Nuevamente la parroquia San Pedro y San Pablo del barrio San Pedrito, fue el blanco elegido por un malviviente que luego de ingresar por el hall principal y sortear varios escollos, logró acceder al interior donde se apropió de todos los sobres que se encontraban en la urna de Cáritas y de varias prendas de vestir del ropero comunitario.
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Nuevamente la parroquia San Pedro y San Pablo del barrio San Pedrito, fue el blanco elegido por un malviviente que luego de ingresar por el hall principal y sortear varios escollos, logró acceder al interior donde se apropió de todos los sobres que se encontraban en la urna de Cáritas y de varias prendas de vestir del ropero comunitario.
El párroco Miguel David Aciar Díaz lamentó este nuevo hecho de inseguridad que registra el templo pese a todas las medidas de seguridad adoptadas con la finalidad de poder detener el accionar de los malvivientes sin que hasta el momento se haya logrado concretar este cometido.
Sobre los hechos
El hecho se registró el pasado domingo a plena luz del día, entre las 12.45 y las 14 cuando un hombre de entre 20 y 25 años ingresó al hall del lugar saltando la reja que da sobre la calle Zegada Oeste, para transitar por una galería que da a la administración y desde allí a un sector donde hay una mampara que luego de romper accedió a una terraza donde rompió el vidrio de una ventana.
En el interior del templo destrozó una pesada urna de acuerdo a la descripción brindada por el padre Aciar Díaz a El Tribuno de Jujuy donde se apoderó de todos los sobres conteniendo dinero destinado a la colecta de Cáritas, "razón por la cual no se puede precisar la suma de dinero robada", afirmó el sacerdote.
El padre Aciar Díaz afirmó que desde el robo anterior se dispuso la presencia de un policía que permanece en el lugar las 24 horas y por causas que desconoce el efectivo que debía cumplir con la guardia no estuvo presente prestando el servicio.
El último robo se registró el 20 de marzo del año en curso, en enero del 2020 tres veces ingresaron a robar y destrozar elementos varios, por lo que de acuerdo a los dichos del responsable de templo ya perdieron la cuenta de las veces que ingresaron los malvivientes al templo.
"Siempre estoy intranquilo, porque no se puede dejar el lugar sin vigilancia. Me ausenté solo dos horas para poder almorzar con mi madre de 75 años y nos ocurre esta situación", posteriormente afirmó el religioso que son muchos los gastos que ahora deberan enfrentar, especialmente por los destrozos realizados.