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La copa parlante no tiene ningún espíritu escondido

Sabado, 11 de diciembre de 2021 01:02

Existen varios temas en Parapsicología que se conocen, a nivel popular, de manera confusa.

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Existen varios temas en Parapsicología que se conocen, a nivel popular, de manera confusa.

Uno de ellos es el caso del tablero ouija, cuya versión casera es el llamado vaso parlante o copa parlante. ¿Quién no hizo, alguna vez, la prueba del vaso parlante?

La mayoría de nosotros nos hemos maravillado observando cómo una copa se movía sola en torno de un abecedario, con "apenas" tener apoyado el dedo índice derecho de cada uno de los participantes.

Más precisamente suavemente apoyado sobre la base del vaso, puesto que este debe colocarse dado vuelta.

Algo similar ocurre con el tablero ouija, ampliamente difundido en Europa durante el auge del espiritismo.

Se trata de una tabla a la que se le dibujaron, en forma de abanico, todas las letras del abecedario.

Al pie, y en forma horizontal, se hallan los números del 0 al 9. También, en los extremos inferiores, las palabras "sí" y "no".

El consultante (puede ser más de uno) hace una pregunta en voz alta y, después, suavemente coloca la yema del dedo índice de su mano derecha sobre una pieza deslizante (lo que en la versión casera es el vaso puesto boca abajo.)

Esta pieza, que -precisamente se llama "ouija"- guiada por los espíritus de los muertos desencarnados -se dirá folclóricamente-, al desplazarse va marcando letras, las que una vez unidas suelen permitir armar frases breves y más o menos coherentes.

Hasta aquí cualquier escéptico afirmará -sin temor a ser desmentido científicamente- que son los mismos participantes quienes, inconscientemente, producen pequeña actividad muscular e impulsan la ouija o el vaso, al estar en contacto con los dedos.

Y eso es cierto

Porque de lo contrario los objetos se moverían solos sin necesidad de apoyar los dedos.

¿Acaso un espíritu requiere de ayuda humana para manifestarse?

¿Pero qué pensar cuando el vaso forma palabras y expresa cosas ignoradas por los participantes?

¿Acaso no es esta una demostración convincente de que algo, del Más Allá, ha intervenido?

No, sostenemos los parapsicólogos. Lo que pasa en estos casos es que, mediante los fenómenos extrasensoriales de clarividencia (conocimiento cierto y contemporáneo de información obtenida por intervención extrasensorial presente en cada uno de los seres humanos) y telepatía (captación extrasensorial, a distancia y sin que intervenga fuerza física conocida, de ideas, pensamientos o sentimientos presentes en la mente de otra persona), los protagonistas activos de la experiencia del vaso parlante tanto como los del tablero ouija obtienen un saber que, conscientemente, ignoraban.

Y ello es posible por dos motivos

Uno, que todos los seres humanos contamos con el factor parapsicológico aunque la mayoría lo utilice sólo en esporádicas ocasiones y lo tenga –digamos– aletargado por falta de práctica para manifestarlo con frecuencia.

La otra razón es que la preparación de hacer la pregunta al vaso parlante, constituye de por sí, un rito de concentración mental que favorece la producción de acontecimientos extrasensoriales, no únicamente entre quienes participan activamente, sino "así mismo" en las personas que rodean la experiencia, limitándose a mirarla.

Pero, por más que los participantes se concentren una y otra vez, se verá que ni la ouija, ni el vaso sufren desplazamiento alguno si no hay contacto físico con estos.

Mas, si "excepcionalmente" hubiera algún movimiento sin intervención humana aparente, tampoco en este caso debemos apelar a la explicación por los espíritus.

Se tratará, en cambio, del fenómeno parapsicológico que llamamos psikinesis, más conocido como psicokinesis o telekinesis.

Que es cuando el factor parapsíquico interviene modificando el mundo exterior sin que intervenga fuerza humana o externa conocida, alguna.

En realidad esta sí existe aunque la ciencia actual no se encuentre en condiciones de medirla instrumentalmente: se trata de la capacidad parapsicológica de quienes están participando en la experiencia ouija, que se manifiesta guiada desde el psiquismo inconsciente.

Es decir, guiado por ese aspecto de la mente humana al que nuestra conciencia no tiene acceso.

(*) Antonio Las Heras es doctor en Psicología Social, parapsicólogo, filósofo y escritor.

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