Con el cierre de las escuelas por la pandemia, desde el año pasado, los encargados de los bufets que trabajan dentro de los establecimientos educativos dejaron de trabajar y pese a que ya inició el ciclo lectivo 2021 y los chicos volvieron a las aulas, todavía no han sido autorizados para volver a ofrecer sus servicios. Esta situación prácticamente dejó sin trabajo a numerosas familias que tenían como principal ingreso el kiosco del colegio, por lo que muchos debieron reinventarse o buscar otro trabajo para sobrevivir.
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Con el cierre de las escuelas por la pandemia, desde el año pasado, los encargados de los bufets que trabajan dentro de los establecimientos educativos dejaron de trabajar y pese a que ya inició el ciclo lectivo 2021 y los chicos volvieron a las aulas, todavía no han sido autorizados para volver a ofrecer sus servicios. Esta situación prácticamente dejó sin trabajo a numerosas familias que tenían como principal ingreso el kiosco del colegio, por lo que muchos debieron reinventarse o buscar otro trabajo para sobrevivir.
Por el momento, aguardan que desde el Ministerio de Educación se fije un protocolo y se autorice la apertura de los bufets para retomar sus tareas y poder salir de la crisis económica que atraviesan.
Hace un año atrás la pandemia obligaba la suspensión de clases y el cierre de las escuelas, y con ello el de los kioscos o bufets.
Hoy, la situación es crítica para quienes tenían a su cargo el manejo de estos pequeños comercios, y muchos se ven obligados a buscar alternativas para salir adelante.
Ricardo, el encargado del bufet de una institución educativa de capital, señaló que "fue un año muy difícil" y todavía no avizoran una pronta solución.
"Son muchas las familias que dependían del ingreso que les dejaba el kiosco o el bufet, y que tuvieron que buscar la forma de sobrevivir ya sea en el mismo rubro o en otro. En mi caso, además soy docente y tengo algunas horas que me permitieron tener un ingreso, y mi señora recibió el IFE pero no nos alcanzaba más que para comprar algo de mercadería", señaló.
"Este año cuando se anunció la vuelta a las aulas, nos dimos con la novedad de que no nos iban a permitir volver a trabajar, lo cual generó mucha preocupación. En el colegio nos dijeron que esperemos hasta mitad de año, pero hasta entonces todos nos las tenemos que rebuscar. Hay algunos que optaron por vender bollos o sándwiches afuera del colegio, o bien se dedican a otra cosa", indicó Ricardo.
Numerosas familias afectadas
Si bien no hay un cálculo estimativo de la cantidad de familias que se ven afectadas, son muchas ya que mínimamente, en cada escuela hay un kiosco. "Donde yo trabajo hay tres bufets y un kiosco, pero siempre mínimo hay uno, en otros dos, así que somos muchos los que estamos en la misma situación" aclaró, señalando además que el año pasado perdieron mucha mercadería, ya que al no poder trabajar los productos que tenían en stock se vencieron y no pudieron recuperar esa inversión.
En este sentido, el encargado del bufet aseguró que por el momento no presentaron ningún tipo de protocolo que les permita reabrir, por lo que aguardan a que el Ministerio de Educación los autorice a regresar. "El problema es que hay temor a que si abrimos, haya amontonamientos y contagios, pero es inevitable que haya amontonamientos estemos trabajando o no. Los chicos se juntan igual, se abrazan, no mantienen el distanciamiento".