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Infancias trans que son invisibilizadas

Romina Pezzelato, madre de una niña trans de 5 años compartio su historia y la necesidad de avanzar en la ESI.
Viernes, 16 de abril de 2021 01:05

Diferentes hechos nos interpelan a diario sobre la necesidad de reflexionar y concientizar sobre la discriminación y la violencia que pesa sobre las personas trans.

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Diferentes hechos nos interpelan a diario sobre la necesidad de reflexionar y concientizar sobre la discriminación y la violencia que pesa sobre las personas trans.

A finales del mes de marzo se celebró el Día Internacional de la Visibilidad Trans. La fecha, establecida en 2009 por la cofundadora de la organización Transgénero Michigan, Rachel Crandall, fue pensada para festejar la diversidad y visibilizar las contribuciones que las personas transgénero han hecho a la sociedad en todo el mundo. Sin embargo, muchas veces la temática es abordada como "cosa de adultos" dejando poco espacio a la visibilización de las infancias trans.

Muchas veces, sobrevuela en el imaginario colectivo la idea de que sólo existen personas trans adultas. Pero esto no es así. La identidad de género de una persona no comienza en la adultez, sino que es una vivencia interna e individual que se siente desde la infancia y se desarrolla a lo largo de toda la vida. Poco se habla de infancias trans, porque poco se las ha visibilizado. Por temor, por falta de información o por responder a un paradigma heteronormativo, biologicista y binario, del tema no suele hablarse. Y esto ha generado marginación, criminalización y patologización de esta población.

Romina Pezzelato es madre de Gema, una niña trans de seis años que reside en la provincia de Córdoba, su historia se conoció en el país cuando su papá publicó una carta en sus redes sociales por el festejo de su cumpleaños número 5.

En diálogo con El Tribuno de Jujuy, compartió su historia y la de su hija Gema y planteó la necesidad de la aplicación de la Educación Sexual Integral que rompa con el binarismo y una escucha activa de parte de los adultos a los sentires de las niñeces.

Pezzelato contó que Gema tiene seis años, y comenzó el proceso de visibilizar su identidad autopercibida a partir de los dos años "cuando empezó a decirnos que era una nena y no un nene. A partir de ese momento iniciamos un proceso como familia, como papá y mamá antes que Gema lo trajera a casa no sabíamos nada de niñeces trans. A partir del proceso de ella nos dimos cuenta de que no era un juego, no era capricho y no se le pasaba y que sus momentos de angustia tenían que ver con que alguien le decía que no era una nena sino y nene hasta que ella empezó a incorporar ropa. El elemento de transición de ella fue una pollera. Dijo que quería una pollera. Hubo varias polleras de amigas y de primitas que llegaron a casa y así fue que empezó a ir al jardín con pollera, dormía con pollera y no se sacaba más. Y fue a los 4 años cuando nos dijo que no podía seguir teniendo ese nombre y que quería llamarse Gema en referencia a una amiga trans de la familia que se llama Gema Ríos. Ella hizo la asociación directa y fue un momento bisagra cuando eligió su nombre. Después tuvimos que incorporarlo entre la familia y amigos, informarlo al ámbito educativo".

La madre de Gema comentó que al quinto cumpleaños la niña lo festejó con su nuevo nombre y con identidad de género autopercibida. "Nuestra única certeza y timón es escuchar a Gema y ver su felicidad. Ella es una niña muy segura y muy plena", acotó.

En cuanto a los obstáculos que encontró la familia en el proceso de acompañamiento de Gema hacia su identidad autopercibida, Romina Pezzelato dijo que las mayores dificultades están en el mundo adulto, ya que con los niños y niñas amigos y de la familia fue Gema quien evacuó todas las preguntas y las inquietudes quedaron saldadas y los vínculos quedaron intactos.

En tanto en el mundo adulto, lo difícil está relacionado a los miedos y la violencia. "Yo siempre me corro de que este sea un relato romántico, sino que hay muchos miedos, angustias y el miedo al ver que este es un mundo muy violento. Todavía tenemos un camino muy largo para que la diversidad sea respetada sin que sea juzgada, etiquetada. Las infancias trans son muy poco nombradas y muy poco tratadas, sin embargo cuando uno habla con personas trans adultas todas refieren que en la niñez autopercibieron una identidad de género desfasada con los sentires.

Lo difícil tiene que ver con la violencia institucional, por ejemplo, yo tengo que ir con Ley de respeto a la identidad de género impresa en el bolso porque la mayoría no tiene ni idea de lo que es ser una niña trans. Hay muchísimo camino por andar, y también hay un recorrido muy potente en el país que tiene que ver con un cuerpo legal que abraza el proceso de mi hija y con la lucha de las organizaciones sociales y ongs que acompañan a la familias.

La ESI esfundamental
Sobre la invisibilización de las infancias y la falta de escucha al sentir de la niñez, Pezzelato consideró que sin duda alguna está relacionada a un mundo adultocéntrico en donde las voces de los niños y niñas no tienen espacios
“Este mundo ordenado bajo una heteronorma y el adultocentrismo. Entonces hay mucho aún por disputar, pero como contracara de esto emergen otras voces. Es fundamental que las infancias trans aparezcan también en otros espacios como los dibujos animados, libros de cuento, y no solo en los medios informativos que los abordan desde lo raro. Esto haría posible que otras niñeces trans puedan verse espejadas y poder encontrarse desde el alivio y no desde el tabú o de lo oculto”, señaló. 
En cuanto a la importancia de la aplicación de la Ley de ESI, Pezzelato indicó: “La implementación de la ESI es clave, lo fundamental es romper el binarismo y ahí está el gran desafío para los docentes a enseñar que no siempre uno más uno es dos y las palabras en ingles no discriminan el género como en el castellano. Hay muchos contenidos que puedan aportar a romper esa mirada binaria del mundo y de la vida, que la vida no se divide entre varones y mujeres, sino que está lleno de grises y arcoíris y niñeces que deben tener la posibilidad de habilitar el color que tengan ganas. La ESI es fundamental”. 
Como ya sabemos, las niñas, niños y adolescentes son sujetos de derechos y sus derechos son Derechos Humanos, reconocidos por tratados internacionales y legislación interna. Hablamos por ejemplo del derecho al desarrollo personal, al trato igualitario, al disfrute, la educación, la salud, a la libertad de expresión y a la identidad (incluyendo la de género).

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