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Los potreros de Brasil atentan contra el buen juego

Si bien el torneo fue organizado “de rompe y raja”, durante la Copa América de 2019, Brasil presentó los mismos problemas en los campos de juego, que, en definitiva, influyen muchísimo en el espectáculo final.
Martes, 15 de junio de 2021 14:16
LOS CAMPOS DE JUEGO HAN SIDO DE REGULARES A MALOS EN BRASIL.

Si bien podrá ser un justificativo que la Copa América Brasil 2021 se desarrolló sobre la hora ante la baja de Argentina y Colombia, y esto no dio tiempo a trabajar los campos de juego para ponerlos en óptimas condiciones, por lo menos durante los primeros partidos del certamen. También es verdad que la mayoría de los planteles cuenta con jugadores que se desempeñan en Europa donde las canchas están acordes al nivel de la exigencia.

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Si bien podrá ser un justificativo que la Copa América Brasil 2021 se desarrolló sobre la hora ante la baja de Argentina y Colombia, y esto no dio tiempo a trabajar los campos de juego para ponerlos en óptimas condiciones, por lo menos durante los primeros partidos del certamen. También es verdad que la mayoría de los planteles cuenta con jugadores que se desempeñan en Europa donde las canchas están acordes al nivel de la exigencia.

Seguramente muchos fundamentalistas dirán que al fútbol se juega en cualquier lugar, lo cierto es que cada día los campos de juego evolucionan y muestran lo más cercano a la perfección.

De hecho, el estadio Monumental, una de las sedes que iba a albergar el certamen continental si se hubiera realizado en nuestro país, presentaba un sistema hibrido donde el 95% del piso era de césped natural y el 5% artificial con la intención de evitar los problemas que se generaban debido a la mala absorción del agua en días de tormentas.

Asimismo, el estadio Madre de Ciudades de Santiago del Estero, escenario que albergó el empate 1 a 1 entre Argentina y Chile por la Eliminatorias Sudamericanas, fue elogiado por la perfección que presentó durante ese encuentro.

Ahora, si nos trasladamos a la Copa América, hoy encontramos una realidad muy distinta, por ejemplo, durante el partido inaugural entre Brasil (3) y Venezuela (0), disputado en el Estadio Nacional de Brasilia “Mane Garrincha”, vimos un campo muy lastimado y con muchas imperfecciones. Ayer, en el empate entre Argentina y Chile en el Estadio Nilton Santos, Río de Janeiro, la realidad fue muy similar, un campo desparejo, blando, con mucho barro, lo que dificultó un juego fluido de ambas selecciones.

En el partido entre Colombia (1) - Ecuador (0), disputado en el Estadio Arena Pantanal de Cuiabá, el verde césped también presentó imperfecciones no al mismo nivel de los dos estadios anteriores, pero sobre el final daba la impresión que había cumplido dignamente. El campo más sólido que mostró hasta ahora la copa se vio en el partido de Bolivia (1) - Paraguay (1), disputado en Estadio Olímpico, Goiania.

Pensando en la Argentina, el próximo viernes se mide ante Uruguay en el Estadio Nacional de Brasilia, donde se jugó el partido debut entre Brasil y Venezuela.

Si bien el torneo fue organizado “de rompe y raja”, durante la Copa América de 2019, Brasil presentó los mismos problemas en los campos de juego, que, en definitiva, influyen muchísimo en el espectáculo final.

Que dijo Scaloni

"Haber jugado mejor en este campo de juego dice mucho, la verdad que quería remarcarlo. Queremos todos jugar la Copa América y de repente nos encontramos en una cancha que a los 10 minutos del primer tiempo ya no se podía jugar al fútbol", apuntó el entrenador de la Selección, visiblemente disgustado con el estadio en el que Botafogo hace de local.