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Llegar, mantenerse o volver: ¿qué cuesta más?

Lunes, 08 de noviembre de 2021 01:03

Las campañas de las fuerzas políticas que desde Jujuy compiten por lugares en la Cámara baja, este domingo expondrá como nunca antes en una elección intermedia, cuánto les cuesta a los candidatos llegar al corazón y a la voluntad de la gente. Ocurre que en la consideración popular, el afecto, el respeto y hasta la admiración que en otros tiempos se sentía por la clase dirigente se ha ido esfumando lenta y sostenidamente, sin que se advierta en ella una reacción o un intento serio por recuperarlos.

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Las campañas de las fuerzas políticas que desde Jujuy compiten por lugares en la Cámara baja, este domingo expondrá como nunca antes en una elección intermedia, cuánto les cuesta a los candidatos llegar al corazón y a la voluntad de la gente. Ocurre que en la consideración popular, el afecto, el respeto y hasta la admiración que en otros tiempos se sentía por la clase dirigente se ha ido esfumando lenta y sostenidamente, sin que se advierta en ella una reacción o un intento serio por recuperarlos.

Y si lo hubo, está claro que no dio resultado, o al revés, terminó generando reacciones tales, que han crecido la "antipolítica" y la sensación de estar dirigidos por una "casta", que con anteojeras, sólo se esmera por resguardar su propio bienestar y su permanencia en las zonas de confort y privilegio. El "que se vayan todos" del 2001 fue la colosal advertencia que expresó el pueblo, pero tampoco sirvió: no sólo no se fue nadie, siguieron todos. La bajísima concurrencia a las últimas primarias fue un nuevo llamado de atención. Ojalá que esta vez, ocurra lo que se espera: que haya una muy buena cantidad de votantes y que los políticos den señales de haber recogido el guante y aprendido a leer la voluntad de la gente. En Jujuy, los radicales, los peronistas y la izquierda se encuadran en esta introducción, y hoy se esmeran por llegar, permanecer y volver.

La cuestión es llegar. Alejandro Vilca y Natalia Morales lo dicen con claridad: van por un milagro, por volver a hacer historia y -aún ya descartado de su fugaz paso por la Legislatura- pretenden mostrar que pueden llegar a mandar un diputado nacional a Buenos Aires. El pueblo los ha tratado bien en las urnas. Sus pares en el mundo de la política, muy mal en la vida diaria.

GUSTAVO BOHUID

En el parlamento jujeño los han ignorado, ninguneado y hasta humillado. Más de 150 proyectos jamás lograron su tratamiento, sus intentos de introducir modificaciones otros no fueron considerados, y ni siquiera se les permitió -sin ninguna explicación razonable- un reemplazo consensuado y legítimo dentro de su propio bloque. Su error, tal vez, haya sido la resistencia a compartir y consensuar temas con los "grandotes del barrio", que no todo lo que proponen ni está mal ni es "antipueblo". Pero la izquierda fue intolerante sin margen de negociación, creyó ver en cada acuerdo un renunciamiento y una traición en cada transigencia. A ello sumaron cierto desprecio por los símbolos patrios y un discurso que de tan cristalizado apareció tan démodée como desconcertante. Por eso, para Alejandro y Natalia será tan difícil llegar esta vez al Congreso. Además, como se dijo, enfrentan a los "pesos pesados de la cuadra", que no du darán en ir a chocarlos de frente para sacarlos de la cancha.

La cuestión es mantenerse. Gustavo Bouhid y Natalia Sarapura, los soldados de Gerardo, tras seis años agotadores, especialmente los dos últimos, deben estar reconociendo en la calle -lejos de los felices actos recargados de multitudes propias- que el humor de la gente y su voluntad de acompañar ya no son los del 2015 ni del 2017. Ni del 2019. Entre sus fortalezas está moverse a la sombra del GM, una figura cuya aceptación personal ha logrado sobrevivir a la baja de los índices de popularidad de su gobierno (hoy en un respetable 52% a favor contra un ascendiente 42,3% en contra), y vuelve a desafiar buscando seducir a los ausentes de septiembre y a los indecisos que aún perviven.

LEILA CHAHER

Los candidatos apuntalan la ambición presidencial del GM, para complementar los temas gruesos como Cauchari, Cannabis, obras escolares, litio y otros menores, que de tan reutilizados, hoy pasaron a ser asumidos como propiedad de todos los jujeños y no rinden como antes. Además, la muletilla, de "llevar la voz de Jujuy al Congreso", sólo tendrá efecto si la composición del Congreso cambia y si el kirchnerismo -en un giro copernicano- decidiera escuchar y acordar, en vez de radicalizarse. El "Bacha" y "Nati" cargan con la responsabilidad de ayudar a mantener una hegemonía radical por la que el GM y su círculo áulico esperaron -y sufrieron- durante décadas.

La cuestión es volver. Y tal vez, la más difícil para Leila Susana Chaher y Rodolfo Tecchi. De tener éxito, lograrían sin dudas, apoderarse de la llave que le permita al peronismo jujeño soñar con abrir las puertas de San Martín 450 para volver a entrar triunfantes en el 2023. Ella, diputada provincial, atacada desde afuera y desde adentro por militar y representar a La Cámpora, desechó la polémica estéril y se cargó al hombro su candidatura. Debe haber recorrido decenas de miles de kilómetros dentro de Jujuy gritando su esperanza de aportar el modesto poder de su diputacia al Frente de Todos en la Nación y al PJ en Jujuy.

Él, todavía rector de la Unju, mostró que su respuesta al llamado del PJ fue más fuerte que su antigua vocación de encabezar la lista y con humildad sumó su poder de fuego desde el ángulo de su proyección intelectual y académica, basado en la gestión de una Universidad que creció notablemente bajo su mando y en el reconocimiento que atesora -por segunda vez- como titular del Consejo de Rectores de las Universidades Nacionales.

ALEJANDRO VILCA

Pero, el "pero" más grande para ambos, es esquivar las quejas de la gente que ve un gobierno nacional errático (con imagen 62,3% negativa, contra 34,5% positiva en Jujuy), que persiste en viejas equivocaciones, que muestra un presidente entre confuso y ofuscado y una vicepresidenta ejerciendo el verdadero poder -sin piedad- desde el Senado y el Instituto Patria. Y, claro, Leila Susana y Rodolfo Alejandro, además de sus proyectos y sus sueños, no tienen demasiados argumentos para oponer a las quejas que los envuelven a ellos con más rigidez que a todos los demás candidatos: la falta de trabajo, los bajos ingresos, la inflación incontrolada, la corrupción y la inseguridad. Y los tramos de pandemia que amenazan volver.

En 6 días hablarán las urnas y como ya se sabe, "Vox populi, vox Dei", y aunque a veces el Dei se equivoque, se deberá aceptar el veredicto y seguir adelante con la esperanza como estandarte. Más allá de críticas y comentarios, sean las últimas líneas de esta columna para rendir un homenaje a Bacha Bouhid, Natalia Sarapura, Gaspar Santillán, Leila Susana Chaher, Rodolfo Tecchi, Mirna Abregú, Alejandro Vilca, Natalia Morales y Gastón Remy, soldados de la Democracia, y a todos aquellos militantes de base que con el corazón puesto en sus sueños, hacen política iluminados por el fuego de sus principios y su amor a una idea.