Las malas noticias siguen llegando desde el rodaje de "Rust", la película que se ganó los títulares de todo el mundo tras el fatal accidente protagonizado por Alec Baldwin, al asesinar a la directora de fotografía Halyna Hutchins. Ahora, un técnico de iluminación, identificado como Jason Miller, corre el riesgo de perder el brazo luego de ser picado por una araña venenosa en el set de filmación, ubicado en Nuevo México.
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Las malas noticias siguen llegando desde el rodaje de "Rust", la película que se ganó los títulares de todo el mundo tras el fatal accidente protagonizado por Alec Baldwin, al asesinar a la directora de fotografía Halyna Hutchins. Ahora, un técnico de iluminación, identificado como Jason Miller, corre el riesgo de perder el brazo luego de ser picado por una araña venenosa en el set de filmación, ubicado en Nuevo México.
Según informó plataforma de captación de fondos Just Giving Page, Miller fue mordido por una araña reclusa parda, nativa de América del Norte, que le provocó una infección de sangre y le generó una necrosis en la piel.
"Fue hospitalizado y sometido a múltiples operaciones durante días seguidos mientras los médicos hacen todo lo posible para detener la infección y evitar la amputación del brazo", indicó la web.
"Jason deberá recorrer un camino largo hacia la recuperación si el equipo médico logra salvarle el brazo. En el peor de los casos, perderá la extremidad superior, lo que será un evento devastador que afectará gravemente su vida y la de sus familiares", agregó el comunicado.
Se trata de una especie de araña que pertenece al género Loxosceles de la familia Sicariidae, que habita entre piedras, cúmulos de maderas o leña, y suele encontrarse en la regiones sur y medio oeste de Estados Unidos.
Tiene un color morado con café muy claro, y su aspecto es más bien pequeño (1,25 cm de largo), pero muy peligrosa. Para su identificación definitiva es imprescindible examinar los ojos. Ya que si bien la mayoría de las arañas tienen ocho ojos, las especies del género Loxosceles tienen seis.
El veneno de la araña reclusa parda produce una serie de síntomas conocido como Loxoscelismo, que se caracteriza por heridas necróticas a causa de las hemotoxinas encontradas en su veneno.
El loxoscelismo puede tener dos variantes: el cutáneo (que afecta las células y tejidos de la piel), y el visceral o sistémico (que sucede cuando el veneno entra en el torrente sanguíneo y es transportado a diferentes órganos del cuerpo, causando síntomas a nivel general). El 49% de las mordeduras no producen ningún tipo de síntoma, mientras que un 37% si terminan en heridas necróticas. El 14% restante de las mordeduras terminan en daño a nivel sistémico
La mayoría de las muertes por estas picaduras suceden en niños menores de 7 años y en personas con un sistema inmune débil.