En Jujuy hay al menos tres productores de pitahaya, conocido como "fruto de dragón" por su consumo en Asia. La exótica fruta tiene un gran potencial para quienes apuestan al cultivo que lleva años, supone mucha inversión pero perfila un gran mercado en Buenos Aires y para exportación. Se suma a otros frutos tropicales a los que se están orientando, carambola, maracuyá, tunas y una finca ya exporta higos.
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En Jujuy hay al menos tres productores de pitahaya, conocido como "fruto de dragón" por su consumo en Asia. La exótica fruta tiene un gran potencial para quienes apuestan al cultivo que lleva años, supone mucha inversión pero perfila un gran mercado en Buenos Aires y para exportación. Se suma a otros frutos tropicales a los que se están orientando, carambola, maracuyá, tunas y una finca ya exporta higos.
La pitaya es conocida como "dragón fruit" y se introdujo a la provincia hace dos años desde el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) que trajo la variedad roja del Centro de Validación Tecnologías Agropecuarias (Cedeva) de Formosa y luego la blanca.
La exótica fruta tiene origen centroamericano, pero se detectó crecimientos silvestres en suelo jujeño. Por ello desde Inta junto a la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Jujuy (Unju) trabajan en el rescate del genotipo de pitahaya en Ledesma, Fraile Pintado y alrededores, y llevan las muestras para trabajar en germoplasma y proceso de viverización, injertos para poder disponer de plantines.
"La pitahaya es pariente de la tuna, pero es más tropical porque el origen es Centroamérica y Caribe, sin embargo hay poca producción en Colombia, Venezuela, Perú, los que más explotaron esto fueron los asiáticos, China, Filipinas, Taiwán, tiene mayor producción y consumo en el mundo", explicó Carlos Aguirre, jefe del grupo Agrícola Forestal del Centro Experimental de Cultivos Tropicales de Yuto del Inta.
La pandemia relentizó el trabajo para sacar las muestras en el campo pero colaboran con dos empresas jujeñas que ya la sumaron, en Yuto con 2 hectareás que ya cosechó para comercializar en el Mercado Central de Buenos Aires para la demanda de coreanos.
La otra es una finca en El Milagro, Perico, con 3 hectáreas, 2 en producción y una plantada, que debido a que ya exporta higo apunta a ello.
Desde Inta colaboran con el diagnóstico de la enfermedad en el laboratorio, para orientar en el tratamiento a implementar; poda y polinización.
Es que explicó que cultivar la pitahaya supone una gran inversión para la estructura porque requiere postes, 1.600 por hectárea; además la polinización es manual ya que en Asia lo hacen insectos de esa zona y es nocturno porque la flor abre a la noche. Además, el sistema de riego es por goteo.
Estudian también la cosecha, el punto de recolección, y por su corta vida para ver si deben usar camión térmico para la comercialización, y falta trabajar la poscosecha.
Es que asume que las plantas en la experimental crecieron intactas, pero cuando se llevó a campo y se hizo en cantidad surgieron dos bacteriosis, una en cada campo, por lo que Inta buscó muestras al laboratorio y determinaron cuál era y aplicaron oxicloruro de cobre para una de ellas.
Con la experiencia inicial de los dos productores se dedujo un gran potencial, ya que en el Mercado Central de Buenos Aires, una caja de seis kilos que contiene 10 frutas tenía un costo de 2.500 pesos, que al consumidor sería alto. Por ello, el especialista en plantas tropicales Aguirre estimó que con el tiempo y si hay sobreproducción llegaría al público local como sucedió con los arándanos, que ya pasó con la pitaya y se hizo pulpa, destinado a heladería, un valor agregado que también se debe trabajar.
Suman la fruta para exportar
En la zona de El Milagro de Perico incorporaron el fruto de dragón y este año tuvieron su primera cosecha que destinaron al mercado interno por el volumen reducido. Es que lleva desde tres años desarrollar la planta y que dé frutos. “El sabor es parecido al kiwi pero mucho más sutil, no es ácido y tiene muchas propiedades”, explicó Enzo Fachini de finca Don Armando. El fruto tiene vitaminas C, B, hierro, calcio, rico en proteína, fibras, antiinflamatoria y antioxidante.
La cosecha empieza a finales de diciembre y se extiende casi hasta mayo, porque suelen salir camadas de frutas, y no se da al mismo tiempo. Es que buscan ampliar los productos para exportación y para el mercado interno de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. La empresa familiar diversificó el tabaco y desde hace seis años, entre la producción propia y la de otros productores de la zona, exporta más de 100 toneladas solo en higos, a Canadá, Medio Oriente, Bélgica, Inglaterra y Holanda. También lo hace con su producción de maracuyá y tunas.
De hecho, en febrero la empresa tuvo un stand en una feria de Dubái para promocionar la exportación que ya realizan, y es que también exportan de terceros. Con la exportadora están trabajando en la exportación de peras, manzanas del sur, arándanos y actualmente están exportando limones. En producción actualmente están probando también con zarzamoras y frambuesas que prevén cosechar el próximo año. Otro de los proyectos en marcha es el de la producción de naranjas, que se espera poder cosechar en tres o cuatro años porque es un cultivo que lleva su tiempo.
Prevén posicionarlo en la provincia
Otro productor en Palma Sola sumó la pitahaya a su producción de frutos en los que ya viene innovando. “Desde hace dos años que traje plantitas de a cinco o de a diez y hace un año ya tuve los primeros frutos y vi que en la zona puede andar”, explicó Ezequiel Perales, productor de Palma Sola, quien ya tiene cien plantas de pitaya y observó que en el primero dio unos dos o tres frutos, y luego van dando más.
Experimenta incorporando el exótico fruto y ya encontró demanda. Este año fue en la Expo Alimentaria donde vendió algunas pero al ser poca cantidad no pudo lanzar a la venta y lo destinó para que la prueben y conozcan. La idea es sembrar más plantas en agosto y apunta a destinarlo al mercado interno de la provincia, consciente de que otros productores tienen en la mira la exportación, porque estima que se puede posicionar y la venta sería directa.
Además, explicó que incorporó otra fruta exótica, la carambola con una forma estrellada, amarilla que se consume en licuados y fresca, que tiene buena aceptación. También ya comenzó a crecer su producción de maracuyá que ya se lanzó al mercado provincial y se puede conseguir en los mercados locales actualmente porque está de temporada.