¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

17°
25 de Abril,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

"Empezamos con 200 libros ahora tenemos 10 mil"

La docente Raquel Elena Gurrieri le dedicó 30 años de su vida a crear y mantener la Biblioteca Popular de Caimancito
Miércoles, 12 de mayo de 2021 01:03

En la localidad maderera de Caimancito, de alrededor de 5 mil habitantes, la tenacidad de la docente Raquel Elena Gurrieri hizo que fuera una realidad la Biblioteca Popular. Como docente vió la necesidad y dedicó más de treinta años de su vida para ello, y ella continúa al frente de la misma a pesar de haberse jubilado hace mucho tiempo.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

En la localidad maderera de Caimancito, de alrededor de 5 mil habitantes, la tenacidad de la docente Raquel Elena Gurrieri hizo que fuera una realidad la Biblioteca Popular. Como docente vió la necesidad y dedicó más de treinta años de su vida para ello, y ella continúa al frente de la misma a pesar de haberse jubilado hace mucho tiempo.

"Hace treinta años inauguramos la Biblioteca", explicó Gurrieri, quien lleva veinte jubilada y al frente de la Biblioteca. "Era maestra de enseñanza primaria pero accedí a horas del secundario, porque se había creado hace poco el Bachillerato "Salvado Mazza" de Caimancito".

Como parte del Departamento de Lengua, propuso que se ocupen de crear la biblioteca para el pueblo. "Pasó tiempo, nos costó mucho, pero al fin el 24 de abril de 1991 pudimos inaugurar la Biblioteca", relató y explicó que era la única docente local, ya que el resto venía de Libertador o de San Salvador.

De hecho continuó sola al frente de la Biblioteca y formó una comisión en la localidad, de modo que participe la comunidad, porque los docentes de afuera no tenían tiempo. "Es un pueblo chico de 5 mil habitantes, que en ese momento tendría 4.500, y el bachillerato era nuevo y hasta entonces trabajábamos con fotocopias y hacía falta la biblioteca. Surgió la idea y después de mucho tiempo se pudo fundar", dijo.Cuando comenzaron a trabajar, en principio pidieron donaciones y compraron algunos libros. "Empezamos con 200 libros, ahora tenemos alrededor de 10 mil", explicó y señaló que se hizo por fuera del colegio con la idea de que sea popular. Para ello, los integrantes de la comisión salían por los barrios a pedir ayuda, y se la brindaban.

CON UNA ALUMNA / BUSCABAN TEXTOS ÚTILES PARA CADA EDAD.

Siendo Caimancito un pueblo maderero, no les faltó ayuda a la hora de la donación de tablones y madera para la biblioteca en un espacio muy pequeño, al inicio en uno solicitado a la comuna donde solían estar los tres concejales, y ante la insistencia y necesidad accedieron.

Por entonces, coincidentemente se activó la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip) desde donde comenzaron a recibir subsidios, porque para entonces ya contaban con personería jurídica y todos los papeles en orden.

La lucha por la biblioteca no se detuvo. Cuando Raquel Gurrieri ocupó el cargo de secretaria de Hacienda de la Municipalidad, ante la llegada de un subsidio y la oportunidad de una casa en remate, gestionó que esos fondos se derivaran para adquirir la propiedad para la Biblioteca, y lo logró. "La municipalidad lo compró y donó para la biblioteca, ahí dimos un gran paso, teníamos más espacio", explicó.

La Biblioteca ya estaba más completa, porque hasta entonces y con los fondos de Conabip habían adquirido fotocopiadora e impresora, y sumaron televisores, grabadores y libros enviados de la Nación. El problema fue que la compra se hacía allá y llegaban, por ejemplo, libros de cuarto grado sobre Buenos Aires.

Por ello hicieron propuestas para que les enviaran los subsidios y que cada biblioteca adquiriera lo necesario, y aunque no lo consiguieron de inmediato, sí cuando asumió María del Carmen Bianchi. De ese modo lograron subsidios para ir a la Feria del Libro de mayo, que les permitió tener libros según las necesidades de las escuelas del pueblo.

"Buscamos darle la igualdad de oportunidades, estamos dando un hermoso espacio para que amplíen sus conocimientos. Depende de cada uno, pero también de la Biblioteca promocionarla, visualizarla, lo que ahora me está costando", explicó Gurrieri. Tras jubilarse, se mudó a esta capital pero continua dirigiéndola, en coordinación con el vicepresidente Reynaldo Villafañe.

Nuevas perspectivas para recibir libros para universitarios

El pasado 24 de abril fue el 30mo. aniversario de la Biblioteca Popular de Caimancito, y aunque tampoco se pudo celebrar, a diferencia del 2020 en el que estuvo cerrada por el confinamiento decretado por la pandemia, éste año se abrió con menor presencialidad.

Pueden acceder todos los socios para retirar los libros, mientras los no socios pueden consultar en la sala. Raquel Gurrieri, recordó que llegaron a tener 200 socios, pero con la crisis de la pandemia bajó un montón la cantidad. Pese a que Gurrieri no puede estar presencialmente en la Biblioteca, debido a la situación sanitaria y su edad, no deja de poner los papeles en orden para no perder la personería jurídica, promoviendo la elección de autoridades o lo que se necesite.

EN LAS BODAS DE PLATA / GURRIERI A PLENO EN EL ACTO CON PARES Y ESTUDIANTES

“Nunca me desligaría, voy a seguir mientras pueda siempre, para que no desaparezca”, explicó y espera que haya gente joven y que se comprometa para encabezarla junto a los 14 integrantes de la comisión. Añora los tiempos en que podía estar presente en los talleres que se realizaban en la Biblioteca, ya que en su momento prestaron un área para un jardín. Sin embargo, usaron luego el espacio buscando que se enseñara computación, y lo lograron de la mano de la empresa Ledesma que puso allí un gabinete y que se concretó con 14 computadoras.

“Venían de Yuto a tomar clases de computación porque no hay, había diferentes horarios”, explicó, ponderando la experiencia que en 2018 se interrumpió por la crisis económica que hizo que la empresa hiciera recortes y levantara el gabinete, que esperan que en algún momento vuelva. Aunque sigue atenta a las necesidades, recordó que en el lugar era cosa de cada día luchar por mantener en funcionamiento la impresora, los services y los pagos; sin embargo no deja de dirigirla y cumplir con las asambleas y necesidades.

De hecho, comentó la buena noticia de la comunicación de la Universidad Nacional de Jujuy que busca proveer de libros que necesiten los estudiantes que cursen carreras en las extensiones universitarias de la zona y de las cercanías. Por ello ya se propuso relevar las carreras que siguen para ayudarlos porque no hay bibliotecas ni en Fraile Pintado, Calilegua ni Yuto.