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El luthier de cuerdas, heredero del oficio que ve luz en la música

Emilio Melano es músico y artesano que tiene por vocación la fabricación, el armado y la reparación de guitarras y violines.

Domingo, 02 de mayo de 2021 01:00

En el detalle se encuentra lo exquisito de su arte, donde las líneas suaves esconden sensibilidades propuestas para una pieza única de resonancia, lista para lograr que melodías atraviesen como por arte de magia su existencia.

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En el detalle se encuentra lo exquisito de su arte, donde las líneas suaves esconden sensibilidades propuestas para una pieza única de resonancia, lista para lograr que melodías atraviesen como por arte de magia su existencia.

Y sus cuerdas se dejan ver acaso en carriles afables que pretenden transportar armonías, sujetas por clavijas precisas para que el acorde sea perfecto.

Así es como desde sus manos de luthier, brota una a una cada parte de este instrumento con personalidad que llena de alegría las almas de quienes escuchan en sus sonidos a la música.

En su estado más puro, él realiza este oficio con la concentración propia de quien posee una esencia antigua y que, orgulloso, porta como bandera de saber valiosamente artesanal.

"Es algo muy lindo la verdad, porque uno arranca siendo músico, en mi caso; y encontrar este oficio fue como un regalo", expresó Emilio Melano, el luthier de cuerdas que resalta -de esta manera- cómo sale a la luz la labor aprendida con dedicación en una escuela tucumana.

Caracterizado por la construcción, reparación y restauración de guitarras; el espíritu creativo, se engrandece en este joven que hace de su taller el lugar donde su mente trabaja, sintiéndose plena.

Gracias a la sabiduría de este arte, resulta difícil pasar desapercibido por lo que es excelente encontrarlo frente a la masiva fabricación en serie de piezas que pertenecen al rubro. Y es que su tarea se basa en mantener y hacer de esta vocación, un don especial y activo.

"Con el tiempo fui conociendo lo que es la madera, las herramientas y el poder hacer un instrumento que también tiene un sonido único", afirmó el artesano que encontró en este trabajo una posibilidad muy interesante que tiene por fin ajustar y afinar instrumentos de cuerda, entre los que se destacan violines y guitarras.

"Fue un saber que aprendí de casualidad, yo quería tocar la guitarra todo el día y gracias a la escuela con mis maestros aprendí las cosas que sé", expresó Melano sobre esta labor que asumió desde un primer momento con entusiasmo.

Y es que sintiéndose conectado profundamente con la música, transforma con sus manos un instrumento que desde la naturaleza, nace.

"Todo comienza con un bloque de madera maciza, que lo tenés que trabajar y llevarlo a ciertos espesores. Es necesario doblar, necesitás moldes y herramientas específicas para cada parte que lleva un instrumento", detalló el joven que ya en un rincón de calle José de la Iglesia, forjó su lugar en el que aprende mucho, todo el tiempo.

Puede que el propio luthier no se considere parte del proceso artístico de la creación musical, pero la puesta en acción que ofrece, es un arte en sí. Entrar en el universo de la línea y del tallado milimétrico, hacen que esta artesanal odisea sea una delicada aventura que se respira cada día en su espacio concebido como ideal.

"Está bueno porque tenés la madera que está viva y le tenés que encontrar su forma de acuerdo a sus vetas, sus durezas y sus funciones en el instrumento, que a la vez trabaja bajo fuerzas, las cuerdas y así; a prueba y error vas aprendiendo también", expresó el artífice de este saber que desde hace siete años lo lleva a la práctica en cedro, algarrobo, quina y cebil.

Con el paso del tiempo, Emilio tuvo que aprender a fabricar herramientas que lo llevaron a tener resultados excepcionales.

"Como músico cuando empecé a tocar con mi guitarra eran otros sonidos, podía escuchar todo y así me la pasé tocando con esa guitarra. Fue una linda época, ahora ya me dedico a trabajar con la luthería y hago las piezas, entre los que también debo terminar violines", dijo y explicó después, que el violín tiene otro tipo de trabajo por ser curvo, tallado y llevar una bóveda.

"A mi parecer estos instrumentos llevan procesos delicados donde se tienen en cuenta medidas y detalles muy pequeños, pero a la vez es divertido", afirmó el creador de la madera y de las cuerdas, siempre puntilloso a la hora de llevar su labor a la máxima expresión.

Y así, se encuentra en la búsqueda de la inspiración en lo no creado para que su obra convertida en guitarras y violines expresen lo mejor de su función, hasta que en manos adecuadas lleguen a un escenario tal vez, o a algún estudio de grabación, quizás.

 

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