Con la crisis económica del 2000 el jujeño Alejandro Ruíz concretó su primera incursión para radicarse en el exterior al contar con la documentación italiana debido a que su madre es italiana. Luego de un año volvió, y en unos años se casó y tuvo dos hijos, y regresó en 2010 para quedarse. Actualmente vive en Milán, trabaja en una fábrica, tiene pareja y está orgulloso de su decisión.
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Con la crisis económica del 2000 el jujeño Alejandro Ruíz concretó su primera incursión para radicarse en el exterior al contar con la documentación italiana debido a que su madre es italiana. Luego de un año volvió, y en unos años se casó y tuvo dos hijos, y regresó en 2010 para quedarse. Actualmente vive en Milán, trabaja en una fábrica, tiene pareja y está orgulloso de su decisión.
"Empezó en el 2000 cuando comenzó la crisis, ya tenía pensado viajar e ir a otro lado a probar suerte, además mi mamá es italiana y ya tenía el pasaporte, la ciudadanía, entonces para mí era más fácil. Me recibió un primo de mi mamá en Milán, estuve un tiempo y volví al año a Jujuy, tenía mi novia, me casé, tuve mis hijos, después me separé, me divorcié y en el 2010 decidí que no andaba. Mi mamá y mis hermanos ya estaban aquí y decidí volver", relató.
Sucede que en Jujuy las dificultades económicas eran persistentes y de hecho trabajó en una diversidad de lugares desde un canal privado, correo privado, seguridad privada, remisero, la mayoría "en negro".
Si bien su madre es siciliana, su tío estaba en Milán y se quedó con él pero al cumplir un año volvió y se casó, fue padre de dos hijos, Elena de 17 y Matías de 19 años, a quienes luego de radicase definitivamente en Italia, en 2010 visita cada año.
"De a poco me fui insertando en la cultura europea porque es muy distinta a la nuestra. Desde chicos mi mamá nos enseñaba algunas palabras, pero los primeros seis meses fueron difíciles por el idioma, pero la gente te ayuda, se hace entender con los gestos", explicó Ruíz.
A los seis meses se inscribió en una escuela para adultos. "Lo que sería allá toda la primaria la hice acá, terminé y me dieron el diploma", dijo.
Debido a que siempre le gustó la mecánica y montaje buscó trabajo en esas áreas. "Acá funcionan agencias tanto de Gobierno como privadas, también oficinas de Estado, uno se inscribe, te llaman y uno elige donde ir. Así que trabajo en una fábrica de lavavajillas industriales para todo tipo de establecimientos".
Desde entonces trabaja en la fábrica y con ello constantemente hace cursos de actualización, lo que además le permitió viajar y conocer España y Alemania, donde tiene sede la empresa multinacional.
En Milán también hizo amigos y es que entiende que si se elige irse del país es porque quiere cambiar de vida. También formó pareja con Gabriela, con quien vive desde hace cinco años.
Disfruta en su tiempo libre tocando saxofón para la banda de música de su municipio en un voluntariado, es que en su niñez aprendió en el Conservatorio de Música de Jujuy.
"El objetivo que yo buscaba lo encontré. Económica, laboral y psicológicamente estoy de diez, no podría volver porque no sabría qué hacer", afirmó. Dijo que hay pocos argentinos en esa ciudad, y hay más en Roma y en el sur.
"Para los que nos fuimos del país fue una decisión difícil, pero hay que tener coraje. Los primeros meses uno mira al cielo y piensa ¿qué hago acá? y sigue", finalizó.
Por la pandemia no pudo visitar a sus hijos
Aunque el jujeño Alejandro Ruíz reitera que no volvería, reconoce que extraña a sus hijos y vuelve cada mes de agosto a verlos y visita a sus amigos, excepto el último que por la pandemia no pudo volver. “La pandemia el año pasado estuvo durísima porque fallecían 1.000 personas por día, 20 mil a 30 mil contagios por día, estuvo difícil. En mi ámbito de trabajo solamente en el mes de mayo estuvimos sin trabajar para evitar contagio y hacinamiento, luego, normal, solo que está todo cerrado.
Era de la casa al trabajo o al supermercado. Ahora están aumentando los casos y seguimos en emergencia”, explicó. Recordó que el rebrote llegó hace meses en el invierno, se está vacunando y mejorando la situación, y por fortuna no fue contagiado ya que se cuida mucho en ese sentido.