Vanesa González Pinart es de Libertador General San Martín, hizo el profesorado de Francés en la capital jujeña a través del cual obtuvo una beca con contrato de trabajo en Francia y tras esa experiencia decidió emprender su vida allá, en la ciudad de Aurillac, donde conoció al que fue su esposo y ahora buen amigo con el que comparte el gusto por la gastronomía. Ya son 14 los años que la jujeña está en Francia.
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Vanesa González Pinart es de Libertador General San Martín, hizo el profesorado de Francés en la capital jujeña a través del cual obtuvo una beca con contrato de trabajo en Francia y tras esa experiencia decidió emprender su vida allá, en la ciudad de Aurillac, donde conoció al que fue su esposo y ahora buen amigo con el que comparte el gusto por la gastronomía. Ya son 14 los años que la jujeña está en Francia.
Comenzó trabajando en las escuelas haciendo reemplazos hasta que pudo validar su título de profesora de Francés, se dedicó al comercio por un tiempo y luego abrió junto a su hoy exesposo una pizzería, rubro en el que estuvo casi diez años. Con el tiempo nuevos caminos se le fueron abriendo en distintas escuelas, haciendo animaciones en centros sociales hasta que hace dos años y medio atrás le surgió "la idea loca de abrir una empanadería en el centro" a la que llamó Latina. La novedad culinaria que presentó nuevos y variados sabores despertó pasiones en los comensales causando toda una revolución.
Con la ayuda de una asistente, es la jujeña quien prepara empanadas de carne, pollo, jamón y queso, árabes, con pasas de uva, de espinaca con queso de cabra y otras veganas a las que les incorpora quinua.
"La verdad es que me arriesgué porque aquí nadie conocía lo que eran las empanadas. Cuando las probaron les querían poner ensalada. Fue muy gracioso porque aquí se come diferente", recordó Vanesa con cariño. Y cómo habrá sido el revuelo que causó en la comunidad que un diario local le hizo uno nota que titularon: "Un air de Buenos Aires dans l´assiette, rue Victor-Hugo Ó Aurillac" (Un Aire de Buenos Aires en el plato, en calle Victor- Hugo en Aurillac ). Pese a la equivocación de poner Buenos Aires en lugar de Argentina el artículo tuvo los resultados esperados a los fines comerciales ya que una avalancha de comensales curiosos dispuestos a probar los sabores argentinos llenó de inmediato el establecimiento.
Pandemia de por medio, la jujeña logró sacar adelante su emprendimiento aferrándose a la venta a través del delivery. Y aunque todavía el local es pequeño y está en procesos de crecimiento ya tiene en mente expandir su carta con otras variedades de empanadas y otros platos.
íPero eso no es todo! Además de repartir su tiempo entre la escuela en la que trabaja y la empanadería, por su actitud proactiva y su real compromiso con los vecinos de la Commune Libre d' Aurinques, fue electa intendenta del barrio por cinco años.
Además, creó una asociación llamada "Latinos" que está integrada por la comunidad latina en la ciudad de Aurillac. Esta iniciativa surgió impulsada por su propia experiencia como extranjera para evitar que los recién llegados al país se sientan solos y tengan ayuda y contención. "Formamos un lindo grupo, ahora somos casi 30. Argentinos somos 3 y también hay venezolanos, mexicanos, colombianos, bolivianos y de muchas partes más", contó orgullosa.
La asociación, que por cierto la jujeña logró sea subvencionada por el Estado, con el objetivo de trasmitir la cultura latinoamericana celebra distintas festividades como el ritual de la Pachamama y el Día de los Fieles Difuntos, y más y una vez por mes llevan a cabo el Café Hispano para aquellos que quieren practicar el español, entre otras tantas actividades que los unen como comunidad.
Y como no podría ser de otra manera, ante tantas actividades y reuniones, "Latina" es el lugar predilecto para el encuentro. Así, como pez en el agua González Pinart lleva una vida muy agitada y por consiguiente muy feliz pero sin embargo en algún momento del día tintes de nostalgia invaden sus pensamientos, recordando con cariño a la familia que quedó en Jujuy, el estilo de vida más relajado, los colores de nuestros paisajes, la música que se escucha en la calles de los barrios y esos necesarios e incomparables carnavales en el Norte. Esa alegría de su pago que extraña tanto es la que se refleja en Latina, que siempre con música está dando vida a la avenida.