La Quiaca sumó 164 casos de coronavirus durante mayo, y hoy se conocerá el resultado de los operativos de rastrillaje realizados en esa jurisdicción, mientras crece el alarma por la falta de control en la zona comercial.
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La Quiaca sumó 164 casos de coronavirus durante mayo, y hoy se conocerá el resultado de los operativos de rastrillaje realizados en esa jurisdicción, mientras crece el alarma por la falta de control en la zona comercial.
El aglomeración urbana entre La Quiaca (Argentina) y Villazón (Bolivia) tiene una población estimada de 60 mil personas.
El fantasma de retornar a "zona roja" preocupa a quiaqueños. Según el hospital "Jorge Uro", dos factores inciden en el incremento de contagios. Por un lado, la zona "liberada" en el sector norte de La Quiaca, donde se ubican los comercios mayoristas. En las calles que comprenden esa zona económica no se cumplen los protocolos de bioseguridad.
Otro factor son las juntadas y fiestas clandestinas todos los fines de semana. La Policía solo logró desbaratar dos el último fin se semana. Igualmente siguen siendo una constante cada viernes, sábado y domingo.
El rastrillaje sanitario comenzó el lunes por la zona este, luego se trasladó a otros sectores barriales que comprenden el casco céntrico y barrios alejados.
Personal del hospital "Jorge Uro" y Ministerio de Salud visitó cada hogar en búsqueda de personas sintomáticas o sospechosas de haber contraído el virus.
Los resultados finales se conocerán hoy miércoles, y a partir de allí se verá qué otras medidas adoptarán las autoridades quiaqueñas para bajar la curva de contagios.
Los números de mayo no son para nada alentadores: 164 personas dieron positivo para coronavirus, cantidad superior comparada a los tres meses anteriores del 2021.
Por otra parte, el trabajo de campo del personal de salud es para evitar una posible tercera ola de infectados.
Por lo pronto hasta el próximo domingo hay restricciones para circular. Además, se cambió el horario de atención de la zona comercial.
Sin embargo, los protocolos de bioseguridad no se cumplen en lo más mínino. La necesidad de trabajar, tanto de argentinos como bolivianos, le gana a la salud.
Ya no es novedad que ese sector de La Quiaca es una zona "liberada", es un puente paralelo al paso legal que desde marzo del 2020 permanece cerrado.
Hay que ver la impresionante aglomeración de personas, sin distanciamiento y nulas medidas sanitarias para evitar contagios.
Los comercios del lugar están abarrotados con gente. En el ambiente puede sentirse el olor a sudor de trabajadores explotados que reciben una magra paga diaria.
La relación comercial entre La Quiaca y Villazón es histórica. Desde que se fundaron ambas ciudades, en esta región agreste no hay fábricas, tampoco industrias.
Pero hasta qué punto las dos urbes permitirán a sus ciudadanos a que arriesguen sus vidas en esta situación de pandemia, cuando la salud no tiene precio.
Los contagios en Villazón también son cuantiosos. Ahora hay datos exactos debido a que el servicio de salud cuenta con un esquema de trabajo idéntico al jujeño.
El propio alcalde villazonense, Juan Navia, anunció en las dos últimas semanas del mes pasado que esa ciudad boliviana registró 11 casos de Covid-19 diarios, y que los infectados continúan en aumento.
El incremento de contagios por coronavirus en la frontera es una realidad, como la falta de control.
Hasta el domingo estará prohibido circular de 23 a 6, incluso los vehículos afectados al transporte de personas.