Dueña de un carisma único, trabajadora incansable y ferviente luchadora por hacer respetar los derechos de los trabajadores afiliados al sindicato, nos dejó producto de esta maldita pandemia.
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Dueña de un carisma único, trabajadora incansable y ferviente luchadora por hacer respetar los derechos de los trabajadores afiliados al sindicato, nos dejó producto de esta maldita pandemia.
Silvia se desempeñaba como secretaria general del Satsaid Jujuy, siempre con un perfil bajo pero dentro de su gestión se pudo observar el mayor crecimiento institucional, eso quedó reflejado en la construcción de la sede propia ubicada en calle Curupaití 375 del barrio Alto Padilla, un hecho histórico que se dio en el mes de septiembre de 2017. Esta sede sirvió para albergar la obra social del gremio, asesoría legal de los afiliados, lugar de hospedaje para la gente del interior y espacio de esparcimiento social.
Asimismo, siempre abogó por luchar en pos de arribar a buenas negociaciones paritarias que ayuden a los afiliados a atravesar estos tiempos de inflación reinante.
En el ámbito social, el gremio con Silvia Vargas y Julio Severich a la cabeza siempre encontró la posibilidad de ayudar a los hijos de los afiliados durante el inicio de clases, día del trabajador, día del padre, día del niño, día de la madre y fiestas de fin de año. También implementó los viajes para los afiliados durante las vacaciones de verano, como así también colonia de vacaciones.
El trabajo de Silvia siempre fue en silencio, pero no por ello menos importante, buscando el bienestar de todos los socios y sin mostrar interés por ocupar algún cargo político.
Hasta siempre Silvia, vuela alto, que acá ya dejaste tu huella imborrable.