Conquistar una cima, desafiar las alturas, el clima y todo lo que la naturaleza ofrece en una travesía implican una satisfacción enorme para cada montañista que se anima a esta aventura y mas aun cuando el desafío es compartido.
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Conquistar una cima, desafiar las alturas, el clima y todo lo que la naturaleza ofrece en una travesía implican una satisfacción enorme para cada montañista que se anima a esta aventura y mas aun cuando el desafío es compartido.
Hugo Rolando Martínez, acompañado por "Yanay", una perra rottweiler de 2 años, y junto al Club Andino Jujuy, hizo hace poco cumbre en El Morado, un cerro de más de 5.000 msnm ubicado en plena Puna jujeña.
Yanay, compañera de Hugo en senderismo y trekking, fue alentada por su dueño para subir la montaña y pasar a otro nivel: el montañismo. Y aunque fatigada por la exigencia del camino, Yanay recibió los honores de hacer cumbre junto al grupo.
"Yo amo los perros. Siempre tuve perros, pero cuando se me murió el último de grande, dije que no tendría más por un tiempo, porque me gusta el trekking, viajar y los perros sufren cuando viajás. Resulta que un amigo me llevó esta cachorra de 40 días en su momento y me la quedé. En Humahuaca la conocen todos, porque es sociable, la saco a todos lados. En capital también me gusta sacarla al parque lineal. En las caminatas, siempre la llevé y es muy sociable. Esta vez, mis amigos me dijeron que hagamos El Morado y me propusieron llevar a Yanay", dijo Martínez.
Y relató que "antes ella hizo cerros de 3.000 metros, pero nunca de 5.000. Tuvimos en cuenta muchas cosas, vendas para sus patas, hidratación, cuidados; pero llegó de lo más bien. Con el cansancio obvio, pero llegó bien", expresó orgulloso del trabajo de su compañera.
Remarcó que lo que hizo su perra "fue inspiración para muchos ya que, aunque esté gordita, llegó de lo más bien. Yanay es como mi hija, es muy compañera, muy mimada. La conocen todos. Y aunque es buena, siempre la tengo que llevar con correa porque todos le tienen miedo".
Envalentonado con la proeza de Yanay, ahora el montañista subió la apuesta y planteó nuevos desafíos para él y su mascota: "Con más confianza me animo a escalar otras alturas con ella. Si con 5.000 metros lo hizo tan bien, con Puna, sequedad y todas las condiciones adversas en un cerro con un alto nivel de dificultad, tenemos que seguir entrenando. En algún momento me gustaría hacer El Chañi con ella".