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"Cristo es el pan vivo que ha bajado del cielo"

Así lo señaló el obispo César Fernández en la misa de Corpus Christi que fue concelebrada con monseñor Pedro Olmedo.
Lunes, 07 de junio de 2021 01:02

El obispo de la diócesis de Jujuy, monseñor César Daniel Fernández, el obispo emérito de la Prelatura de Humahuaca, monseñor Pedro Olmedo y el padre Manuel Alfaro concelebraron ayer la misa de Corpus Christi. Durante la celebración, que tuvo lugar en la iglesia Catedral, a las 10, se interpretó el canto de la secuencia del relato de Corpus Christi "Cristo es el pan vivo que ha bajado del cielo" y la lectura referida a la última cena de Jesús.

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El obispo de la diócesis de Jujuy, monseñor César Daniel Fernández, el obispo emérito de la Prelatura de Humahuaca, monseñor Pedro Olmedo y el padre Manuel Alfaro concelebraron ayer la misa de Corpus Christi. Durante la celebración, que tuvo lugar en la iglesia Catedral, a las 10, se interpretó el canto de la secuencia del relato de Corpus Christi "Cristo es el pan vivo que ha bajado del cielo" y la lectura referida a la última cena de Jesús.

El obispo diocesano dio la bienvenida al obispo emérito Pedro Olmedo, quien ya repuesto del Covid-19, visitó la capital jujeña para participar de esta celebración entre otras actividades.

Durante la celebración Eucarística, monseñor Fernández inició su homilía anunciando la celebración de la solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo, la fiesta litúrgica instituida hace varios siglos para celebrar solemnemente estos misterios de la presencia real de Jesucristo con su cuerpo, sangre, alma y divinidad, en el sacramento del altar, del pan y el vino consagrados.

Respecto a esta celebración, explicó que "se quiso hacer una fiesta fuera del episodio que escuchamos en el Evangelio, que es la última cena de Jesús con sus discípulos. Es el momento propio en el cual se celebra cada Jueves Santo, la Institución de la Eucaristía, pero la proximidad de la Pasión del Señor al día siguiente, no hacía posible vivir y celebrar, honrar y glorificar a Dios como quisiéramos, por eso se instituyó esta fiesta que en condiciones normales, y no como tenemos ahora en la pandemia, incluiría una procesión por las calles, llevando en alto la hostia consagrada para mostrar nuestra devoción y nuestro amor a Cristo en el sacramento del altar".

"Alimentarnos de su cuerpo"

"Hoy es un día de gratitud, es un día de adoración; es un día de tomar conciencia de este valor precioso, de este alimento con el cual el Señor Jesús se ha quedado con nosotros para siempre. Así como necesitamos del alimento diario para poder tener fuerzas y poder vivir; para vivir la vida de los hijos de Dios, necesitamos de este alimento: comer el cuerpo, beber la sangre del Señor. Alimentarnos del recuerdo actualizado de su amor por cada uno de nosotros. El pueblo Judío tiene conciencia todavía de la elección de esta alianza de amor. Dios era, su Dios. Ese Dios que se comprometió con ellos y no los abandona", dijo en su homilía monseñor Fernández.

"En la Eucaristía, nosotros tenemos cada día la certeza de que este Dios es nuestro Dios. Este pan que comemos es su propia carne. La vida que recibimos al comulgar es su propia vida. El se hace para nosotros, principio de vida eterna, porque al comer su cuerpo y tomar su sangre somos transformados. Y nuestra vida se va como preparando, disponiendo para vivir la gloria, y compartir la eternidad para siempre con Él. Ofrezcámosle al Señor el sacrificio de alabanza; en la Eucaristía se renueva su pasión, y nos trae su presencia gloriosa, y en el afecto de nuestro corazón queriendo recibirlo cada día con mayor amor. Y a los que no pueden recibirlo, aumentar el deseo de que este Jesús esté presente por la fe, la esperanza y el amor en cada uno de nosotros".

Debido a la pandemia, este año no hubo procesión de Corpus Christi, pero en algunas parroquias de la Diócesis se realizaron caravanas de vehículos con el Santísimo Sacramento, proponiendo diversos recorridos y algunas paradas para la bendición.