Los cuadros de animales intoxicados debido a la venta ilegal de medicamentos, se convirtieron en moneda corriente en las veterinarias capitalinas. Algunas mascotas pudieron recuperarse y otras lamentablemente fallecieron.
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Los cuadros de animales intoxicados debido a la venta ilegal de medicamentos, se convirtieron en moneda corriente en las veterinarias capitalinas. Algunas mascotas pudieron recuperarse y otras lamentablemente fallecieron.
Hay un rubro habilitado para expendio de alimento, ropa y otros accesorios pero está prohibida la venta ilegal de remedios.
Este descontrol motivó un trabajo conjunto entre el Círculo de Veterinarios de la provincia, el Concejo Deliberante y la Municipalidad de San Salvador de Jujuy. Los ediles aprobaron una ordenanza a fines de mayo prohibiendo el expendio de zooterápicos en lugares que no estén habilitados para eso.
El paso siguiente será una reunión para coordinar la capacitación a los inspectores de la Dirección de Control Comercial, por parte de los profesionales, para que sepan detectar los productos y los decomisen. Además les suministrarán los datos recabados de los sitios infractores.
Omar Farfán, presidente del Círculo de Veterinarios, indicó a El Tribuno de Jujuy que "pudimos armar una ordenanza que se puede aplicar totalmente porque a aquellos locales que no posean un médico veterinario directamente les corresponde el decomiso de la mercadería y también se le puede hacer la clausura" y confirmó que "hemos coordinado con la Dirección de Control Comercial que les vamos a prestar colaboración para capacitar a los inspectores. Es muy factible la norma porque es como tener una farmacia sin farmacéutico, si no tenés al matriculado ahí trabajando, todo ese tipo de negocio es ilegal. Entonces corresponde aplicar las sanciones que implica la ordenanza".
Lo que sucedió es que en las forrajerías, pet shop, tiendas o supermercados de mascotas -entre otras denominaciones-, incluso en las ferias, se detectó venta de medicamentos.
"En realidad hay una ley pero es más complicada de aplicar, en cambio la ordenanza es mucho más factible, porque los mismos inspectores de la comuna tienen la potestad de decomisar la mercadería y clausurar el negocio", expresó Farfán.
Por otra parte, el profesional apuntó a la conciencia de la gente para que no compre en un lugar donde no le van a brindar el asesoramiento médico veterinario.
"Después terminan buscando de urgencia un veterinario", dijo sobre lo que sobreviene a la intoxicación.
"Vemos indicaciones totalmente irrisorias, productos que no se pueden colocar en cachorros hasta determinada edad se los terminan recetando. O animales muy mal desparasitados", ejemplificó.
Castraciones
Consultado sobre las castraciones masivas Farfán apuntó que "el Círculo y el Colegio están en contra de las castraciones ilegales, que se hacen en cualquier lado que no sea un quirófano habilitado o una veterinaria". Y diferenció "castrar no es tenencia responsable, vos sos dueño de hacerlo o no. Lo que sí tenés que ser responsable es con las crías, si no querés tener animales, castralo".
Mayores controles
El veterinario Ariel Lozano fue crítico al considerar que es impráctico si no se controla en las ferias y en todos los puestos que venden zooterápicos para que tenga un mayor cumplimiento. Destacó que ya existe una ley nacional que debía hacer cumplir esa restricción, pero nunca sucedió. Advirtió que quienes los expenden son como quiosqueros que no saben si eso provocará daño o no en la mascota. “Cualquier cosa que es tóxica -si mata lo es- no podría manipularla quien no sabe”, dijo Lozano sobre las situaciones que apreció de venta de pipetas, collares para pulgas y garrapatas, anticonceptivos, antiparasitarios internos y hasta antibióticos en forrajerías y ferias.
Recordó casos en los que compran una pipeta para un animal grande y después se la ponen a los perros más chicos y hasta a gatos, que resultan intoxicados. El profesional insistió con la recomendación a los propietarios de mascotas de que no compren ningún producto para el perro o el gato en forrajerías o locales donde no saben qué están vendiendo. “No entiendo por qué se venden cosas en otros lugares donde no corresponde. Es un tema de salud pública”, puntualizó.
Indicó que en esos sitios tienen los productos que más se venden pero las veterinarias cuentan con otras drogas en stock que pueden ser muy costosas y trajo a colación que un abortivo de 2 ml. para un animal de 30 kilos de peso cuesta $ 8.000.