La venta de una parcela de cuatro hectáreas con la finalidad de poder paliar dificultades económicas de su grupo familiar, terminó constituyéndose en una verdadera pesadilla para Juana Rosa Álvarez al enfrentar hoy el escarnio y la difamación junto a injustas difamaciones que la tildan de estafadora por el solo hecho de haber confiado la comercialización a través de un convenio a Julio Cesar Aldecoa.
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La venta de una parcela de cuatro hectáreas con la finalidad de poder paliar dificultades económicas de su grupo familiar, terminó constituyéndose en una verdadera pesadilla para Juana Rosa Álvarez al enfrentar hoy el escarnio y la difamación junto a injustas difamaciones que la tildan de estafadora por el solo hecho de haber confiado la comercialización a través de un convenio a Julio Cesar Aldecoa.
Juana Rosa Álvarez pertenece a una tradicional familia de Humahuaca que vio afectado su buen nombre y honor.
Juana Rosa Álvarez de unos 90 años y todas sus hijos constituyen una tradicional familia humahuaqueña quienes en el año 2012 firmaron un "convenio de comercialización" con el empresario quien se comprometió a realizar un importante loteo en el ingreso a la histórica ciudad sobre ruta nacional Nº 9.
De acuerdo a declaraciones de la abogada Mercedes Arias en reiteradas oportunidades se habría intimado a Julio Aldecoa para que normalice la situación ya que con el correr del tiempo los terrenos no fueron preparados para la venta.
Al cabo de tres años y después de que no realizara ninguna de las obras de infraestructura, vecinos de diferentes puntos de la provincia llegaron al lugar con la intensión de instalarse ya que los mismos tenían boletos de compraventa firmados por Aldecoa.
El loteo constaría de 72 terrenos y a partir de ese momento la familia de la damnificada comenzó a recibir demandas por lo cual con el patrocinio de un letrado se realizó la denuncia correspondiente por "rendición de cuentas" en el Juzgado de Primera Instancia Nº 2 secretaría 4 a cargo del letrado Diego Puca, según expediente C-081490/2016 en virtud de no haber percibido de parte de Aldecoa el dinero que le correspondía a la familia, habiéndose perpetrado una doble estafa al haber recibido un dinero por terrenos que no le pertenecían y sin haber pagado nunca por los mismos.
La mujer damnificada presentó ante la Justicia la documentación que la acredita como dueña de ese bien que le fuera heredada de sus antepasado y cuyo título de propiedad se encuentra a derecho.
La propietaria y su descendencia esperan que la acción judicial iniciada que está sustanciada "en que hubo incumplimiento de contrato en todos sus ítems" los desligue de toda responsabilidad.