¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

29°
28 de Marzo,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Reflexiones para vivir en armonía con la naturaleza

22 de abril Día Internacional de la Madre Tierra y entrada en vigencia del Acuerdo de Escazú

Jueves, 22 de abril de 2021 01:04

En el año 2008 el Estado de Ecuador se convirtió en la primera nación en otorgar derechos constitucionales a la Naturaleza o Pachamama, al año siguiente el Estado Plurinacional de Bolivia reconoció en su Constitución de 2009 el principio del vivir bien para guiar las políticas públicas. Aquellos hitos constitucionales hicieron que ese mismo año la Asamblea General de las Naciones Unidas estableciera el 22 de abril como el Día Internacional de la Madre Tierra reconociendo que "Madre Tierra" es una expresión común utilizada para referirse al planeta Tierra en diversos países y regiones, lo que demuestra la interdependencia existente entre los seres humanos, las demás especies vivas y el planeta que todos habitamos.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

En el año 2008 el Estado de Ecuador se convirtió en la primera nación en otorgar derechos constitucionales a la Naturaleza o Pachamama, al año siguiente el Estado Plurinacional de Bolivia reconoció en su Constitución de 2009 el principio del vivir bien para guiar las políticas públicas. Aquellos hitos constitucionales hicieron que ese mismo año la Asamblea General de las Naciones Unidas estableciera el 22 de abril como el Día Internacional de la Madre Tierra reconociendo que "Madre Tierra" es una expresión común utilizada para referirse al planeta Tierra en diversos países y regiones, lo que demuestra la interdependencia existente entre los seres humanos, las demás especies vivas y el planeta que todos habitamos.

La crisis de la COVID-19, en el año 2020, no solo nos hizo reflexionar sobre la importancia de una relación armoniosa con la naturaleza sino que también fue un llamado de atención para los Estados e incluso el Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas puso de relieve que "solo se podía preservar la Madre Tierra cambiando el paradigma de una sociedad centrada en los seres humanos a un ecosistema global centrado en la Tierra".

La incertidumbre que ese mismo año trajo aparejada la pandemia de COVID-19 provocó que las Naciones Unidas cancelara su agenda prevista para celebrar el Día Internacional de la Madre Tierra pero en su lugar se redactó un informe en donde se hacía mención a una Declaración de Ecuador en la cual resaltaba "que la armonía con la Naturaleza era parte intrínseca del logro del desarrollo sostenible y estaba en consonancia con las medidas adoptadas en todo el mundo para proteger la biodiversidad, modificar las modalidades de consumo y producción, combatir los efectos adversos del cambio climático, poner fin a la contaminación por plásticos, construir comunidades resilientes y reducir la desigualdad en las generaciones presentes y futuras". En este sentido, se puede decir que nuestro futuro como especie depende de la conservación de la biodiversidad basada en un paradigma no antropocéntrico.

Esto es algo que vienen denunciando durante siglos los pueblos indígenas quienes encabezan la lucha por la protección de la Tierra, fuente de vida de todas las especies que habitamos esta casa. Los pueblos indígenas y comunidades campesinas tienen en común el respeto por los elementos naturales que ofrece la tierra y la conservación de la misma. Por la misma razón, se pueden lograr esquemas exitosos de conservación y promulgar la presencia humana a través de sistemas agrícolas compatibles con los Objetivos del Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas y la Protección de los Derechos Ambientales. Pero, para que ello sea

posible es necesario generar un diálogo genuino y efectiva participación de las personas en la toma de decisiones que involucren un impacto significativo en el Medio Ambiente.

Coincidentemente hoy también entró en vigencia "el Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe", ratificado por nuestro país el 24 de septiembre de 2020, también conocido como Acuerdo de Escazú por ser el lugar en donde se adoptó.

Este Acuerdo Regional es un hito en materia de protección ambiental y a la vez es un tratado de Derechos Humanos cuyo objetivo es fortalecer la democracia ambiental.

El acuerdo de Escazú no tiene precedentes y contiene la primera disposición vinculante del mundo sobre los defensores de los derechos humanos en asuntos ambientales.

En este sentido, garantiza a estas personas un entorno seguro y propicio para que puedan actuar sin amenazas, restricciones e inseguridad. Estas disposiciones, tan necesarias, obligan a los Estados a tomar todas las medidas adecuadas para