Una joven estudiante fue agredida por una compañera de colegio que, en compañía de otras tres mujeres, la siguió hasta una parada de remís para amenazarla y luego golpearla hasta dejarla ensangrentada. La joven herida pudo escapar de su agresora para retornar al colegio y contarles a las autoridades lo sucedido. El violento episodio tuvo lugar al inicio de la semana en la ciudad tabacalera de Perico.
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Una joven estudiante fue agredida por una compañera de colegio que, en compañía de otras tres mujeres, la siguió hasta una parada de remís para amenazarla y luego golpearla hasta dejarla ensangrentada. La joven herida pudo escapar de su agresora para retornar al colegio y contarles a las autoridades lo sucedido. El violento episodio tuvo lugar al inicio de la semana en la ciudad tabacalera de Perico.
La víctima junto a su mamá, se dirigió al hospital "Arturo Zabala" de la ciudad de Perico, donde constataron las heridas que recibió.
Si bien todo se mantiene bajo un estricto secreto en plena etapa investigativa, fuentes que fueron consultadas por nuestro diario dan cuenta que el hecho fue protagonizado por dos estudiantes que concurren a un establecimiento nocturno de la mencionada ciudad y otras tres mujeres, que aún no están identificadas. Cuando la víctima de la agresión salió de su turno, alrededor de las 22.20, y se dirigió hasta una remisería para abordar un vehículo que la lleve a su casa, fue seguida por unas cuatro mujeres entre las que se encontraba su compañera de curso.
En la intersección de las calles Bustamante y avenida Italia, la joven fue interceptada por estas personas, donde fue su compañera de curso la que avanzó sobre ella, mientras que las otras mujeres a fin de intimidarla le dijeron: "Si te defendés, entre todas te vamos a agarrar". Ante esta situación, la estudiante solamente permitió que su compañera la golpeara, temiendo que la golpiza fuera peor si es que se defendía e intervenían las otras mujeres que se encontraban siguiendo atentamente la situación.
De todos modos, la joven logró escapar de la agresión y buscó refugio en su establecimiento donde por fortuna se encontraban la directora y una de las porteras, quienes observaron el estado ensangrentado en que llegó la estudiante.
En compañía de estas personas llegó hasta la parada de remís, donde pudo finalmente abordar el vehículo que la llevó hasta su domicilio, donde su progenitora tomó conocimiento de lo acontecido.