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Líbero Brabo y el legado en Club Lavalle

Falleció a sus 97 años, pero luego de tanto trabajo tenía una frase que repetía: "Yo vivía para el club y ahora ya viven del club, no es igual".
Jueves, 04 de febrero de 2021 01:04

Líbero Brabo se enamoró de Jujuy en plena juventud y dejó mucho por el Club General Lavalle cuando recién daba sus primeros pasos y hasta en sus últimos días. El napolitano (italiano) a los 97 años nos dejó el 31 de diciembre de 2020. Quien fuera el fundador de la entidad del barrio Mariano Moreno que en 1945, posterior a escaparse de las guerras de esos tiempos con un clarinete y una valija, se comprometió en ayudar a lo que hoy es uno de los clubes más populosos de la provincia.

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Líbero Brabo se enamoró de Jujuy en plena juventud y dejó mucho por el Club General Lavalle cuando recién daba sus primeros pasos y hasta en sus últimos días. El napolitano (italiano) a los 97 años nos dejó el 31 de diciembre de 2020. Quien fuera el fundador de la entidad del barrio Mariano Moreno que en 1945, posterior a escaparse de las guerras de esos tiempos con un clarinete y una valija, se comprometió en ayudar a lo que hoy es uno de los clubes más populosos de la provincia.

La esposa, Rossana Franco, quien vivió los últimos 18 años junto a él, dialogó con El Tribuno de Jujuy y admitió que "hay muchos recuerdos con Líbero con uno de sus hobby como él decía: el fútbol, el campo y otras actividades paralelas a su profesión que fue la parte empresarial en construcción.

Su pasión principalmente fue el fútbol, amaba terriblemente y llegó a ser socio 1.001 de Boca Juniors, fue socio y dirigente de Gimnasia también pero luego sintió que fue como una traición a Lavalle porque hubo un tiempo de mucha rivalidad y después renunció", agregando que "se veía todos los campeonatos de fútbol de todo el mundo, no se perdía uno. Y estaba pendiente de los partidos locales. Pero su orgullo fue cuando fue presidente de Lavalle y logró sacarlo campeón, ese fue su objetivo. No recuerdo pero jugaron la final en Jujuy contra un equipo de Salta, fue el primer título oficial del club. Aunque en el último tiempo se amargaba porque decía que ya no era lo mismo. Decía: ‘Yo vivía para el club y ahora ya viven del club, hoy ya no es lo mismo’. Puso toda su pasión y le molestaba que no haya progreso y que se estanque".

Emocionada de tantos recuerdos y anécdotas de uno de las grandes ídolos de la institución del barrio Mariano Moreno, la salteña explicó que "cuando llega a Lavalle tenía unos 25 años más o menos y ya estaba formada la Comisión Directiva con otro nombre, pero empieza a involucrarse. Se acercó y se cambió el nombre que hoy es General Lavalle, armaron una nueva Comisión para darle vida. Y no tenían un espacio físico, ahí empieza a hablar con contactos y conseguir un lugar cuando ya tenía su empresa en auge. En ese tiempo el barrio Moreno eran terrenos fiscales y consigue dos hectáreas y media donde se consolida la segunda etapa.

Pasó a ser presidente, pero también fue técnico donde se decidió a buscar los jugadores que los apoyaba en todo sentido. Les daba trabajo en sus obras y a la vez los hacía entrenar, terminó siendo padrino de muchos de casamiento y de los hijos. Cuando llegaban los domingos iba en su camioneta casa por casa a buscarlos para que vayan a jugar. Les proveía las camisetas, pelotas y todo lo que podía".

"Sos mi ídolo vieji"

En otro tramo, Rossana Franco, viuda de Brabo, comentó un apodo que su marido llegó a tener debido a que “Líbero se tomaba a pecho todas las cosas que hacía, lo hacía con mucha responsabilidad y en un partido donde cobran un penal en contra de Lavalle que para él era injusto. Empieza a reclamar y se enojó, por ese entonces era el aguatero del plantel y con la bolsa donde ponían hielo para los jugadores la cargó al hombro y se fue hasta medio de la cancha y le pegó un bolzaso al árbitro y lo noqueó. Habían varios periodistas y salió en los diarios donde los títulos decían era ‘El Hombre de la Bolsa’”, expresó risueña.
Luego contó que “un tiempo cuando se armó Donato, la peña en el club, fuimos muy concurrentes, íbamos todos los sábados porque se había armado un ambiente familiar con gente grande y a Líbero le gustaba mucho bailar folklore, tarantela y lo que le ponían bailaba”, agregando que “Líbero fue un gran maestro en mi vida, no sólo en la mía sino en todos los que estuvimos en su círculo más cercano, fue una persona que nos dejó muchas enseñanzas y valores. Era una personas que valoraba las pequeñas cosas y nos transmitía muchas de sus vivencias, fue un hombre de mundo. Fue un orgullo compartir los últimos años con él. Siempre le decía “vos sos mi ídolo vieji” y no sólo fue el mío sino de muchas personas porque tuvo un corazón muy noble y una inteligencia inigualable, dejó huellas y cosas positivas que te marcan para el resto de la vida”, reconoció.
Al final, admitió que “él sentía que ya había cumplido su ciclo en el club, se apasionaba y hacía muchas cosas, llegó a ser corredor de autos para Mecánica Nacional que muchos no lo saben, y en todo lo que hacía le ponía alma, corazón y vida. Pero sabía cuando retirarse y se apartaba como lo fue en el carnaval del Norte cuando se dividió y era padrino de la Juventud Alegre”, cerró.

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