Tenía 22 años cuando hizo varias consultas sin poder dar crédito de un diagnóstico de insuficiencia renal crónica, que en Buenos Aires le confirmaron. Es la historia de Yésica Gimena Terradez, quien luego de tres años de diálisis tuvo la oportunidad de un trasplante y fue su tía quien le donó su riñón. Hoy vive plenamente y pese a lo que se preveía, pudo tener dos hijos.
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Tenía 22 años cuando hizo varias consultas sin poder dar crédito de un diagnóstico de insuficiencia renal crónica, que en Buenos Aires le confirmaron. Es la historia de Yésica Gimena Terradez, quien luego de tres años de diálisis tuvo la oportunidad de un trasplante y fue su tía quien le donó su riñón. Hoy vive plenamente y pese a lo que se preveía, pudo tener dos hijos.
El 30 de mayo fueel Día Nacional de la Donación de Órganos y el 6 de junio será el Día Mundial de los Pacientes Trasplantados.
"Tenía 22 años, vivía con mi abuela Yolanda Sánchez, le decía mamá. Me dolía la cabeza, ella era enfermera y me tomó la presión, me hicieron estudios del corazón para saber si estaba bien, pero salió que estaba muy anémica. Me dijeron que era el riñón , que era crónico, pero yo me sentía bien", relató.
Descreyó del impacto en su riñón y junto a su abuela optó por hacer otras consultas. "Con mi mamá fuimos a otro médico a Salta porque no creía que esté tan mal, porque los análisis decían que estaba muy mal, pero yo me sentía bien. Me hicieron análisis y me dijeron que tenía insuficiencia renal crónica", recordó.
Aún sin dar crédito al diagnóstico, buscó otra opinión poco después en el Hospital Posadas de Buenos Aires, donde le ratificaron la insuficiencia renal. La operaron para ponerle la fístula en el brazo y la enviaron de regreso para hacerse diálisis.
"La primera vez que vi una máquina de diálisis y entré en una clínica, me puse mal, lloré", relató, agradeciendo la contención y acompañamiento de su abuela que la crió y su entonces novio, ahora esposo, Raúl Corimayo, debido a lo doloroso que fue el tratamiento de diálisis que lograba quebrarla.
"Me desmayé, tuve calambres, vómitos cada vez que me hacían diálisis durante esos tres años", recordó. No obstante, luego de esos años, médicos del Cucaijuy le ofrecieron la posibilidad de hacerse un trasplante, cuya alternativa por entonces desconocía totalmente.
Tras conocer a Mariana Torres, de la Asociación Jujuy da Vida, que aglutina a los pacientes trasplantados, en una charla pudo informarse acerca de los trasplantes y así contemplar esa opción, ya que el Cucaijuy le informó que podía ser donante vivo o cadavérico.
Fue cuando se planteó el tema en su familia y su tía Nancy Terradez se ofreció a donarle su riñón. De esa manera comenzaron el camino para hacerse los análisis, y aunque fue difícil a nivel familiar por el temor a la cirugía, finalmente aceptaron la decisión. "Para mí como para otros pacientes los donantes son nuestros héroes", afirmó.
Su tía por entonces estudiaba Educación Física y pospuso su carrera para poder hacerle la donación de riñón, que se concretó el 9 de junio del 2009. Fue en el año en que había gripe A, por lo que todo se sucedió rápidamente.
"Llevo trasplantada 15 años y sin problemas. Mi tía está bien y ella ya se recibió, no tuvo ningún problema después del trasplante y yo tampoco. Cuando me enfermé me dijeron que no podía tener hijos, pero tuve mi hijo de tres años Agustín y ahora tenemos al segundo, Ema de cuatro meses", explicó satisfecha.
Pese a que está bien no pierde el miedo a volver a tener alguna complicación por lo que se cuida, está atenta a que no le falte la medicación, y va a control a Tucumán. Hace poco retomó luego del último control una semana antes de la pandemia y pudo renovar los análisis en esa provincia, que aquí le habían salido mal.
Aunque en su momento estudió peluquería y cosmetología que logró ejercer, con la maternidad eligió quedarse en casa con sus hijos. Ahora disfruta la crianza y la vida familiar con su esposo y continúa con su lazo familiar y de agradecimiento con su tía Nancy.
La enfermedad renal y el trasplante que salva vidas
Debido a su elevada incidencia, prevalencia y morbimortalidad, la Enfermedad Renal Crónica (ERC) representa un problema de salud pública mundial, que afecta a un 10% de la población con distintos estadíos de gravedad de acuerdo con el grado de insuficiencia funcional progresiva. En Jujuy, de los 650 pacientes inscriptos en la lista de espera de trasplante de órganos, 97 esperan por un riñón. Hay alrededor de 800 pacientes en hemodiálisis. Los riñones son filtros que se encargan de eliminar los productos de desechos del organismo, mantener el equilibrio de agua y producir hormonas importantes para el cuerpo.
Cuando estas funciones no se pueden cumplir el cuerpo se ve afectado. Esta pérdida de función renal se conoce como Enfermedad Renal Crónica (ERC) y tiene distintos grados de severidad. Es una enfermedad silenciosa que muchas veces cursa sin síntomas y por ello el diagnóstico temprano es difícil. Pueden disminuir la capacidad funcional de los riñones y desarrollar enfermedad renal, entre ellas la hipertensión arterial, diabetes, enfermedades cardiovasculares, obesidad, en mayores de 65 años, haber padecido lesión renal aguda y antecedentes familiares de enfermedad renal.
Para disminuir la posibilidad de tener enfermedad renal se recomienda fomentar y adoptar estilos de vida saludables. En 2020, por decisión del Ministerio de Salud de la Nación a través del Incucai junto a los 24 organismos jurisdiccionales de ablación e implante de todo el país, se logró sostener la operatividad y 1.112 pacientes en lista de espera recibieron un trasplante de órganos. En total se realizaron 660 trasplantes renales, 270 hepáticos, 92 cardíacos, 45 renopancreáticos, 21 pulmonares, 16 hepatorrenales, 3 pancreáticos, 2 cardiorrenales, 2 hepatointestinales y 1 intestinal y además 642 de córneas.