Año 2002. Haberse caído de un puente, a una altura de seis metros, fue un suceso que marcó un antes y un después en la vida de Marcos Antonio Salazar Robert (hoy 36 años de edad). Estaba con amigos compartiendo en el puente de San Pedro, cuando en un momento, perdió el equilibrio cayéndose al vacío. El impacto le provocó ataxia, una enfermedad que afecta la coordinación motriz. Tras el accidente, quedó postrado en una silla de ruedas y era tal la discapacidad que ni siquiera podía coordinar movimientos, no podía hablar, ni mover los brazos ni las piernas, debiendo utilizar también pañales. "Me sentía muy torpe", describió el jujeño, mediante una entrevista con El Tribuno de Jujuy.
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Año 2002. Haberse caído de un puente, a una altura de seis metros, fue un suceso que marcó un antes y un después en la vida de Marcos Antonio Salazar Robert (hoy 36 años de edad). Estaba con amigos compartiendo en el puente de San Pedro, cuando en un momento, perdió el equilibrio cayéndose al vacío. El impacto le provocó ataxia, una enfermedad que afecta la coordinación motriz. Tras el accidente, quedó postrado en una silla de ruedas y era tal la discapacidad que ni siquiera podía coordinar movimientos, no podía hablar, ni mover los brazos ni las piernas, debiendo utilizar también pañales. "Me sentía muy torpe", describió el jujeño, mediante una entrevista con El Tribuno de Jujuy.
Este año, Gimnasia y Esgrima incorporó la práctica del fútbol de parálisis cerebral, actividad elemental que apunta a la inclusión
Desde pequeño, Marcos, tuvo una pasión deportiva: el fútbol. Luego de su penoso accidente, no lo abandonó, ya que lo siguió haciendo desde el deporte adaptado. Estuvo cerca de un mes en coma. Pero nada más lejos de ello, el jujeño gracias a su fuerza de voluntad, logró rehabilitarse en Apacce. El apoyo de la familia y amigos fueron de gran transcendencia para su recuperación. "De a poco, creciendo con errores y con el apoyo de personas que me ayudaban fui volviendo a lo que era antes", recordó.
Una vez recuperado, formó parte de la Selección Argentina de fútbol PC (Parálisis Cerebral). Desde hace seis años, es profesor en Educación Especial con Orientación en Problemática del Desarrollo Cognitivo. Trabaja en la Asociación "Todos Juntos", con chicos con síndrome de Down, donde paralelamente presentó un proyecto de equipo de fútbol, para la liga de deporte adaptado. También coordina un equipo con chicos con parálisis cerebral en Gimnasia y Esgrima de Jujuy.
Experiencias para crecer
Mientras comenzaba a recuperarse, decidió terminar su etapa de secundaria. Luego de buscar que estudiar, terminó inscribiéndose en el Instituto Superior Populorum Progressio, para cursar Educación Especial, ya que su interés apuntaba a lo neurológico, que está vinculado con su enfermedad. El primer año de la carrera lo hizo en San Salvador de Jujuy y luego en San Pedro. A su vez, viajaba a la provincia de Buenos Aires para hacerse una serie de evaluaciones neurológicas y motrices y poder ingresar al Seleccionado Nacional de Fútbol Adaptado.
Una vez integrado al equipo viajó a Brasil, Ucrania, jugó en el Mundial 2007, Holanda 2011 y en el torneo preparatorio a Londres para los Juegos Paralímpicos 2012. "Fue una experiencia muy buena que me ayudó a crecer como persona, a disciplinar lo que es mi vida y tener un poquito más claro mis objetivos", dijo Marcos, al momento que recordó que, el último año tuvo la posibilidad de viajar a Canadá con su equipo, pero no lo hizo, porque prefirió cumplir con la residencia que le permitió concluir su carrera y trabajar a la fecha en la Asociación.
Trabajó como Dj y payaso
Sus ganas de superarse siempre estuvieron intactas. Recordó que cuando cursaba la carrera especial, también trabajaba como Dj, había comenzado con un equipo que le había comprado su madre, poniendo música en cumpleaños y luego en eventos más grandes. También se animó a disfrazarse de payaso para animar a los más pequeños en las fiestas. Y es que este deportista es un ejemplo de persistir y nunca desistir. "Estoy muy contento, a pesar de que en mi mochila llevo varios recuerdos y sufrimientos. Hoy puedo respirar tranquilo, mirar atrás y saber que tengo muchos objetivos y cumplir muchos sueños", dijo Salazar.
Al concluir la entrevista, se definió como una persona agradecida y feliz, pese a diferentes circunstancias que se les presenta en la vida. "Aprendí a amar lo que hago y a encontrarle un sentido de que muchas cosas valen la pena. Siempre trato de contagiar las ganas, el ímpetu por pelearle a la vida y a los problemas".