Como cada domingo de octubre una multitud peregrinó desde distintos puntos de la provincia en dirección al santuario de la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya.
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Como cada domingo de octubre una multitud peregrinó desde distintos puntos de la provincia en dirección al santuario de la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya.
El lema de este tercer domingo fue "Por una Iglesia Sinodal: comunión, participación y misión", realizándose la apertura diocesana del Sínodo de Obispos.
Las misas estuvieron dedicadas a los enfermos y la bendición a las madres, coincidentemente con la celebración de su día, pudiéndose ver la presencia de miles de mujeres que concurrieron hasta el santuario para agradecer la gracia concedida por la patrona de todos los jujeños.
El obispo de la Diócesis de Jujuy, monseñor César Daniel Fernández, luego de la lectura del Santo Evangelio brindó su reflexión invitando a todos los jujeños a ser partícipes de la iglesia de Dios y a brindar amor y servicio por el prójimo.
"Seamos como Jesús que sabía que enfrentaba la prueba de amor más grande que hizo por cada uno de nosotros, y fue dar su vida en la cruz para brindarnos a nosotros la vida eterna", afirmó monseñor Fernández, agregando que "nosotros, los cristianos, vivimos nuestra vida cuando damos la vida por los demás".
"Por amor se es capaz de dar la vida por el otro y esa es la lógica del amor cristiano. Jesús les enseñó a sus discípulos con infinita paciencia, así es como Él día a día nos enseña que servir a nuestros hermanos es amar y entregarse por completo", dijo el obispo.
"Servir es amar y entregarse"
"Servir es amar y servir es entregarse y que se empieza a servir como lo hizo Jesús dando ejemplo al lavar en la última cena los sucios pies de sus apóstoles, haciendo el trabajo de esclavo por ellos", para remarcar Fernández diciendo: "Como lo hace por nosotros cada vez que el Señor se abaja a mirar nuestra vida para ver cómo puede animarnos a vivir cada día mejor".
Al dirigirse a los peregrinos presentes y a quienes siguieron la santa misa a través de El Tribuno de Jujuy, monseñor Fernández indicó: "En ellos y a ellos, los apóstoles, enseña a su iglesia el camino del servicio, el camino del amor", para aclarar que "en esto vamos en este sínodo del cual sentirán hablar a lo largo de estos casi tres años, no es algo que va a pasar de puertas para adentro, no es una reunión que se busca sea entre algunos elegidos, sino que es la voz del pueblo de Dios, de todos ustedes, los que desde hoy y como lo hizo el papa Francisco el fin de semana pasado los invito y los quiero comprometer a hacer sentir su voz".
Pidió además en su alocución que no somos ni debemos ser "ovejas mudas en la iglesia de Dios, ni ser sujetos pasivos, porque tenemos mucho para dar, mucho que decir". El obispo instó "a servir y amar al prójimo porque tenemos mucho que aportar, porque Dios no es tacaño y a cada uno de ustedes, miembros del pueblo de Dios, el nos llenó de bienes espirituales para la construcción de su iglesia".
Concluido el oficio religioso miembros del Equipo Diocesano de Sínodo hicieron entrega de los sobres conteniendo las consignas del mismo a los representantes de las diferentes iglesias y parroquias jujeñas.
Sentido homenaje a las madres fallecidas por Covid-19
Al finalizar la misa central, en diálogo con El Tribuno de Jujuy, el obispo Fernández expresó su alegría por haber podido realizar la celebración con la presencia de los fieles en el lugar.
Al inicio de la misa central oficiada por el obispo de Jujuy, monseñor César Daniel Fernández, mujeres integrantes de la Comisión Diocesana de Jujuy ofrendaron un corazón confeccionado con rosas rojas en alusión al Día de la Madre "rogando por las madres que han partido en tiempo de pandemia", y para pedir por las madres presentes en el lugar, al que le agregaron un rosario.
El pastor de la iglesia jujeña también hizo referencia "al camino que comenzamos a transitar al realizarse la apertura diocesana del Sínodo y junto con la gente vamos sembrando a nuestro paso el Evangelio y mostrando la vida de Dios a través de las obras del amor.
A partir de ahora las comunidades comienzan con el mecanismo de escucha de participación, viendo lo que nos impide caminar juntos como pueblo de Dios, lo que nos impide evangelizar mejor y llevar la palabra de Dios a los demás y a partir de allí seguir construyendo la iglesia del pueblo de Dios", remarcó.