La empleada judicial Norali Hornz, auxiliar del Ministerio Público Fiscal de la Tercera Circunscripción Judicial de Mendoza que había logrado embaucar a sus compañeros de trabajo y sacar préstamos a sus nombres, quedó formalmente en libertad, después de que la Fiscalía que investiga las 30 causas en donde está imputada estableció que a la mujer, en caso de ser condenada, recibirá una pena en suspenso.
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La empleada judicial Norali Hornz, auxiliar del Ministerio Público Fiscal de la Tercera Circunscripción Judicial de Mendoza que había logrado embaucar a sus compañeros de trabajo y sacar préstamos a sus nombres, quedó formalmente en libertad, después de que la Fiscalía que investiga las 30 causas en donde está imputada estableció que a la mujer, en caso de ser condenada, recibirá una pena en suspenso.
Según publicó el Diario UNO, Hornz ya había sido beneficiada con arresto domiciliario, debido a que tiene un hijo en período de lactancia, por lo que estuvo pocas horas privada de la libertad, después de que se presentara en la Justicia acompañada con un abogado.
La medida, pedida por la defensa, fue tomada después de que la Fiscalía comprobara que una gran cantidad de los préstamos habían sido devueltos en su totalidad, otros estaban con las cuotas al día y los menos, que están retrasados, no tienen riesgo de embargabilidad. En estas condiciones, la pena que le puede corresponder a Hornz va de un mes a los dos años de prisión de cumplimiento condicional, por lo que no corresponde que esté detenida en ningún caso.
El fiscal Martin Scatereggi, responsable de la investigación, ya notificó a las financieras que dieron los créditos que estos quedan invalidados y que no pueden avanzar con las cobranzas ni informar mora al Veraz, debido a que fueron tramitados irregularmente y los "deudores" fueron víctimas de un engaño.
La mujer, de 34 años y empleada judicial, estafó a la mayoría de sus compañeros de trabajo, sacando préstamos bajo sus nombres. Devolvió muchos y siguió generando otros nuevos. La mujer usaba una estrategia simple.
Con la excusa de tener que hacer encuestas para una tesis, un curso o un post grado, porque no decía siempre lo mismo, Hornz pedía a sus compañeros, supuestos encuestados, que le pasaran copia de las dos caras de sus DNI, para certificar la identidad del encuestado. Después la mujer falsificaba los bonos de sueldo y tramitaba y cobraba los préstamos obtenidos. Sacó hasta 4 préstamos a nombre de una misma persona. Sacaba uno, lo iba pagando y sacaba otro después.