El General Don Manuel Eduardo Arias nació en el pueblo de Humahuaca. Su padre, don Francisco Arias Rengel, era nieto de guerreros y conquistadores del Gran Chaco. Su madre era una mujer de pueblo, apodada ‘la Coya‘ (según cuenta el historiador salteño Bernardo Frías).
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El General Don Manuel Eduardo Arias nació en el pueblo de Humahuaca. Su padre, don Francisco Arias Rengel, era nieto de guerreros y conquistadores del Gran Chaco. Su madre era una mujer de pueblo, apodada ‘la Coya‘ (según cuenta el historiador salteño Bernardo Frías).
Incorporado a las fuerzas revolucionarias, pronto fue tomando el ascendente militar que lo llevaría al lugar de privilegio que se inteligencia, arrojo y capacidad le depararían en las filas del ejército y como conductor de milicias gauchas en la guerra de recursos.
Fue jefe de Vanguardia de las tropas de Güemes, su lanza de choque.
En 1817, cuando el más poderoso ejército español invade el norte, trayendo a su frente nada menos que al general La Serna, vencedor de Napoleón en España, el 1° de marzo en Humahuaca Arias obtiene el más grande de su cadena de triunfos, Humahuaca, Huacalera, Tilcara, Maimará, Hornillos son otros triunfos que obtiene Arias en donde un puñado de héroes triunfa frente a los realistas.
En la guerra de recursos, demuestra ser un habilísimo estratega, que sorprende y quita cuanta vitualla pretende llevar para sí el invasor. Son miles y miles de cabezas de ganado - ovejas, cabras, vacas, llamas y hasta burros - los que logra arrebatar al enemigo dejándolo si lo necesario para llevar adelante sus planes de invasión.
Arias es un jujeño leal a su terruño, en esto no ha de transigir jamás. Por ello en años venideros estarán en conflicto con Güemes. Desterrado a Tucumán, el gobernador Bernabé Aráoz adversario político y personal de Güemes, lo recibió con todos los honores del caso y, conociendo sus grandes dotes militares, le dio el comando de las tropas que precisamente en esos momentos iniciaban la guerra de declarada entre Tucumán y Salta. Y allí se demostró la capacidad militar de Arias que venció a Güemes en los encuentros de Trancas, Acequiones y Rincón de Marlopa.
Vuelto a su tierra jujeña, luego de la muerte de Güemes y no habiendo ya causas para su confinamiento en las fronteras tucumanas, ya en Jujuy es nombrado subdelegado de la Puna. Busca reunir tropas para enfrentarse al gobierno de Salta y lograr la autonomía política de Jujuy marcha a caballo hacia el Zenta siendo emboscado y asesinado en San Andrés el 16 de junio de 1822 por enemigos políticos.
La Batalla de Humahuaca
En los últimos días de 1816 el Ejército realista del Perú al mando de don José de la Serna e Hinojosa inició la invasión de la independencia de Salta del Tucumán. Esta invasión fue rechazada por las milicias gauchas de Güemes. Se llevaron a cabo numerosos combates que formaron parte de la Guerra Gaucha.
Las fuerzas del mariscal de campo José de la Serna estaban integradas en un tercio por fuerzas peninsulares triunfantes sobre las fuerzas de Napoleón en España, y sobre todo las de Bolivar en Venezuela. Los otros dos tercios eran tropas que habían vencido al ejército auxiliar del Perú, conocido popularmente como el Ejercito del Norte, en las batallas de Huaqui, Vilcapugio, Ayohuma y Sipe Sipe.
La invasión finalizó meses después con la evacuación del ejército realista duramente diezmado siendo la 5° de las 11 invasiones realistas al norte.
Los hechos objetivos nos dicen q Manuel Eduardo Arias al frente de 150 hombres planificó el ataque al pueblo de Humahuaca que había sido fortificado por los realistas para ser el principal centro de abastecimiento de la retaguardia y comunicaciones. Esta acción significó el principio del fin de la Gran Invasión dirigida por La Serna, quien luego de ocupar Salta y por el constante acoso de Güemes y sus gauchos debió abandonar el norte argentino a mediados de 1817, dándole a San Martín la tranquilidad necesaria para la Campaña Libertadora.
Esto marca que el triunfo de Humahuaca provocó un cambio en el teatro de operaciones de la contienda y de allí su importancia.
La victoria de Humahuaca es equivalente, por su importancia, a cualquiera de las más grandes batallas libradas en territorio americano, durante la guerra de nuestra independencia.
Marcó el inicio del fin de la Gran Invasión de l La Serna en 1817, demostrando que su ejército no era invencible.
Todos los triunfos logrados en territorio de Salta y Jujuy se iniciaron con esta batalla, en ella, los mejores capitanes españoles rindieron su tributo a las fuerzas gauchas y a sus jefes, que a quienes en un principio despreciaron. Mal armados, sin equipos, casi desnudos muchas veces en el brazo empuñando una tacuara, un palo o libes por única arma, estos hombres que defendieron sus tierras dieron grandes muestras de valor y de coraje.
El reconocimiento al valor de Arias y su tropa lo realizo el mismo general Manuel Belgrano, jefe del Ejército del Norte, cuando otorgó el grado de Coronel a Manuel Eduardo Arias, a pedido de Martín Miguel de Güemes.
También Arias y sus comandantes recibieron sendas medallas de oro y de plata, diseñadas por el mismo Belgrano, mientras que los soldados recibieron cintas celestes para colocar en su chaqueta con el nombre Humahuaca en color blanco.
Belgrano reconociendo la importancia de esta lucha que permitió a San Martín realizar la campaña libertadora a Chile, con la seguridad de que la frontera norte estaba protegida por Güemes y sus Gauchos, le escribe a Pueyrredón:
‘Ese año de 1817, vale tanto o más como el 20 de febrero de 1813, para la historia patria‘.
Y precisamente de los comandantes, sino el más destacado de esta