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Alimentar

Viernes, 14 de mayo de 2021 01:04

Alma, cuerpo, espíritu, mente... Todo debe convivir en estado de armonía. Por eso debemos cuidar de alimentar cada uno de ellos. Del cuerpo pareciera obvio de qué lo estamos alimentando porque los resultados saltan a la vista: precaria o buena salud, obesos o en línea, debilitados o vigorizados. Pero del alma, ¿dónde se ven los resultados? Se ven de muchas maneras, una de ellas la paz espiritual con la que vivimos. Una persona que alimenta su interior con una vida espiritual activa se nota de inmediato. Basta ver el grado de paz espiritual con el que vive. Puede pasar un tsunami encima de ella y nada la tumba. Recordemos que del alma salen maravillosos regalos con los que ya venimos, que son la Inteligencia y la Voluntad o también llamadas potencias del alma o capacidades superiores. Justo aquí mismo nacen las emociones (o sensibilidad).

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Alma, cuerpo, espíritu, mente... Todo debe convivir en estado de armonía. Por eso debemos cuidar de alimentar cada uno de ellos. Del cuerpo pareciera obvio de qué lo estamos alimentando porque los resultados saltan a la vista: precaria o buena salud, obesos o en línea, debilitados o vigorizados. Pero del alma, ¿dónde se ven los resultados? Se ven de muchas maneras, una de ellas la paz espiritual con la que vivimos. Una persona que alimenta su interior con una vida espiritual activa se nota de inmediato. Basta ver el grado de paz espiritual con el que vive. Puede pasar un tsunami encima de ella y nada la tumba. Recordemos que del alma salen maravillosos regalos con los que ya venimos, que son la Inteligencia y la Voluntad o también llamadas potencias del alma o capacidades superiores. Justo aquí mismo nacen las emociones (o sensibilidad).

Lo ideal es que cada uno de nosotros, con estas capacidades bajo control, tengamos las emociones a nuestro servicio y dirigidas hacia el bien de manera inteligente. Así como elegimos lo que entra por nuestra boca, también lo hacemos con lo que entra para nuestro espíritu. Somos una unidad perfecta de cuerpo, mente y espíritu por lo que hay que alimentar y cuidar a estas partes del ser de manera integral. ¿Qué ganamos con tener una mega inteligencia si el alma la tenemos mal nutrida? ¿Qué chiste tiene tener un cuerpo atlético y perfecto si cuando hablamos es solo para criticar o verbalizar puras tonteras? ¿De qué nos sirve tomar tantos cursos si entre más sabemos, más nos alejamos de lo espiritual? ¿De qué nos van a servir esos músculos hinchados por el ejercicio y la proteína cuando pasemos por una pena moral, de esas que te hacen voltear al cielo? Hasta por conveniencia hay que tener una vida espiritual activa y esa misma vida nos dará energía para cuidar las demás áreas. Un espíritu fuerte nos da la capacidad de enfrentar cualquier desbalance a nivel físico y mental. Entre más trabajemos por alimentar a nuestro espíritu de lo que le corresponde tendremos un alma más fina, delicada y libre. Esto hará alcanzable el desarrollo espiritual y por ende la relación con nuestro Poder Superior será cada día mejor.

La vida está llena de momentos gratos y desagradables, pero un espíritu fuerte te permite sobreponerte a las dificultades y, sobre todo, tener crecimiento personal. Un espíritu fortalecido y equilibrado es capaz de darnos no sólo salud sino felicidad. Busca tu equilibrio y no te dejés vencer. Namasté. Mariposa Luna Mágica.

 

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