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Hallazgo sobre el manejo de agua prehispánico en la Puna

Se destaca que la pionera en el área fue María Ester Albeck, quien murió hace un año. Van a seguir su trabajo en esta provincia.
Martes, 15 de junio de 2021 01:03

Un descubrimiento inédito para la Puna catamarqueña refuerza la concepción de que las comunidades prehispánicas supieron gestionar el agua de riego para crear extensos paisajes agrícolas, dando por tierra con la idea de ser desiertos improductivos.

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Un descubrimiento inédito para la Puna catamarqueña refuerza la concepción de que las comunidades prehispánicas supieron gestionar el agua de riego para crear extensos paisajes agrícolas, dando por tierra con la idea de ser desiertos improductivos.

Una represa que se complementa con distintas redes vio la luz en Miriguaca, Antofagasta de la Sierra (Catamarca). El Tribuno de Jujuy dialogó con los investigadores Marcos Quesada de la Universidad Nacional de Catamarca y Lorena Grana de la Universidad Nacional de Jujuy, quienes llevan adelante el proyecto junto a las doctoras Leticia Gasparotti y Natalia Sentineli.

Además fue la oportunidad para recordar a la pionera en estudiar los sistemas agrícolas prehispánicos en el área de Casabindo (Jujuy), María Ester Albeck, de quien se cumplirá un año de su muerte. Se sumó la palabra de la doctora en Arqueología de la Unju, María Amalia Zaburlin.

"Nosotros vemos a la Puna como un ámbito desértico porque fue construido así, a través de la literatura y luego se volvió un tópico frecuente que es inhóspito; pero para la gente que vive ahí son todos sus medios de vida", expresó el profesor de la Escuela de Arqueología de la Unca Marcos Quesada. Sin embargo, "en la Puna hay registros directos de campos agrícolas, de al menos comienzo de la era cristiana y hay aparte otro indicador indirecto como restos de cultivo desde mucho antes, alrededor del 3.000 AC".

Miriguaca se transformó así "en un laboratorio super interesante

MARCOS QUESADA / EL LICENCIADO EN ARQUEOLOGÍA Y DOCTOR ANALIZA EL DUCTO.

porque la agricultura requiere una gran inversión de trabajo en relación a otros ámbitos y porque nos encontramos con paisajes fósiles muy conservados", acotó.

Se estima que fue construido con fines agrícolas y después se siguió haciendo pastoreo en el período tardío o de desarrollos regionales antes del año 1.000 al 1.470 cuando fue afectado por la presencia incaica. Se conoce como cultura Belén.

La represa "viene a ser uno de los últimos momentos prehispánicos", indicó el licenciado en Arqueología y doctor en Ciencias Naturales. Destacó que "en el caso de la Puna jujeña Mariette Albeck había mencionado su existencia, pero en la Puna sur es la primera vez".

Aclaró que no es monumental pero informa sobre un elemento tecnológico más que "complejiza estos sistemas hidráulicos que para esos momentos alcanzan extensiones que son notables: muchos cientos de hectáreas bajo riego".

Entre los detalles del hallazgo figura que "justo detrás de la boca de escape del marco de salida hay una cámara de aquietamiento que tiene un diseño que hace que se forme ahí un remolino que disminuye la energía del agua. Como para gestionar su uso sin que se destruya el sistema de irrigación". Además apareció un diseño que toma agua simultáneamente de dos arroyos o quebradas.

El estanque habría permitido también administrar el tiempo, con los turnos de riego. La canalización llegó a tener cinco kilómetros.

Incluso "este desarrollo se da en un momento de disminución del curso de agua superficial, de menor humedad", precisó.

Las diatomeas

La docente e investigadora de la Unju y Conicet, Lorena Grana, se especializó en "unas algas que se llaman diatomeas, unicelulares, que se conservan muy bien en el sedimento y que son muy buenas bioindicadoras del agua", explicó. Eso la llevó al manejo del agua prehispánico.

Se pueden detectar aunque haya pasado tanto tiempo porque los caparazones son de sílice. "Es como el vidrio, tienen una buena preservación y muy buena respuesta a los cambios del agua. Cuando es más salobre da un tipo de especie, cuando es más dulce va a haber otras especies; en base a eso podemos enfocarnos aún más: no sólo en la arquitectura del manejo del agua sino en cómo estaba en esas estructuras".

Añadió que "la importancia es ver cómo desde tecnologías sencillas, se puede con conocimientos muy acabados modificar estos paisajes y generar estos oasis agrícolas".

Además de sus tareas en Catamarca, la arqueóloga analiza en Jujuy el proyecto de reactivar terrazas de cultivo, "la idea es tomar todo el conocimiento tradicional y prehispánico para revalorizarlo en el presente". Aclaró que en Casabindo sí se hallaron represas previamente pero son de otro tipo. Las iban a estudiar con Mariette mas se produjo su deceso y luego llegó la pandemia.

Siguen trabajos de “Mariette” Albeck

En Jujuy hay varios sitios agrícolas con importante manejo de agua, uno de ellos es Casabindo. Lo estudió la doctora María Ester “Mariette” Albeck, referente en el tema para toda la arqueología del NOA. Tras su muerte hace un año, continúa su trabajo la doctora en Arqueología María Amalia Zaburlin.

“Para los momentos más tardíos, aproximadamente en el 1300, hay sistemas agrícolas muy desarrollados, muy amplios que cubren zonas de muchas hectáreas y para regarlos encuentra sistemas de canalización que pueden llevar varios kilómetros”, dijo la investigadora de la Unju. “Cuando trabaja sobre los canales descubre varios tipos, unos que están tapizados con lajas, otros que están cubiertos, que están cavados en la roca y distintos sistemas de almacenamiento de agua, represas”, añadió.

Como en ese entonces no existía Google Earth ni los sistemas de posicionamiento geográfico actuales “los trabajos con los que se va a proseguir su tarea es aprovechar la nueva tecnología, por un lado, para ver los trazados de los canales y, por el otro, trabajar con el tipo de estudios que encara Lorena Grana para poder analizar las diatomeas que se depositaron”.