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Sobreponerse a la prisa por comenzar de nuevo

Miércoles, 03 de marzo de 2021 01:03

RAMIRO ROJAS
Maestrando en Proceso educativo Mediado con Tecnología. UNC

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RAMIRO ROJAS
Maestrando en Proceso educativo Mediado con Tecnología. UNC

Comenzamos un año lectivo nuevo después de lo complicado y difícil que fue el anterior para toda la comunidad educativa. Como sabemos el año pasado de un modo repentino, tuvimos que adaptarnos a enseñar y aprender con las tecnologías digitales. Y fue entonces cuando nos encontramos con limitaciones que generaron y generan malestar.

No toda la comunidad educativa cuenta con buenos celulares o computadoras, ni tampoco con una conexión aceptable, para poder enseñar y aprender de la mejor forma posible. Aunque remarco las TIC’s, son un bien social, y con ellas se enriquece la enseñanza y desarrollamos las capacidades de nuestros alumnos.

Como se tuvo que aprender de repente no siempre se lo hizo de la forma más óptima, y si alguien sabía, la inequidad en el acceso y la disponibilidad era una complicación insuperable.

En esta situación, lo más lógico era, por un lado pensar a nivel del sistema educativo, cuáles son las herramientas que se pueden asegurar a las escuelas y luego ver cómo proveerlas y apoyar el aprendizaje de las mismas.

Estábamos ante un nuevo medio, había que aprender a usarlo y de la forma más eficiente, y esto requiere herramientas como tiempos de aprendizaje, por lo tanto la necesidad de una política educativa que establezca pausas: momentos de aprendizaje y momentos de intervención.

Aunque valoro el trabajo de los colegas de los ministerios que se dedicaron a producir buenos materiales de apoyo, al no estar apoyada en una política educativa que apunte a ejes estructurales, la realidad es que hubo un "desbande" dónde se le saturaban los celulares a los docentes y los padres no encontraban las tareas en los grupos de Whatsapp.

Si esto es así a nivel del uso de las tecnologías, no hay que olvidarse que ellas están en función del logro de los aprendizajes, es decir que estén guiados por una idea Didáctica. Y muchos de los problemas surgieron porque no hubo tiempo y espacio para asimilar los avances en la

didáctica con las TIC’S.

Estos cambios no se aprenden con sólo participar en un conversatorio con un especialista o leer un documento del ministerio. Hay que tener en cuenta que en la comunidad educativa hay una historia en relación a las formas de cómo se enseña y aprende, por lo que esa frase de que estudiantes y docentes "no quieren salir de la zona de confort", es vacía.

Para sintetizar la idea es que tuvimos al frente nuevos medios que tienen su curva de aprendizaje, que a su vez requieren que pensemos la enseñanza de una manera diferente para adecuarnos también a sus posibilidades como limitaciones, y esto requiere precisamente de una pedagogía a nivel de la política educativa que no se deje llevar por un impulso ciego que incrementa el malestar. Hay que sobreponerse a la prisa por comenzar.

Con todos los problemas que acarrea el sistema educativo de hace años a nivel de la enseñanza, era el momento de una pausa inteligente, como se dice: despacio se va lejos.

Si el año pasado el lema fue la "continuidad pedagógica", este año es la "presencialidad cuidada", y como lemas resultan vacíos si no le damos consistencia y nos sirven para poder cumplir de la mejor manera nuestra tarea. Ya sabemos que la continuidad pedagógica, atrapada por una lógica ciega y no por la propuesta práctica y prudente, escalona el malestar, por lo que corremos el riesgo de que con la "presencialidad cuidada’’ nos pase lo mismo, y todo parece que se va en esa dirección.

La "presencialidad cuidada" implica que la comunidad educativa se adecue a protocolos que no simplifican la tarea, enseñar con barbijos, en "burbujas", etc. Aunque la esperanza de la vacuna esté próxima, este año no deja de presentarse complejo, porque la presencialidad no es de un 100%. Además hay que tener en cuenta que, de acuerdo a lo que marque el semáforo epidemiológico, se vuelve a la enseñanza remota.

A una experiencia que nos complejiza le debe seguir instancias de reflexión para que se puedan procesar los aprendizajes y estas instancias deben ser promovidas a nivel institucional.

Pero ante el "desbande" de lo que fue el año pasado, y el "desbande" que se avecina este año, si hay muchas cosas para capitalizar, lo prudente debe ser comenzar el año con momentos institucionales de reflexión y planificación para luego actuar de acuerdo a las realidades de cada contexto.

El pedagogo francés Phillipe Meirieu termina uno de sus libros con una apartado cuyo título dice que hay que "sobreponerse siempre a la prisa por terminar."

Bueno, tal vez, para una política orientada por la pedagogía en este momento lo más oportuno sería que nos soprepongamos a la prisa por comenzar.