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"La lucha de los '70 hace que tenga mayor compromiso social"

Tras perder a su hermana desaparecida Marina Vilte, cambió su vida por la lucha por derechos de la educación y salud.
Miércoles, 28 de abril de 2021 01:00

En el corazón de la Quebrada Laura Vilte cuenta su historia signada por el dolor de familia, ante la desaparición de su hermana Marina Vilte, que marcó un giro en su vida. Laura Vilte volvió a la provincia y dejó su labor de psicóloga para asumir el de la docencia, la actividad social, cultural que aún realiza luego de jubilada, ahora con limitaciones por la pandemia.

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En el corazón de la Quebrada Laura Vilte cuenta su historia signada por el dolor de familia, ante la desaparición de su hermana Marina Vilte, que marcó un giro en su vida. Laura Vilte volvió a la provincia y dejó su labor de psicóloga para asumir el de la docencia, la actividad social, cultural que aún realiza luego de jubilada, ahora con limitaciones por la pandemia.

"Tengo una hermana desaparecida que es Marina Vilte, que fue secretaria general de Adep (gremio docente) y secretaria adjunta de Ctera que desapareció por su actividad durante la dictadura militar. Ese fue un gran dolor para la familia. Yo vivía y trabajaba en Córdoba, era psicóloga y tuve que venir a apoyar a mis padres que estaban destrozados, y no pude retomar la actividad de la psicología", explicó Laura Vilte, sobre uno de los hechos que significó un cambio en su vida.

Laboralmente incidió y al no poder retomar su actividad como psicóloga, se inclinó por la educación, por lo que se dedicó a hacer "psicología educativa". Además fue directora de la escuela primaria de Purmamarca durante 30 años, al tiempo que fue profesora de Psicología en el Instituto de Educación Superior (IES) de Tilcara y en el Bachillerato provincial de esa localidad.

"La actividad en las tres instituciones educativas fue tendiente a recuperar la identidad cultural de los alumnos", afirmó. Es que analizando con un equipo del IES del lugar, encontraron que "muchos de los problemas de nuestros jóvenes es que caen en el alcoholismo, ahora en la drogas, creemos que es un quiebre en su identidad, no asumir sus orígenes como pueblos originarios, y eso de querer parecerse al que viene de afuera hace un click en su personalidad y terminan perdiendo el rumbo", precisó.

CON LOS NIÑOS / DE LA BIBLIOTECA DE LA COMUNIDAD INDIGENA DE CHALALA.

Explicó que en esa tarea en primaria tuvieron muchos proyectos y obtuvieron muchos premios. Hicieron además un camino en la "recuperación de la historia prehispánica de Purmamarca" analizando los sitios arqueológicos, y vestigios donde rastrear orígenes como pueblos originarios. El equipo publicó tres libros para la comunidad, sobre la historia, la geografía y la lengua en la zona de la Quebrada de Humahuaca, una satisfacción en su tarea académica y de investigación.

"Me jubilé pero no podía despegarme de esta impronta de la educación con los niños, así que fui voluntaria de la biblioteca de la comunidad aborigen de Chalala durante muchos años y se cortó ahora por la pandemia", explicó Vilte. Es que al pertenecer al grupo de personas en riesgo por tener comorbilidades ante el Covid-19, no pudo continuar su labor allí.

No obstante, recordó que fueron años muy buenos en los que también hicieron talleres de lectura y escritura con niños, cuya satisfacción fue saber de la voz de una docente del secundario quien destacó que los chicos que participaron de esas actividades tenían menos problemas en la lectura y comprensión de texto. "Fue muy gratificante la actividad con los chicos y de volverme a ligar a la educación", destacó.

En los últimos años también se integró a los "Autoconvocados de Purmamarca" que comenzó a reunirse para defender la laguna purmamarqueña, de la que explicó se quería sacar para llevarla a otros lugares, y con el reclamo se logró impedirlo. También activaron en defensa del Cerro de Siete Colores cuando lo quisieron privatizar.

De hecho, explicó que a través de ese grupo trabajan en un Observatorio socio-ambiental, que impulsa la Universidad Nacional de Buenos Aires a través del Instituto Interdisciplinario de Tilcara. Por ello continúa apoyando la defensa respecto a la escasez y ponderación del agua, del litio y conflictos socioambientales de la Quebrada de Humahuaca. También es representante por Purmamarca de la mesa de trabajo del Hospital de Maimará en defensa de la salud pública.

A sus 73 años, en pandemia aporta en forma virtual para que las actividades que realiza continúen. En familia trabajan en defensa de los derechos como compromiso de vida.

Trabajar en defensa de derechos

En torno a lo sucedido con su hermana Marina Vilte, explicó que desde que desapareció hicieron junto a su madre las denuncias en los organismos nacionales e internacionales, que eran pertinentes. En tanto, su hermana Selva Vilte comenzó a trabajar en organizar a madres y familiares de desaparecidos de Purmamarca, una tarea que desde la familia continúan trabajando ininterrumpidamente.

POR LA SALUD / AUTOCONVOCADOS EN DEFENSA DEL HOSPITAL DE MAIMARÁ.

Recodó que cada año hacen un acto el 24 de marzo en conmemoración, asumiendo que desaparecieron luchando por un mundo mejor, y en el caso de su hermana por defender los derechos de los docentes. “Es una lucha que nunca termina”, aseguró en relación a la desaparición irresuelta de su hermana, en tiempos de la dictadura militar. De hecho, explicó que “la lucha de los años ‘70 hace que tenga un mayor compromiso con lo social”. Planteó que ese compromiso que se marcó en su vida y que cumple, va más allá de lo político, y por ello aclaró que no pertenece a ningún partido ni es militante.

Sin embargo, explicó que su postura política y de vida es clara, en defensa de los derechos humanos, de los derechos de la educación y de la salud pública. Sostuvo que en tiempos de pandemia trabaja en relación a ése último eje en defensa de la salud. Laura Vilca en su momento se casó y tuvo tres hijos, de quienes destacó que también trabajan y viven todos comprometidos socialmente con los mismos objetivos. Su hijo Alejandro Vilte, es músico del grupo Che Mandinga; su hija abogada Marina y Martín, empleado, con quienes trabajan organizando en conjunto el Encuentro de Copleros de Purmamarca, y un carnaval “de antiguas raíces”, alejado de lo comercial.