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20 de Abril,  Jujuy, Argentina
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"La Química es una ciencia realmente atrapante"

Fue escalando posiciones como investigadora del Conicet y ahora se volcó a un perfil agronómico, además de la docencia.
Miércoles, 21 de abril de 2021 01:02

"No hay que ser genia para estar acá, simplemente tenés que dedicarte, esforzarte, perseverar y todo se puede", dijo a El Tribuno de Jujuy la doctora en Química Ana Graciela Iriarte, investigadora adjunta del Conicet y docente de la Universidad Nacional de Córdoba. Su extensa carrera la llevó hasta la Antártida y es un orgullo para la provincia.

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"No hay que ser genia para estar acá, simplemente tenés que dedicarte, esforzarte, perseverar y todo se puede", dijo a El Tribuno de Jujuy la doctora en Química Ana Graciela Iriarte, investigadora adjunta del Conicet y docente de la Universidad Nacional de Córdoba. Su extensa carrera la llevó hasta la Antártida y es un orgullo para la provincia.

 

Tiene 19 papers publicados en revistas internacionales con referato. Está a cargo de las clases de Laboratorio 3, de la UNC.

 

Su presente quizás debe haber sido impensado cuando cursando el secundario en el Colegio "Nuestra Señora del Huerto" la Química era la materia que menos le gustaba e incluso casi la reprobó.

Pero el destino la alcanzó y se le reveló después de la primera intención de inscribirse en la Facultad de Ciencias Económicas de la Unju y luego anotarse para Bioquímica dentro de un convenio entre la universidad jujeña y su par tucumana. Hizo primer año en dependencias de la Facultad de Ingeniería y luego viajó al "Jardín de la República".

Sin embargo, seguía buscando, "yo pensé que lo que me gustaba era Bioquímica, llegué hasta casi terminar 4º año, empecé con las prácticas y me di cuenta de que tampoco era eso lo que quería. Entonces me pasé a completar las materias de la Licenciatura en Química".

Siendo ayudante de Físicoquímica y tener una destreza manual en laboratorio tuvo en claro por dónde iba su camino. Y al cursar Fisicoquímica 2 la profesora Myshuko Álvarez la invitó a hacer investigación como estudiante.

No obstante su interés venía desde pequeña. "Siempre tuve la curiosidad del porqué de las cosas, desde chiquita mi mamá me contaba que me habían regalado una muñeca que lloraba y la destripaba para ver porqué lloraba y cómo lloraba", recordó Ana y lo vinculó a que "esto de trabajar en la Química permite abordar infinidad de cosas desde distintos puntos de vista. Por qué ocurre, por qué reacciona, por qué no, cómo reacciona, se puede sintetizar o preparar un compuesto o no, por qué, hay otra manera de preparar, etc. Generalmente hay más errores que aciertos en nuestro campo, pero de eso se aprende mucho más: de los errores".

EN EL LABORATORIO / LLEVA ADELANTE PROYECTOS DE INVESTIGACIÓN DEL CONICET EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA.

Obtuvo la Licenciatura en el 2003 y cuando hizo unas pasantías ad honorem en la Estación Experimental "Obispo Colombres" de Tucumán, que era como trabajar en una industria, "me di cuenta de que era todo muy rutinario y que no iba a poder hacer eso el resto de mi vida y entonces se presentó la posibilidad de presentarme a una beca del Conicet", precisó sobre la nueva meta.

Con el doctor Edgardo Cutin, entonces titular de la cátedra de Fisicoquímica II, comenzó a buscar un tema y encontraron uno de compuestos fosforo-nitrogenados, estaba en auge la cuestión de los pesticidas y si bien no está relacionado directamente pero es la ciencia básica.

Comenzó en el 2004 y se doctoró en el 2007 en Tucumán pero durante los años de tesis hizo la parte fundamental de laboratorio en la Universidad de La Plata con su codirector, el doctor Carlos Della Védova y viajó asiduamente.

Al finalizar, con asesoramiento del doctor Cutín, planificó presentarse a una beca posdoctoral. Lo que la llevó a cambiar de lugar de trabajo, de director y de tema.

Arribó así a Córdoba y con el doctor Gustavo Argüello -investigador muy importante en el área de los compuestos orgánicos volátiles porque trabajó con el Premio Nobel de Química Mario Molina- llevó adelante su nueva instancia académica.

Al ofrecerle mejores posibilidades pidió el ingreso a la carrera de investigador científico en el Infiqc de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba. La profesional jujeña integra el Departamento de Fisicoquímica.

EN EL 2007 / REALIZÓ UNA EXPOSICIÓN EN UN CONGRESO DE TANDIL.

Promovida a investigadora adjunta del Conicet, además de integrar un grupo tiene sus propios proyectos. El último, para el cual solicitó un tesista, es trabajar en conjunto con la Facultad de Ciencias Agropecuarias en modificar aceites esenciales. "En mi caso es particularmente de un yuyo de Córdoba: el suico, para ver si modificándolo con algunas reacciones químicas, le vas cambiando grupos funcionales y fijarte si mejora o no la actividad contra un hongo, específico del maíz. Y la provincia es uno de los grandes exportadores de maíz", explicó.

Entre sus satisfacciones más grandes estuvo viajar un mes a la Antártida -con Argüello y un compañero de trabajo- para analizar el aire y determinar contaminantes llegados desde las masas del continente.

Fue en la campaña de enero de 2014 donde todo fue un desafío, desde que subió al buque.

"La Química es una ciencia realmente atrapante", expresó y exhortó a "estudiar y perserverar. Después llegan los reconocimientos".

 

Reparte su tiempo entre la dirección de tesis, docencia, otros proyectos satélites y un agregado estudiantil. También en su familia.
Agradeció a la universidad pública, al Conicet por financiar sus estudios de grado y posgrado y a sus padres por el gran esfuerzo.

 

Tener una familia

Cuando se encontraba trabajando en la estación experimental de Tucumán, conoció a Carlos y se casaron en el 2007. Mientras que su hijo Carlos Augusto nació en el 2018. Ana demuestra que se puede ser científica y también conformar una familia, pero admitió que “cuesta más. Yo conozco acá grandes profesoras, investigadoras, pero para llegar a lugares más altos o más rápido a lugares altos han sacrificado su vida personal”. No se trata de un “presión de género” porque en su grupo de trabajo hay muchas mujeres. Sí “lo que más se siente es la responsabilidad de una familia”.