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Pocas personas llevan el optimismo de "Coco" para enfrentar la vida

Néstor Hugo Quispe tuvo un accidente en su adolescencia que no le impidió superar distintas adversidades.
Miércoles, 24 de febrero de 2021 01:00
“COCO” JUNTO A LOS BOY SCOUTS / EN UNO DE LOS VIAJES QUE EL GRUPO “SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS” REALIZÓ.

"Cuando uno tiene la autoestima alta todo es posible", con esta frase que tiene mucho de enseñanza, se presentó "Coco" Quispe, un hombre que supo encontrar en cada paso que dio en la vida, una luz de esperanza que lo ayudó a sortear distintos caminos. "Cuando era joven con mi condición física tuve vergüenza, hasta quizás un poco de temor de que me digan cosas. Pero como siempre he pensado, mi autoestima era alta, así que lo tomé todo tranquilo", dijo Néstor Hugo, quien siendo adolescente vivió un accidente que le cambiaría la vida para siempre. "En mi juventud, alrededor de los 15 años, me pasó algo que me hizo repensar todo. El accidente, fue un domingo por ir a la cancha a ver fútbol; fui con mi primo por la calle Humahuaca. Al correr, tuve una caída fuerte en período de desarrollo y a raíz de esto, la columna se desvió", comenzó relatando "Coco" con la palabra justa sobre el episodio que físicamente fue una de las primeras pruebas que logró vencer en su vida.

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"Cuando uno tiene la autoestima alta todo es posible", con esta frase que tiene mucho de enseñanza, se presentó "Coco" Quispe, un hombre que supo encontrar en cada paso que dio en la vida, una luz de esperanza que lo ayudó a sortear distintos caminos. "Cuando era joven con mi condición física tuve vergüenza, hasta quizás un poco de temor de que me digan cosas. Pero como siempre he pensado, mi autoestima era alta, así que lo tomé todo tranquilo", dijo Néstor Hugo, quien siendo adolescente vivió un accidente que le cambiaría la vida para siempre. "En mi juventud, alrededor de los 15 años, me pasó algo que me hizo repensar todo. El accidente, fue un domingo por ir a la cancha a ver fútbol; fui con mi primo por la calle Humahuaca. Al correr, tuve una caída fuerte en período de desarrollo y a raíz de esto, la columna se desvió", comenzó relatando "Coco" con la palabra justa sobre el episodio que físicamente fue una de las primeras pruebas que logró vencer en su vida.

LA FAMILIA / RODEADO DE UNA FELICIDAD PLENA, SUS MÁS CERCANOS SERES QUERIDOS.

"Tuve una operación para evitar que se siga desviando la columna y fue en Córdoba. Así se evitó que la columna siga encorvándose", describió el actual portero del Colegio del Salvador, resaltando el esfuerzo que su madre realizó al inscribirlo en el grupo de Boys Scouts.

Año a año, "Coco" fue superando etapas cual barreras en carreras de obstáculos. Hasta que en ese punto cúlmine de la trama que encierra toda niñez, decidió atravesar por las secciones de acuerdo con las distintas edades de 7 a 11, de 11 a 14, de 14 a 18 que conlleva ser un scout hasta cumplir la mayoría de edad.

La vida junto a los scouts, fue para este luchador, una principal fuente de energía. "Me tuve que privar de algunas cosas personales mías, hoy en día es más difícil mantenerse, años anteriores la remábamos bastante, salíamos de viaje, de excursión, de campamento. Siempre con el respeto", comentó.

"Fui dirigente hasta llegar a ser jefe del grupo "Sagrado Corazón de Jesús", después estuve como catequista de la parroquia preparando a niños y a familias", contó con una sonrisa que se hizo necesaria al momento de renovar el agradecimiento a su madre quien desde que tiene uso de razón, le indicó el camino correcto.

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"Entré a las 9 de la mañana y salí a las 15, luego la rehabilitación fue quince días. Me costó para caminar pero me rehabilité rápido; uno a veces tiene miedo, hasta de moverse después de una operación. Volví a casa con yeso y ese fue un poco mi trauma porque tenía que convivir con eso casi dos años en toda la espalda, era como un chaleco", contó "Coco" resaltando que los primeros años de su secundaria los pasó enyesado. "Vivía las cargadas de los amigos de la escuela, del barrio, pero pese a todo eso supe sobrellevar con mi autoestima en alto muchas cosas".

La mirada de "Coco" tiene matices de tolerancia, desprende un aura tranquila, al tomar las cosas con calma y tener una perspectiva bien en positivo, siempre con la premisa de no decaer, ni encerrarse.

"Estar medio incapacitado para hacer las cosas es complicado, pero nunca me aferré a eso. Salí adelante. Tuve la compañía de los amigos, de los compañeros de la escuela y de la iglesia, salí al campo. Siempre he tratado de vivir la vida. He vivido en un rancho, muy pobre y nos fuimos superando gracias al trabajo de mi familia. No teníamos ni agua, ni gas, apenas había un viejo tanque y sabíamos hacer fila para sacar agua, como son las villas de emergencia. Vivía en un rancho de madera, adobe y piso de tierra", recordó con detalle.

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Este es uno de tantos casos reales, que fue una experiencia personal nutritiva para "Coco" sobre saber entender cómo se viven los cambios, tanto en la vida de todos; como para uno, en sí mismo.

"He vivido etapas desde abajo para arriba. Uno nunca se debe olvidar de dónde salió y hoy estoy contento por haber pasado por distintas etapas. Tengo una familia, tengo amigos, tengo trabajo y tengo salud, no le pido más nada a la vida", aseguró Néstor Hugo.

 

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