Tal como lo indica el calendario católico, hoy 1 de noviembre se conmemora a todos los Santos y mañana a los Fieles Difuntos. Se trata de una costumbre para honrar a las almas y recordar los gustos de quienes ya fallecieron.
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Tal como lo indica el calendario católico, hoy 1 de noviembre se conmemora a todos los Santos y mañana a los Fieles Difuntos. Se trata de una costumbre para honrar a las almas y recordar los gustos de quienes ya fallecieron.
De esta manera, miles de familias jujeñas, entre anoche y hoy, preparan las ofrendas y arman el altar para dar la bienvenida a las almas. Al día siguiente, 2 de noviembre, la familia se reúne para rezar, algunos visitan el cementerio para arreglar las tumbas y poner flores. También lo hacen para asistir a los oficios religiosos. En ese marco, hoy y mañana, habrá cuatro misas en las necrópolis capitalinas en los horarios de 8, 10, 16 y 18. Los cementerios Nuestra Señora del Rosario y El Salvador abrirán de 7 a 19.
Para conocer más de esta creencia popular, El Tribuno de Jujuy dialogó con el músico, poeta, recitador y escritor jujeño Fortunato Ramos quien inició relatando que, al ser un orador de la Quebrada, de un pequeño caserío llamado Coraya, conoce desde muy niño esta costumbre milenaria que conlleva un proceso profundo, de respeto y de silencio, en honor a todos los familiares fallecidos y también a gente vecina.
Recordó que en el interior de la provincia hay pequeños pueblos en donde esta costumbre se acentúa fuertemente y que las familias preparan con un mes de anticipación el homenaje, especialmente a las almas nuevas, es decir quienes fallecieron durante el presente año.
"Para los nuevos se hacen más cantidad de ofrendas y de distintas formas, por ejemplo, palomas, guaguas, escaleras, cruces o muñecos. Las ofrendas se hacen con harina de pan común y son cocinadas al horno, luego son colocadas en la mesa principal que es el despacho de las almas y cuando termina la ceremonia", dijo.
Continuó diciendo que esta celebración se inicia en la casa de la familia, desde el primero a la noche hasta el día dos, cuando algunas familias se reúnen y recuerdan anécdotas vividas en quien en vida fue tal persona. "Se coloca la mesa y se ubica en la pared el luto y se colocan las ofrendas sobre la mesa. Hay flores, plantines de ajo, todo lo que le gustaba al fallecido", resaltó.
El cantautor explicó que cuando el fallecido ha sido un niño, la costumbre indica que se debe poner en la mesa golosinas o frutas que le gustaba al pequeño, como a todas las almas de la familia. "El día 2, la gente se dirige al cementerio en honor a sus fallecidos y después de dedicarles a las almas el Padre Nuestro y Ave María, se procede a la entrega y el reparto de esas ofrendas", cerró el poeta Fortunato Ramos.
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