¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

18°
24 de Abril,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

"Las celebraciones de la Iglesia se han multiplicado donde se pudo"

En el marco de la pandemia, el obispo de Jujuy señaló que "se viene por delante un proceso de reconstrucción muy grande y difícil", mientras que como ciudadano desea "una política con mayúscula". Su mensaje de Pascua fue que en medio de las mezquindades de la vida cotidiana, de la política, hay un mensaje de esperanza en la medida que cada uno se suba al camino del bien y del amor.
Martes, 30 de marzo de 2021 01:01

Mirando cómo pasó el 2020 con la pandemia, ¿se vio un pueblo solidario o cada uno miró sus propios problemas?

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Mirando cómo pasó el 2020 con la pandemia, ¿se vio un pueblo solidario o cada uno miró sus propios problemas?

Como siempre hay de todo. La pandemia mutó a veces a situaciones límites y puede sacarle a cada uno lo mejor o lo peor que tenemos, y creo que acá salieron las dos cosas. De lo mejor, uno como no va a valorar todo el esfuerzo de médicos, enfermeros, personal de la salud, la gente que estuvo en los servicios esenciales tratando de ayudar y de poner el hombro.

Gente que ha contagiado por sus servicios, por estar en primera línea al frente de batalla, así que eso ha sido muy hermoso. Lo hemos visto acá en Jujuy y en el mundo entero. Después hemos visto a los especuladores, los que quieren hacer ganancia de la pandemia. Si el alcohol en gel valía 5 pesos pasó a valer 20, por dar un ejemplo tonto, y esas cosas son para demostrar que hay actitudes que se aprovechan.

Son situaciones desgraciadas de la gente para su provecho propio, pero creo que siempre es más el bien que el mal. Y el bien esperemos que sea más contagioso que el mal. Mi impresión es que todos estuvimos mucho más sensibilizados en general al drama y al padecer de los demás a otras actitudes a veces más puntuales indeseables de quienes se han aprovechado, pero sirve como ejemplo para lo que no debe ser.

En el tema de los comedores donde subieron los números de personas que lo requerían y ahora, ¿cómo quedaron esos números?

La demanda es mucha y también hubo más oferta creo. Viendo la necesidad de mucha gente que no podía salir a trabajar, tenemos los vendedores ambulantes, la gente que trabajaba por cuenta propia, los tiempos que estuvieron cerrados los negocios, la gente que perdió el trabajo, quedaron muchas situaciones afligentes de muchas familias, y creo que en los barrios no solo en las iglesias sino en sociedades civiles, organizaciones sociales, centros vecinales, trataron de darles una respuesta con los merenderos, copas de leche, de servicio que se han gestado con gente muy generosa que lo hace a pulmón, a sus costas entre vecinos, así que en ese sentido, si bien la demanda aumentó, también lo hizo la oferta, cada vez más cerca del lugar donde se está padeciendo necesidad.

Nosotros hemos trabajado presencialmente cocinando en unos veinte comedores de los que tenemos mientras se pudo, y después se transformó en una bolsa de alimento y luego en vianda para que la lleven a la casa porque no se podía comer todos juntos, y donde no se podía se armó bolsas con alimentos. Ahora estamos un poquito con más posibilidades hasta que no se ponga el semáforo en rojo, ahora está en amarillo con mucho cuidado manteniendo el distanciamiento necesario, pero por ahora lo vamos haciendo en la mayoría de los casos en forma presencial.

¿Ha sentido que ha disminuido la angustia que la gente sentía o sigue preocupada?

Hay un aflojamiento. Creo que hemos pasado etapas. Primero de mucho encierro, hace un año atrás miraba por la ventana la ciudad vacía. Caminaban los médicos y los enfermeros nomás. Después caminábamos por una vereda, después un día sí y un día no de acuerdo al documento. Después pudimos comenzar a movernos, hacer deportes; hoy podemos decir que la gente transcurre con normalidad con bastante cuidado y en algunos casos descuidados, pero te agarra el pánico cuando te toca cerca, algún familiar, algún vecino, si no, me parece que estamos un poquito distendidos. Habría que tomar más cuidado en la actitud personal.

¿Cómo nota la desocupación, se ahondaron los números de la gente que ha quedado sin trabajo?

Basta caminar las calles y ver los negocios que antes eran florecientes, con el cartel de cerrado o se alquila. Esto lo vemos aquí. A mí me llamó mucho la atención; tuve que ir a una reunión de obispos en Buenos Aires, caminar por el centro, calle Lavalle, Corrientes o Santa Fe que eran el ámbito en el cual me movía por el lugar de reunión que era la Conferencia Episcopal, y de diez negocios cinco están cerrados, y eso es gente que quedó en la calle. Así que se viene por delante un proceso de reconstrucción muy grande y difícil.

Hablando de este año electoral, ¿cree que va a cambiar el comportamiento de la gente?

Es difícil predecir qué pasa en la mente de cada uno, ¿no? Yo hablo como ciudadano y de cómo pienso yo. Quisiera una política con mayúscula. No asistir permanente a peleas, pujas de poder o malos ejemplos que también te llegan de quienes deberían estar poniendo la vida al servicio del pueblo, que para eso uno los elige. Pero lo digo desde mi opinión de ciudadano, yo no estoy satisfecho con la respuesta. Pero esto no es ahora, no es porque diga porque es este gobierno, ni que fue el anterior ni el anterior, digamos desde mi vida de ciudadano, desde que voto muchas veces eligiendo los menos malos, los que hacen menos daño, los que a lo mejor pueden compensar alguna cosa, crear algún equilibrio para que no haya extremos y después se ponen autoritarios.

Pero uno añora estadistas, una persona de mente amplia, de consensos grandes, de un país que incluya a todos, donde el que piensa blanco y el que piensa negro tienen su lugar, eso es lo que uno añora, ¿no? Lo demás parecen peleas de grupos, la política con minúsculas, de letra chica, con miras reducidas a los espacios de poder o al beneficio de dirigentes, y nos faltan estadistas, gente que realmente esté a la altura de lo que se espera. Lo dice un ciudadano, no la Iglesia, es una opinión personal.

Con respecto a las celebraciones de Semana Santa, ¿cómo se van a desarrollar?

Bueno, primero estamos contentos en celebrar con una presencialidad cuidada como lo estamos haciendo desde septiembre en adelante. Las celebraciones se han multiplicado donde se pudo, se trasladaron a espacios más abiertos para que haya menos dificultad, y creo que lo estamos haciendo medianamente bien, la gente, su conducta. El domingo miraba desde el altar celebrando la misa, cuando las señoras que estaban en la puerta indicaban ya que no había lugar adentro o que pasaron a la recova de la Catedral, la gente lo toma a bien, no protesta porque no la dejan entrar, sino que sabe que el aforo está completo y no puede entrar más gente y no se puede estar encimados. Otros por sí mismo se quedan afuera.

¿Y por estos últimos tiempos, qué quiere transmitir la Iglesia?

En este tiempo, como siempre, es una gran esperanza. Y es nuestra tarea dar el mensaje de la Pascua que es un mensaje de esperanza. Cristo ha vencido el pecado, el mal y la muerte. Con su muerte y resurrección nos da la posibilidad de hacer un mundo nuevo.