Un profundo pesar embargó ayer a la militancia peronista de Jujuy, al conocerse el fallecimiento de Juan Humberto García, un reconocido militante de base del justicialismo, quien además se distinguió por su constante y tesonera labor en favor de la cultura y el deporte de nuestra provincia.
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Un profundo pesar embargó ayer a la militancia peronista de Jujuy, al conocerse el fallecimiento de Juan Humberto García, un reconocido militante de base del justicialismo, quien además se distinguió por su constante y tesonera labor en favor de la cultura y el deporte de nuestra provincia.
García, vecino del barrio Puente Otero, a lo largo de su vida fue lustrabotas, mozo, y supo mantener tradicionales bandas de sikuris -la más conocida "Bendice a Sergito"-"que participaban siempre en las honras patronales de la ciudad y la provincia, y particularmente en ocasión de la suba de procesiones hacia el santuario de la Virgen de Copacabana del Abra de Punta Corral. Su empeño se sumó para el logro del récord Guiness, cuando Jujuy pudo conformar la banda de sikuris más grande del mundo.
También en su faz deportiva García trabajó entusiastamente en la promoción del boxeo amateur, y en la formación de la Comisión Municipal de Box de San Salvador de Jujuy, actividad que no contó entre los más entusiastas actores, llegando a ser secretario de Deportes de la Municipalidad, presidente y fiscal de la Comisión de Box provincial.
Su lado político también fue notable. Siempre con humildad y haciendo un culto del perfil bajo, García militó con gran pasión en las filas del peronismo, creó y mantuvo la agrupación "Perón Perón", donde siempre trabajó por la unidad del PJ y postergó merecidas ofertas en pos de un perfil bajo que le aseguró el respeto y el cariño de la dirigencia y la militancia. Fue, entre otras actividades, un permanente colaborador en la revista El Militante, donde quedaron plasmadas sus ideas y su convocatoria a consolidar lo que llamaba con orgullo "la familia peronista". Su desaparición enluta al Justicialismo provincial y lo obliga a redoblar esfuerzos por la unidad, por la que siempre trabajó con intensidad. Sus cinco hijos, Leticia, Sergio, Roxana, Noelia y Romina, y sus compañeros y amigos lo despidieron rogando el eterno descanso de su alma.