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"Aquí en Jujuy me enseñaron a ser independiente"

Juan Amador perdió la vista a los 63 años y vino a la provincia para visitar a sus hijos, quienes lo anotaron en braille.
Miércoles, 03 de marzo de 2021 01:03
JUNTO A SU FAMILIA / EN UNA DE LAS VISITAS A LA PROVINCIA.

Juan Amador es un jubilado que perdió la vista hace 6 años debido a un glaucoma (enfermedad que daña el nervio óptico del ojo) que afectó la totalidad de su visión pese a los distintos tratamientos, que llevaba a cabo en Buenos Aires.

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Juan Amador es un jubilado que perdió la vista hace 6 años debido a un glaucoma (enfermedad que daña el nervio óptico del ojo) que afectó la totalidad de su visión pese a los distintos tratamientos, que llevaba a cabo en Buenos Aires.

Actualmente tiene 70 años de edad y fue a los 63 cuando la enfermedad, hasta ese momento controlada por los oculistas, sorprendió a Juan Amador quitándole la capacidad de visión de un momento para el otro.

De todas maneras, gracias a su fuerza de voluntad y pasión por los deportes y el ejercicio físico, logró salir adelante apoyado por sus hijos jujeños, la escuela de braille de Palpalá y el programa UnjuProDis (dependiente de la secretaría de extensión con la finalidad de brindarles atención a las personas con discapacidad pertenecientes a la Unju).

"Perder la vista fue duro para mí, porque siempre fui una persona muy activa, deportista y trabajadora. Siempre me encontraba en acción haciendo cosas tanto en mi casa como en el trabajo", refirió en la oportunidad Juan Amador.

JUAN AMADOR / JUBILADO DE 70 AÑOS QUE PERDIÓ LA VISTA A LOS 63.

Tiene 6 hijos de los cuales 2 son jujeños y fueron determinantes a la hora de avanzar en su rehabilitación, ya que fueron quienes los anotaron en la escuela de braille y luego en UnjuProDis donde se desempeña como alumno hace 5 años.

"Me encontraba en Buenos Aires cuando perdí la visión. Luego de un año, en una de mis visitas por esta provincia para pasar tiempo con mis hijos, me contactaron con la escuela de braille de Palpalá y ahí empecé mi recuperación. Conocí gente de mi edad que también perdió la vista de grande. Me sentí realmente bien y cómodo y me quedé a vivir en Jujuy", agregó.

Por otra parte, Amador mencionó cómo fue su recuperación y lo comparó con un nuevo comienzo. "Me sentía de nuevo como un niño, no podía caminar ni si quiera dar un paso porque sentía que era todo un vacío. Acá en las instituciones a las que fui me dieron un bastón y me enseñaron a usarlo sin tener dificultades al caminar por las calles. Yo sentía que se había terminado todo estaba mal psicológicamente y espiritualmente. El hecho de haber perdido la vista me tiró por el piso y no sabía qué hacer. Aquí me dieron la contención que necesitaba y lo más importante de todo es que me enseñaron a ser independiente", dijo.

"En mi llegada a la provincia, en los momentos que yo estaba estudiando, mis profesores me decían que me iba a recuperar, que iba a aprender a caminar solo, a viajar solo en un colectivo sin tener dificultades y que además iba a poder vivir solo. Yo me reía ya que para mí eso era prácticamente imposible, pero pasaron los años y hoy en día puedo decir que manejo solo todas mis cosas hasta alquilo y vivo solo", finalizó Juan Amador.

El deporte como pilar fundamental

Juan Amador se considera un aficionado por los deportes y un “gran futbolista que ganó a lo largo de su vida varios torneos” durante su estadía en Buenos Aires. La pérdida de la visión culpa de la glaucoma que sufría y la cual se estaba tratando, no impidió que continuara con su actividad favorita ya que actualmente recurre al gimnasio y es integrante del equipo de Goalball de la Unju (Los Caimanes de la Unju) el cual compite a nivel nacional.

“La verdad que siempre practiqué deportes, pero el fútbol era mi favorito y era muy bueno en él. Además, me encantaba salir a correr que es otra de mis actividades favoritas, la cual se me complicó seguir haciendo en un principio cuando perdí la vista, pero que cada vez me siento mas cómodo para hacerla”, añadió Juan Amador.

GOALBALL / DEPORTE PARA CIEGOS QUE PRÁCTICA JUAN AMADOR.

“Actualmente vivo en el barrio Alto Comedero y si bien la pandemia impidió que me mueva para ir al gimnasio o a entrenar con el equipo de Goalball, tengo un amigo que tiene la misma discapacidad que yo y que también entrena. Tiene sus aparatos para seguir practicando un poco. Hago ejercicios que aprendí en el gimnasio y mi amigo cuenta con una bicicleta fija y algunas pesas para mantenerme saludable. También corrí maratones de importancia de acá de la provincia. La idea era irme superando en cada competencia”, finalizó.
  

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