hasta analizan un toque de queda, medida complicada y extrema, que implicaría a sacar a la calle a las fuerzas armadas, seguramente despertando memorias indeseadas en gran parte de la ciudadanía.
La Justicia Federal intentó livia namente quedar equidistante de los empujones de los lados de la grieta y repartió decisiones intentando conformar a ambos sin lograrlo. Nadie está completamente convencido del equilibrio que pretende mostrar. En la Justicia Provincial se afirmaron sus "simpatías" con el gobierno. El desembarco de Ekel Meyer en el Superior Tribunal de Justicia y la llegada a la presidencia del cuerpo de Federico Otaola, ambos ultra radicales y amigos dilectos del Gobernador, no dejan margen a pensar otra cosa. Sólo queda confiar en que el "Piso 10" obrará conforme a estricto derecho ante cada proceso que llegue a su decisión. La figura de Milagro Amalia Ángela Sala Leyton de Noro, en prisión domiciliaria, cada día cobra mayor intensidad a través de sus reclamos -que llegaron a mojar le oreja al mismísmo Presidente de la Nación, ("llevo un año presa con el gobierno de Alberto" dixit)- se convierte en un ícono de la lucha judicial que no cesa y que cuenta con el respaldo poderoso de la Vicepresidencia y La Cámpora en sus quejas.
Repasamos para un primer lunes del año, sólo algunos de los temas que nos ocuparon en el 2020 (hay tantos más!). Queda la sensación de que si en este 2021 (para colmo un año electoral!) tendremos que seguir ocupándonos de los mismos, es que no hemos aprendido nada. Que aún no maduramos para aprender a mirar hacia adelante, y a cerrar la grieta que nos denigra como sociedad y nos atrasa como pueblo. Ojalá podamos aprovechar la experiencia y rescatar cosas positivas, porque nunca todo, es del todo malo.