Músico desde el vientre de su madre, Raúl Héctor Luere aprendió todo lo que sabe en el seno de su familia en Humahuaca.
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Músico desde el vientre de su madre, Raúl Héctor Luere aprendió todo lo que sabe en el seno de su familia en Humahuaca.
Hace casi unos 25 años que vive en Nápoles, Italia, donde fue padre de Raúl y Bruce y tiene encantados a los italianos con sus dulces y armoniosas melodías andinas que salen de los instrumentos de viento que él mismo fabrica.
Su camino ya estaba marcado por el éxito desde su juventud, cuando tuvo la fortuna de acompañar al destacado folclorista Jaime Torres con el que hizo giras por Japón, Suiza, Francia, Sudamérica y por toda la Argentina.
En junio de 1997 partió con destino a Italia a modo de aventura por sólo tres meses para visitar a unos amigos que una de las tantas giras le había dejado y fue ahí cuando le propusieron que se quede para hacer su música que tanto gustaba por esas tierras. Y así fue.
A pulmón logró alcanzar sus metas, se hizo conocido y muy querido, grabó tres discos producidos por él mismo en los que pudo plasmar temas de su autoría y grandes éxitos internacionales pero instrumentados con quenas y flautas como "Yesterday" de The Beatles, entre otros. Producciones que todavía se venden en Francia, España y Alemania.
Además de hacer música y estudiarla, les enseña a tocar instrumentos andinos a niños, como la quena, la flauta y el charango. A los de viento los fabrica él con materia prima que le mandan de Perú.
"Gracias a Dios tuve una gran aceptación en Europa con mis discos. Todo se trata de que lo que uno hace con pasión y emoción se pueda transmitir y hacer que la gente sienta lo que uno siente, eso es para mí el éxito", expresó el jujeño sabiéndose privilegiado por su suerte.
Comentó que entre los temas más pedidos por el público italiano está "El Cóndor Pasa", "El Humahuaqueño" y "No llores por mi Argentina.
"Me emociono muchísimo de sentir que nuestra música llegó hasta aquí. Yo pienso que la música no tiene banderas ni fronteras y eso es lo que pasa acá", dijo.
Pero pese a que su carrera musical es todo lo que él pudo llegar a soñar, hay en él un gran vacío por la distancia y el tiempo transcurrido lejos de su pueblo, de su gente y de la cultura norteña que lo vio crecer y convertirse en lo que hoy es.
"Ya son casi 25 años de estar acá y de nunca haber vuelto a la Argentina y eso me entristece y ya me siento un poco cansado. Quisiera volver", compartió desde su corazón pero como a muchos de los jujeños en el extranjero al ver la situación del país se desaniman de hacerlo.
Músico desde la panza
"Mi mamá Silveria era coplera y cuando estaba embarazada de mí y se iba a cantar me decía que yo ya sentía la música desde adentro de su panza y no la dejaba cantar.
En mi casa eran todos músicos, mi abuela cantaba, mi padre tocaba el acordeón con mis tíos. En esos tiempos era como una norma que todo el mundo tenía que cantar, bailar o tocar algún instrumento".
Cuando ella falleció a los 44 años de edad, una tarde en Humahuaca triste y junto a su guitarra le compuso un tema al que llamó "Ángel Andino". "Comencé a tararear una música y no sé si es que era ella la que me estaba dictando las notas pero fue ahí que compuse esa canción", canción que en Italia junto a un amigo director de orquesta le hicieron unos arreglos y la grabaron. Fue todo un éxito.
"La música es lo mejor que puede haber creado Dios. No puedo imaginar al hombre sin ella. Música es lo que hice toda mi vida y lo seguiré haciendo mientras pueda", sentenció el humahuaqueño.