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El ministro Gines González García dijo que en agosto y septiembre todos los grupos de riesgo del país estarían vacunados. ¿Cree que eso es posible teniendo en cuenta el ritmo de vacunación que tenemos?
Eso es realmente una muy buena intención, pero tener certezas de eso no se puede. Hoy, hasta en Estados Unidos hay una gran decepción en cuanto al ritmo de vacunación. Es muy difícil porque eso depende mucho de la gestión, de la negociación, de la producción y de la logística. Son muchas variables para tener certezas y los laboratorios están al tope de la fabricación de vacunas.
¿Cuál cree que va a ser el impacto del descontrol del carnaval en los contagios dentro de diez días?
Eso es esperable. Por ejemplo, lo que pasó a fin de año en Buenos Aires, con el entierro de Maradona, etc, son eventos masivos que aglomeran a mucha gente y sobre todo que no se respetan los protocolos. Y es casi seguro que habrá un aumento de casos. Ahora, en la cantidad y el impacto que puedan tener, es una cosa que tiene poca certeza, porque uno puede decir que mientras no aumenten las nuevas variantes -que son más contagiosas y otras tienen más mortalidad como la británica- puede complicarse. Hasta pareciera ser que no será tan crítico como el año pasado. Si uno mira lo que le pasó a Manaos, ciudad de Brasil, toda la comunidad científica pensaba que tenían una inmunidad de rebaño, porque había casi un 86% de positividad de la población, después de la primera ola. Sin embargo, la segunda ola los azotó y nadie sabe si va a haber una tercera.
¿En qué momento de situación epidemiológica se encuentra la provincia?
Hace cerca de un mes, La Quiaca estaba claramente pasando la segunda ola. Simultáneamente España tenía mil casos por cien mil y esa localidad tenía 900 a más de 1.000 por 100 mil habitantes. Así que de no tener nada, a tener esa tasa de incidencia similar a la de España, cuando estaban en segunda ola, ¿cuál es el rótulo de eso? segunda ola en La Quiaca, que ya la pasó.
Ahora en el resto de la provincia, particularmente en la ciudad, los casos están empezando a aumentar. Si bien se ve dentro de una franja entre 20 y 50 casos diarios, me parece que la tendencia es aumentar. Esto podría ser el inicio, pero hay que ver qué sucede con todo esto de los carnavales y el tráfico de gente. Para tener en claro, la segunda ola se da cuando termina un ciclo de la primera circulación del virus, hay una ausencia de casos y aparecen nuevos contagios en forma masiva, como sucedió en La Quiaca.
¿Es un peligro la vuelta a clases presenciales, o como dicen muchos especialistas que la escuela no es un foco principal de contagio?
Científicamente tiene que haber un contexto epidemiológico con una incidencia de casos y de positividad menores al 7%, esa es la situación ideal para reiniciar las clases. Si existe una discordancia a nivel mundial y no está claro qué hacer en forma precisa respecto a las escuelas. Pero el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, es líder en esta situación, como la OMS y otras instituciones de mucha referencia. El CDC dice que no es necesario que estén todos los maestros vacunados para iniciar las clases. También se dice que, sobre todo en los niños, la tasa de contagio es muy menor y se pueden contagiar en la casa o la escuela.
Ahora por supuesto que cuando uno ingresa a la escuela tienen que estar todos los insumos y se deben respetar todos los protocolos, porque si no eso puede terminar en contagios importantes dentro de la escuela. El grupo de maestros es prioridad para la vacunación, pero en la frecuencia que se hace en todo el mundo, en muchos países están reiniciando las clases sin que sea una situación imprescindible la vacunación del plantel de maestros.
En el país se ha desarrollado un sistema de vigilancia genómica para detectar la circulación de variantes del Sars-CoV-2 ¿Qué beneficios presenta este sistema?
Eso es importante y lo planteé a las autoridades hace un mes. El Instituto Malbran cuenta con una máquina que procesa casi 6.000 muestras para ver cuáles son las variantes que circulan en el país. Entonces, lo que yo sugerí es el envío de muestras de pacientes que dan positivo, sobre todo los que suelen tener una reinfección y los que vienen de viajes de diferentes lugares. De esa forma se puede ir viendo si hay una cepa nueva y producida o una variante nueva, como ocurrió en Manaos. Esa vigilancia es como estar viendo el futuro de la dinámica, de la infección del virus en cada provincia o lugar del país. Es importante para saber si en la provincia ya están las variantes africanas, brasileras o británicas.
¿En Jujuy hay casos de pacientes que cursan una reinfección?
En noviembre del año pasado, documentamos y salió publicado en la revista de la Sociedad Argentina de Infectología, un trabajo que hicimos en conjunto con el Hospital Posadas de Buenos Aires y con la ayuda de la Universidad de Buenos Aires (UBA) sobre doce pacientes que habían tenido una recurrencia o un segundo evento de doce pacientes con Covid. Hoy en Jujuy, según los casos que tengo en seguimiento y reportados por compañeros, tenemos casi uno en mil de pacientes pueden estar cursando una reinfección. Obviamente que, si entra otra cepa, eso puede tomar mayor dimensión, pero la reinfección es un hecho y existe. Hoy hay una carrera de las vacunas de esta generación que sean efectivas para las cepas circulantes. A medida que no se controle esta epidemia, seguro aparecerán variantes que no respondan a la vacuna. También hoy se sabe que están existiendo reinfecciones por la cepa británica.
¿Qué cosas cree que se pueden hacer para acelerar el ritmo de vacunación?
Se deberían hacer buenas negociaciones con los laboratorios productores, pero se sabe que hay una asimetría terrible, países ricos que están acopiando abusivamente en 5 o 6 veces más de lo que necesitan. Es difícil tener un poderío económico más de lo modesto que tenemos, eso no se puede cambiar. Por suerte estamos teniendo la compra de varios laboratorios que lo hacen posible. Pero todo el mundo está en el cuello de botella, países ricos y pobres.