Ser periodista en tiempos de pandemia no ha sido nada fácil.
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Ser periodista en tiempos de pandemia no ha sido nada fácil.
Llevar sobre las espaldas el peso de no generar psicosis en la población pero a la vez brindar información fidedigna sobre un virus del que se sabía poco y nada puso enfrente innumerables desafíos.
En primer lugar familiarizarse con el uso adecuado de términos epidemiológicos y la correcta interpretación de datos sanitarios llevó a un proceso continuo de actualización para encarar las notas específicas y entrevistas a profesionales médicos con solidez.
También abarcó el área tecnológica que sirvió para poner el pecho a los momentos más complicados del coronavirus con la labor a distancia ante sospechas de contagio o la división en grupos.
Para el día a día el carácter de esenciales motivó afrontar los temores propios de salir a buscar la noticia cuando casi todos permanecían en casa.
Así más que nunca las indicaciones de la utilización del barbijo, respeto de la distancia social y utilización frecuente del alcohol en gel constituyeron la diferencia entre evitar o no la infección.
El Tribuno de Jujuy sufrió el golpe más artero el 11 de marzo pasado cuando falleció Ricardo Dubin, corresponsal de Tilcara, pero más que nada un hombre de las letras con un estilo propio para escribir.
Supo granjearse el cariño de los quebradeños, indagar en sus creencias y la vida cotidiana; enriqueciendo siempre su gran bagaje cultural.
"Habiendo llegado desde muy lejos, hace más de 20 años, quiso quedarse a compartir los sueños y las esperanzas del hombre y de la mujer de la Quebrada, y aquí el Covid-19, vino a truncarlo", lo recordaron desde la Cooperativa Cauqueva, Mientras que Mariano Dubin resaltó en APU que "supo, como Atahualpa Yupanqui, escribir en ese borde, en ese barranco digamos, entre una voz singular y una voz que podía ser la de cualquier otro paisano.
Traducía "a los tumbos" poesía china, era lector voraz de la poesía beatnik y de las vanguardias latinoamericanas. Por esto (y no a pesar de esto) pudo leer el tiempo andino".
Y María Eugenia Montero decía desde estas páginas "se fue un creador y un enaltecedor de las creaciones de los demás, desde el más anónimo al más consagrado".
Pero el coronavirus también marcó a fuego la salud mental de trabajadores de prensa, que apelaron a reinventarse o lo que es lo mismo barajar y dar de nuevo.
Lo autorreferencial no está entre mis preferencias, pero valga como ejemplo que en julio pasado comencé con un cuadro de Trastorno de Ansiedad Generalizado que me sumió en la nebulosa durante muchos meses de terapia y tratamiento psiquiátrico.
Abandonar las tareas de edición y volver a abrevar en la escritura como hace 27 años fueron parte del camino para ir dejando atrás esos fantasmas.
Esta pandemia dejará huellas más o menos profundas pero nadie quedará exento.
La empatía, sobre todo en los periodistas, será la nueva herramienta para zanjar la lejanía física con más corazón.