Gustavo Ezequiel Carrizo de 29 años de edad, vive desde 2018 en Friburgo de Brisgovia, Alemania, ciudad que le abrió las puertas para continuar haciendo lo que tanto le apasiona, ciencia.
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Gustavo Ezequiel Carrizo de 29 años de edad, vive desde 2018 en Friburgo de Brisgovia, Alemania, ciudad que le abrió las puertas para continuar haciendo lo que tanto le apasiona, ciencia.
El palpaleño es biólogo recibido en la Universidad de Buenos Aires (UBA). En esa provincia "había empezado mi doctorado como biólogo en ciencias justo en el momento en que no hubo más inversiones para el sector. Y ante esa situación decidí renunciar mi doctorado y aplicar a una doble maestría en Alemania, a través de un convenio entre los dos países", contó.
Pero como todo cambio también le "fue difícil dejar el doctorado en el que también estaba becado y empezar de vuelta en un país que es totalmente diferente".
Impulsado por los nuevos aires el jujeño puso todas sus energías ante esa oportunidad tan anhelada desde años atrás. Y fue así que por su destacado desempeño en los exámenes, quedó posicionado entre los tres mejores promedios, lo que le permitió acceder a una beca completa para hacer el Máster Internacional en Ciencias Biomédicas.
El idioma no fue un problema significativo para Gustavo, dado que la idea de hacer ese máster ya estaba dentro de sus planes. "Yo ya me venía preparando por eso, había empezado a estudiar alemán hace un par de años atrás", contó. Y aunque su alemán no es del todo fluido indicó que afortunadamente en el ámbito de la ciencia el idioma universal y por excelencia es el inglés. Idioma que el palpaleño estudió desde niño gracias a la insistencia de su madre, que siempre lo impulsó a expandir sus horizontes.
En Argentina, el jujeño se dedicaba a la investigación básica en cáncer, para la generación de conocimiento en busca de nuevas terapias y protocolos para la enfermedad.
Ahora cambió el tópico, si bien sigue trabajando en inmunología empezó a trabajar en un laboratorio renombrado dedicado a Metabolismo. "Se trata de una nueva rama de la inmunología que pretende estudiar cómo los nutrientes ingeridos afectan al sistema inmunológico para protegernos contra virus y patógenos en general", contó.
Pero con la reciente mudanza de su laboratorio a Estados Unidos ,el jujeño está frente a una nueva oportunidad de volver a hacer investigación en cáncer pero con el plus de tener acceso a investigación clínica.
"La idea es extender esta investigación a metabolismo, es decir, combinar lo que se hace aquí con lo que se hace allá", comentó.
Previsor como siempre, pensando en los vaivenes de la vida, como plan B, Gustavo ya empezó a aplicar en otros laboratorios en Europa por si decidiera no ir a Estados Unidos. Mientas tanto retomó el doctorado.
Un músico apasionado
Como todo jujeño en el extranjero, no hay día que el palpaleño no extrañe a su provincia, los paisajes del norte y a su gente. Las reuniones en familia y a esas inolvidables salidas con los compañeros del Colegio Del Salvador. "Aquí donde vivo hay muchas montañas y mucha naturaleza pero no se compara con los colores de la Puna y la Quebrada", exclamó tras recordar esos viajes al Norte en los que con sus instrumentos de viento y su guitarra podía sumarse a cualquier guitarreada.
Es que además de ser un hombre de ciencias, hace música desde los 8 años. De adolescente formó parte del grupo Duo Jujeño y en Buenos Aires conformó Los Cardenales.
"La música es otro capítulo en mi vida, siempre fue mi pasión. En 2009 en vez de irme de viaje de egresados me fui como músico a Europa con Huayra Muyoj", contó.
Con todos sus instrumentos en Alemania, Gustavo mantiene su carrera musical produciendo canciones de amigos que lo hacen sentir un poco más cerca de su Jujuy querido.