Con gran entusiasmo y sentida fe, la feligresía participó de la Vigilia y Misa de Resurrección, en el atrio del templo matriz de la parroquia San Pedro de Río Negro, a un año del confinamiento, que mantuvo los templos cerrados.
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Con gran entusiasmo y sentida fe, la feligresía participó de la Vigilia y Misa de Resurrección, en el atrio del templo matriz de la parroquia San Pedro de Río Negro, a un año del confinamiento, que mantuvo los templos cerrados.
La primera parte de la ceremonia, con los fuertes signos de la bendición del fuego y la liturgia de la luz, simbolizada por el Cirio Pascual y el pasaje por la historia del pueblo de Dios, a través de las lecturas del Antiguo Testamento, fueron reeditadas desde el emotivo silencio. La tenaz llovizna que se hizo presente desde el inicio de la ceremonia, obligó a todos a ingresar al templo para proseguir con la bendición del agua, la liturgia del Bautismo y la Eucaristía, siempre con los correspondientes protocolos sanitarios establecidos por la iglesia, que se iluminó con el gozo de la Pascua de Cristo.
El final de la extensa vigilia y luego la Santa Misa de Resurrección, en la que no faltaron los cantos tradicionales del gloria, el aleluya y repicar de campanas, hizo su ingreso la imagen de la Virgen revestida de blanco, inaugurando la alegría de la victoria pascual y el anuncio de la buena noticia al mundo entero. Manos y pañuelos se alzaron para saludarla en un clima festivo y de gran emotividad.
Sentida homilía del padre Daniel Baca
En su homilía, el padre Daniel Baca, destacó el acto de fe por parte de la comunidad, por haber permanecido en este espacio abierto del atrio y teniendo en cuenta la situación de pandemia, para evitar los lugares cerrados. “Esta noche, debemos darle gracias al Señor por habernos permitido vivir esta Semana Santa, y así como la lluvia cae, empapa la tierra y la hace fecunda, hoy, celebramos el don de la vida. Creo que el tiempo de la pandemia, nos ha hecho pensar mucho en el valor que tiene la vida para toda la humanidad, poder valorar este don precioso creado por Dios, fuimos hechos a su imagen y semejanza”, dijo. En otro tramo, habló de la confianza, “en medio de cualquier circunstancia de la vida, debemos confiar plenamente en el Señor, que sea luz en medio del dolor y de tanto sufrimiento. En medio de esta experiencia que vivimos como pueblo, saber que Dios nunca se apartará de nosotros, quizás, en algún momento, hemos llegado a pensar y a sentir que Dios nos ha abandonado, pero Dios estuvo siempre ahí, a nuestro lado”, finalizó.