Con la cercanía de las diversas celebraciones litúrgicas que se desarrollan debido a la llegada de la Navidad, el presbítero Germán Maccagno, responsable de la parroquia San José Obrero de ciudad Perico, destacó cómo se están diagramando las distintas actividades y de qué manera se planifica realizar el encuentro de pesebres de esa ciudad.
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Con la cercanía de las diversas celebraciones litúrgicas que se desarrollan debido a la llegada de la Navidad, el presbítero Germán Maccagno, responsable de la parroquia San José Obrero de ciudad Perico, destacó cómo se están diagramando las distintas actividades y de qué manera se planifica realizar el encuentro de pesebres de esa ciudad.
El sacerdote señaló que en su parroquia ya comenzaron a aparecer los pesebres y en algunos lugares ya están adorando con las normas sanitarias acostumbradas. "Los pesebres se manejan de forma independiente pero siempre hacemos un encuentro con todos los pesebres que generalmente es el 5 de enero, así que ya estamos viendo de qué manera podemos hacerlo ya que son muchísimos los pesebres y por la pandemia no puede haber aglomeraciones", dijo.
Respecto a las medidas sanitarias, dijo que en general se cumplen y por el momento en templos no se exige el pase sanitario.
Asimismo, y como preparación para esta Navidad, Maccagno aconsejó que "dejen entrar a Dios en su corazón porque hay muchos que están en cualquier otra cosa. La Navidad es una fiesta espiritual, es una fiesta de la fe, pero hay mucho nerviosismo y la Navidad es para serenarse".
“En Navidad queremos invitarlos a la alegría”
En este tiempo cercano de Navidad brilla la figura de Jesús, ese niño tan nuestro que nos habla de un Dios que está cerca, que quiere acompañar nuestras luchas y sanar heridas. Somos pastores en medio de nuestro pueblo, con vocación de diálogo, y conocemos sus sufrimientos y esperanzas. A pesar de los fracasos y desilusiones, el pueblo sigue esperando. Puede sonar extraño en este contexto difícil, pero en Navidad queremos invitarlos a la alegría.
La alegría profunda y verdadera. La alegría que viene de Dios. La alegría de los pobres que a pesar de todo siempre en‑ cuentran algo para celebrar y agradecer. La alegría de las familias que, como la de Jesús, siguen siendo espacios de consuelo y contención. Jesús, príncipe de la paz, nos ayude a ponerle el hombro a nuestra patria, porque no dejamos de soñar con una Argentina donde reine el amor a la vi‑a, la verdad y a la justicia. Muchas gracias a todos los que eligen superar el individualismo y optan por la generosidad y el servicio, porque es la opción que hizo Jesús desde la Navidad y hasta dar la vida. Que Dios nos bendiga para poder empezar un año mejor. Conferencia Episcopal Argentina.