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La pandemia oculta: abuso sexual infantil

Martes, 02 de marzo de 2021 01:04

Hay un enemigo silencioso que azota a sus víctimas sin dejar huellas visibles. Cuando las ataca, además de herirlas profundamente, casi hasta la muerte, se asegura de robarles el futuro y quitarles la esperanza. La infancia en todo el mundo está siendo afectada por este flagelo, es una pandemia de la que casi nadie quiere hablar, poderosamente destructivo, se trata del Abuso Sexual Infantil. ¿Qué es el abuso sexual infantil? Se define como “...contactos e interacciones entre un niño y un adulto cuando el adulto (agresor) usa al niño para estimularse sexualmente él mismo, al niño o a otra persona.

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Hay un enemigo silencioso que azota a sus víctimas sin dejar huellas visibles. Cuando las ataca, además de herirlas profundamente, casi hasta la muerte, se asegura de robarles el futuro y quitarles la esperanza. La infancia en todo el mundo está siendo afectada por este flagelo, es una pandemia de la que casi nadie quiere hablar, poderosamente destructivo, se trata del Abuso Sexual Infantil. ¿Qué es el abuso sexual infantil? Se define como “...contactos e interacciones entre un niño y un adulto cuando el adulto (agresor) usa al niño para estimularse sexualmente él mismo, al niño o a otra persona.

El abuso sexual puede ser también cometido por una persona menor de 18 años cuándo ésta es significativamente mayor que el niño (víctima) o cuando el agresor está en una posición de poder o control sobre otro”. Definición aportada por National Center of Child Abuse and Neglect (1978). La mayoría de los abusos sexuales se producen en el entorno familiar, es decir que pueden ser cometidos por el padre, tío, abuelo, primo, hermano, padrastro, aquellos que se supone debieran protegerlos son los perpetradores del crimen sexualy alrededor del 15 o 20% es ejercido por personas relacionadas con los niños y que ejercen algún poder sobre ellos ya sea por ser su maestro, su tutor, entrenador, entre otros.

El daño emocional que se hace al alma del niño puede durar toda la vida, aun cuando no existan recuerdo de lo ocurrido, y sin entender por qué, las víctimas de abuso siempre tienen una baja autoestima muy nociva (la autoestima es un elemento básico en la formación de la identidad del niño), una tremenda vergüenza y relaciones basadas en el temor. El abuso sexual siempre es intencional, nunca es accidental, el abusador busca el momento oportuno para cometer su crimen. Los niños o adolescentes vulnerables a ser manipulados suelen tener una autoestima baja, son demasiados ingenuos, inseguros, tienen mucho miedo. Provienen de familias que proveen poco apoyo a sus miembros, estos niños carecen de guía y protección por parte de un adulto.

También son vulnerables aquellos donde en la familia hay consumo de drogas o consumo excesivo de alcohol por parte de la madre. Madres psicológicamente afectadas, padres separados y la violencia familiar o domestica aumentan el riesgo de abuso sexual infantil, cuantos más factores de riesgo haya en una familia, mayores son las probabilidades de que exista abuso sexual. Los abusadores tienen conductas repetitivas, en un 99% son reincidentes. Siempre niegan o minimizan el abuso. El abusador crea culpa en la víctima para obtener silencio.La culpabilidad es un sentimiento que acostumbra ir acompañado de emociones como tristeza profunda, frustración e impotencia.

¿Por qué los niños no dicen nada?Llegan a creer que el abuso es culpa de ellos (culpabilidad falsa), sienten cariño por el agresor (amigo, tío, abuelo, padre, etc), temen que no les crean o que los castiguen, tienen miedo al poder del agresor, sienten que a nadie le importa, porque nadie pregunta nada, están amenazados por el agresor. Veamos la experiencia de alguien que sobrevivió: soy América, tengo 43 años, les quiero contar la historia de una niña que fue abusada a los 12 años.

Cuando estaba en séptimo grado, fue a cuidar los hijos de un vecino, este hombre decidió abusar de ella, a partir de ahí todo cambio y comenzó una etapa de dolor y sufrimiento, abandonó la escuela no podía continuar, comenzó a sentirse diferente, avergonzada, el dolor la llevo a no poder perdonar, a cuestionar la existencia de Dios. Entre las muchas secuelas que el abuso dejó, la falta de perdón la iba destruyendo por dentro, estaba tan profundamente herida que solo podía herir a todos a su alrededor. Esa niña tan herida soy yo, América, hoy tengo 43 años y recién estoy saliendo de esa etapa de dolor, durante casi toda mi vida creí que no merecía recibir ayuda, no podía verme como una víctima, me costó muchísimo reconocer que no tuve la culpa, pero fue necesario hablar, romper el silencio que me enseñaron a guardar; tuve que pedir ayuda, enfrentar el pasado para poder hacerme cargo de mi presente y futuro.

A las víctimas de abuso les quiero decir que es posible superar el horror que han vivido, pero no deben callarse, deben ser valientes, pedir ayuda, animarse a hablar y a denunciar. Las víctimas de abuso sexual, son esclavas “del secreto”, les es muy difícil hablar, pero para la recuperación es fundamental sacar a luz la verdad. Si fuiste o sos víctimas de abuso sexual, no tengas miedo, es hora de hablar, de romper el silencio, pedir ayuda, pero además no te olvides que Dios es especialista en restauración y él puede devolverte todo lo que te robaron y mucho más. La Fundación Luz de Vida trabaja fuertemente en “educar, prevenir y restaurar”, Contáctenos! Alvear 731, primer piso, oficina N 2. Comuníquese al 388-4544620, o ingrese a nuestra página de Facebook: Fundación Luz de Vida. Estamos para ayudarles.

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