Por Jorge E. Albarracín
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Por Jorge E. Albarracín
Hace 12 años en el Día del Amigo, partía silenciosamente don Andrés Fidalgo, hombre comprometido con la literatura de Jujuy, desde su obra y en relación a los demás creadores en el mismo ámbito. Cinco días antes se había despedido Miguel Ángel Pereira, otro gran amigo de las letras y que había accionado junto a Fidalgo en el ámbito institucional de los escritores de Jujuy; y ambos, fueron fundadores de la entidad local y partícipes de diversas publicaciones con iguales fines.
Hoy como ayer, los recordamos como Amigos Creadores y seres humanos preocupados por dejar huellas que trasciendan sus días, en sus obras y en sus actos. Quedan sus libros como testimonios de sus pensamientos y creaciones. También quedan, para todos aquellos que tratamos y conocimos personalmente a ambos escritores, los momentos positivos que debemos recuperar, en esa búsqueda insomne de llegar a un mundo ideal, donde todos los hombres se abracen solidarios, se reconozcan más allá de las diversidades y de los intereses materiales.
Fidalgo y Pereira dejaron mensajes, para la continuidad de la luz, en un paisaje creativo, donde la palabra escrita nos lleva a descubrir lo profundo del drama humano, el sentido de su existencia y su finitud inexorable.
Porque ambos amigos han sido hombres de letras y orgullos de nuestra amada tierra jujeña, son merecedores que los recordemos con sus propias palabras y por eso, de Andrés Fidalgo elegí: Jujuy VII a Esteban Echeverría: "Celebrando la gente y el paisaje / de esta provincia, niña de la altura, / yo creí exaltar el fiel linaje / de la patria raigal, su estirpe pura. // Al cantar la comarca, el paisanaje, / los infinitos campos en su dura / labor, la corta vida que aquí traje, / quise testimoniar con voz madura. // Pero no fui entendido. El mundo digno / que propusiera de diversos modos / quedo, bajo anatemas, sepultado. // Y ahora, escaso de fuerzas, me resigno / sin esa tierra que me diera todo, / a la cruel condición del expatriado". (De aproximaciones a la poesía - 1990 - página 25).
De Miguel Ángel Pereira, de su libro "De Aquí" (1959 - página 59) elegí un fragmento de "Los Humildes": "Porque tienen el corazón limpio y las manos sucias de trabajo. Dolido el cuerpo de fatigas y cansada la vida de injusticias. / Porque tienen el alma abierta a cabales entregas generosas y cerrado el pecho a mezquinos intereses.
Ingenua fe de niños y bondad genuina aflorando de continuo. / Porque sienten y no piensan como el sol la luz que da y sus colores y hay en ellos una fecunda lealtad de tierra germinada. / Porque tienen la mansa generosidad del río que se desborda fertilizando y la bravura de sus crecidas impetuosas. / Porque hay en ellos la sufrida permanencia del árbol en la playa dando sombra y leña sobre piedras y corrientes. Humildad de flor silvestre y guardado silencio de montaña. / Por eso estoy con los humildes...".
Reconocemos en este 20 de julio, en el Día del Amigo, las palabras de Andrés Fidalgo y Miguel Ángel Pereira, como la mejor impronta para recordar "una fecha de todos" y en particular de estos dos grandes de las letras de nuestra provincia, que hoy, en esta época de tanta tristeza, por la pandemia que vivimos, y por todos los amigos que se fueron para siempre y se hacen presentes y nos alientan a continuar con el más hermoso de los cantos: el canto a la vida.