De encontrarle un corazón a las piedras y adornarlas con diseños originales, se encarga la artesana que lleva en sus manos el don de otorgar con exactitud la forma merecida y transformar lo rústico en originalidad cincelada.
inicia sesión o regístrate.
De encontrarle un corazón a las piedras y adornarlas con diseños originales, se encarga la artesana que lleva en sus manos el don de otorgar con exactitud la forma merecida y transformar lo rústico en originalidad cincelada.
Artífice y testigo de una transformación que mucho tiene de interesante, ella en cada detalle labrado con dedicación, encuentra la creatividad que no sabe de límites, materializándola en piezas energéticas que además de ofrecer belleza en sus colores, tienen un misticismo muy especial. La artesana resguarda estos tesoros que nacieron de la tierra para brillar en dijes con engarzados y tallados de alpaca prolijos e imposibles de ignorar. Jorgelina Cruz es la creadora que corona las piedras perfectas a través de una labor peculiar, sin máquinas, ni herramientas complicadas, tampoco de despistes ocasionales; sino sólo un conocimiento que se pone de manifiesto con atención fácil y empeño, por sobre todo.
"Las piedras más grandes de collares, generalmente se comienza con un martillado para aplanar la alpaca y luego el trenzado de manera manual. Sólo se utiliza un yunque que da la forma y pinzas planas, con punta redonda y alicate", describió la joven que de manera sencilla deja ver en anillos y pulseras, algo más que un atractivo complemento mineral, sino como un accesorio cargado de energías que, a la hora de lucirse, resalta como algo más que encantador.
"Me gusta el hecho de que las piedras tengan su significado", dejaba saber Cruz sobre estos enigmáticos minerales que se acaso, se reúnen para la apertura de la conciencia potenciando vibraciones de las buenas, desde una espiritualidad provista de equilibrio y confianza en el universo. Vestida de rosa, la rodocrosita representa el amor desinteresado y la compasión; la protección está en el renegrido ónix que cambia negatividad por positividad interior tal como la fluorita, cuya sutil sensación calma mentes, renovando pensamientos. Así como también la malaquita que desde su verdeada belleza, inaugura un veteado innovador de negro, mientras, a su lado, la labradorita estimula la intuición y la amatista que lleva el brillo tan violáceo como característico, atrae la paz interior.
Así como cada una de las gemas propone una adecuada fuerza natural, cada diseño que las enmarca es distinto y original. Y es que las energías que pendulan desde la piedra sobre la persona que las porta, tienen una conexión que atraviesa lo corpóreo.
"Como tenemos minerales en nuestro organismo creo que este tipo de piedras nos hace ser mejores y más vitales", aseguró Florencia mientras ofrecía en colgantes, semillas de wayruro, pulseras en palo de jabón y lágrima de virgen realizadas con una labor minuciosa, donde el cuidado está puesto de manera bien pensada con infaltable delicadeza. "Adopté la idea de la artesanía como algo muy lindo. Me gusta ir buscándole la vuelta y hacer que sea anillo o dije, no se parezca a ninguno", dejó en claro la joven, elevando aquella impronta que tiene el poder de hacer cada pieza sin librarla al azar.