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¿La comunidad sorda tiene una verdadera inclusión?

Martes, 08 de junio de 2021 01:04

Por MARIANA QUINTELA, asistente en Lengua de Señas.

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Por MARIANA QUINTELA, asistente en Lengua de Señas.

Nos encontramos inmersos en una sociedad que levantó la bandera en nombre de la “inclusión” para que se haga real en distintos sectores sociales. Sabemos que hubo logros y aún queda más por hacer. Ahora, ¿qué nos sucede con respecto a la comunidad sorda y la Lengua de Señas Argentina?

Podemos exponerlo desde dos perspectivas. Por un lado, el de los oyentes, en su gran mayoría desconocedores de una cultura que coexiste en la sociedad y muchos de ellos aún reacios a los cambios, pero que poco a poco van comprendiendo la importancia de una inclusión plena que implica, en este caso, aceptar a las personas sordas como parte de nuestra sociedad, sujetos tan pleno y pensante como cualquier otro ciudadano. Para ello se requiere que sorteemos ciertas barreras, dejar de ver a la persona sorda desde una perspectiva médica.

El primer espacio en el que el sordo se enfrenta con esta barrera suele estar ligado al ámbito familiar, alrededor del 95% de los sordos nacen en familias oyentes y en caso de que prevalezca la ignorancia respecto de la lengua y la cultura de los sordos, sus padres serán presa fácil de los consejos de los “especialistas en audición”, de los médicos y educadores que apelan al tratamiento o terapia, dando por sentado que la sordera es una enfermedad e ignorando a los sordos como sujetos de derechos y también como sujetos pensantes capaces de decidir por sí mismos, necesitamos aceptar a los sordos como lo que son, y no como el oyente quisiera que fueran, de manera que no se limite su desarrollo ni participación en las diferentes esferas sociales.

Cada vez que dos personas conversan en un mismo idioma, por el sólo hecho de hacerlo manifiestan una identidad que es propia y compartida, individual y social. Los sordos históricamente han llevado adelante una lucha para salir de la exclusión, y las condiciones sociales, políticas y filosóficas se fueron modificando, intentando erradicar esa visión medica instalada que ha perjudicado de distintas maneras, y de hecho lo sigue haciendo actualmente en nuestro país, pero procurando que emerja, aquí la segunda perspectiva, de un paradigma sociocultural que define a los sordos como una minoría lingüística y cultural y no como sujetos deficientes. Ellos tienen plena conciencia de su propia identidad colectiva, las situaciones históricas que han puesto barreras solo fueron empujones para visibilizar aún más su identidad. Como grupo colectivo se organizan, solo necesitamos aceptarlos y respetarlos.

Actualmente, la comunidad sorda se encuentra organizada a través de Asociaciones, en distintas provincias , en su gran mayoría nucleada en la CAS- Confederación Argentina de Sordos, que hoy en día, lleva adelante una campaña del cual no podemos ser ajenos, la Campaña por una Ley Federal de Lengua de Señas Argentina -LSA, esta institución tiene como visión que “las personas sordas de todo el territorio nacional gocen en plenitud de todos sus derechos, tengan acceso y participación en igualdad de condiciones, en todos los ámbitos de nuestra sociedad y en todas las formas que la persona sorda lo requiera para poder comunicarse y desenvolverse socialmente”.

El objetivo de la campaña es lograr que se apruebe una ley que tiene siete ejes fundamentales: 1) Reconocimiento de la LSA 2) libertad de elección y uso de la LSA 3) la LSA como lengua natural 4) Organismos legítimos de consulta, 5) La accesibilidad garantizada por el Estado 6) La enseñanza de la LSA, 7) La enseñanza para las personas sordas. Cada uno de ellos fundamentado, por eso Makku Lokinen (expresidente de la Federación Mundial de Sordos) dijo: “Sin los derechos humanos lingüísticos, no podremos alcanzar los otros derechos”.

Se está transitando un tiempo importante, donde los frutos van surgiendo de años tras años de invisibilidad, se va dejando atrás una visión enfocada en la rehabilitación de los sordos, y comienza ser relevante en una visión social, donde ellos son los protagonistas, demostrando la verdadera inclusión que es mirarnos tal como fuimos creados, sin falencia y capaces de realizar todo lo que anhelamos. Es esa mirada la que debemos adoptar, pues transitar ese camino nos acerca a una inclusión genuina. Para concluir, el poder aceptarnos y valorarnos como personas que portan y expresan la multiforme gracia de Dios, nos hace crecer y maravillarnos porque somos tan diferentes en muchos aspectos, y a su vez, únicos ante sus ojos.

La Fundación Luz de Vida trabaja fuertemente en “educar, prevenir y restaurar”, con el objetivo de fortalecer y revalorizar la función de la familia como agente fundamental en la socialización del sujeto en la transmisión de principios y valores, a través de talleres, escuelas para padres y atención personal en la oficina, ubicada en calle Alvear 731, primer piso, oficina Nº 2. Comuníquese al 388-4544620, o ingrese a nuestra página de Facebook: Fundación Luz de Vida. Puede escribirnos al correo electrónico: fundaciónluz [email protected] Contáctenos! Estamos para ayudarles!