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Disponibilidad de agua para uso agropecuario

Jueves, 29 de julio de 2021 01:03

ERNESTO ALTEA, INGENIERO JUJEÑO

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ERNESTO ALTEA, INGENIERO JUJEÑO

El propósito de esta nota es llamar la atención sobre la gravedad de la cuestión y sus posibles soluciones, aportando información resultante de estudios realizados por el Ministerio de Desarrollo Económico y Producción (Mdep), la Dirección Provincial de Recursos Hídricos (Dprh) del Ministerio de Infraestructura, la Comisión Regional para el Estudio de la cuenca del río Bermejo (Corebe), la Fundación Jujeña para el Desarrollo Sustentable (Fujudes), que se materializaron en el Plan de Aprovechamiento Integral de la Cuenca del río San Francisco y Tributarios, tarea coordinada por la Comisión del Agua que se reunió en la Ugich durante los años 2017 y 2018, cuya síntesis se expone a continuación: La provincia de Jujuy tiene una superficie total de 5.300.000 has (hectáreas). Unas 220.000 se consideran aptas para la agricultura. Actualmente cuenta con 117.000 has empadronadas para riego, el 93% con permisos permanentes y el 7% restante eventuales, alcanzando a 2.850 usuarios. Como vemos, si se incrementa en los servicios de riego, el área de cultivos podría casi duplicarse expandiéndose en unas 100.000 has. Sin embargo, Jujuy está en una etapa donde el crecimiento de su área sembrada se ve limitado por la disponibilidad de agua, ya que el río Grande, principal aportante, tiene comprometido más del 85% de su capacidad. El aumento del consumo humano, energético, industrial y pecuario hace que la disponibilidad para riego esté en franca disminución, situación agravada por la creciente colmatación de los diques de almacenamiento, con la consecuente disminución de capacidad de embalse y volumen útil disponible. Para alcanzar el objetivo de incrementar la disponibilidad de agua para uso agropecuario, la Comisión del Agua analizó dos alternativas complementarias que apuntan a minimizar pérdidas por conducción (A) e incrementar la capacidad de almacenamiento mediante la construcción de nuevos embalses en lugares estratégicos propuestos por Corebe (B). Resulta obvio que antes de invertir en la construcción de nuevos embalses, la prioridad es minimizar las pérdidas de agua. Por ello expondremos ahora la alternativa A, dejando la segunda para una próxima entrega.

Estado de situación del riego en la zona productiva. Del agua disponible actualmente se estima una pérdida del orden del 60-70% por ineficiencia del sistema de captación, conducción, distribución y aplicación en finca.

Los canales de riego generalmente están construidos sobre terreno natural por lo que se registran pérdidas por infiltración, resultando evidente la necesidad de revestir dichos canales a fin de minimizar dichas pérdidas. La Dprh relevó 988 km de canales de conducción y distribución en la zona de los Valles y Ramal, y estimó un costo de revestimiento por kilómetro, para una sección de 0,80 x 0,60 metros de 75.000 US$/km. La inversión estimada para revestir la totalidad de los canales sería de US$ 74.100.000, que realizados en un programa a diez años, requeriría US$ 7.400.000/año.

Conclusión: Si actualmente se riegan 117.000 has, estimando una pérdida por todo concepto del 60-

70%, y suponiendo se revistiese la totalidad de 988 km de canales mejorando la eficiencia un 50%, con la misma agua disponible actualmente se podría regar unas 60.000 has nuevas, con un costo por ha de US$ 1.235. Para que la inversión en revestimiento de canales de riego resulte eficiente, además de aplicar al canon un valor acorde a la escases del recurso, será necesaria una política simultánea de concientización y capacitación para agricultores y usuarios sobre sistemas modernos de riego, apuntalada con líneas de crédito a largo plazo que posibiliten financiar las inversiones requeridas para la implementación de estos sistemas. Pero para avanzar en la solución integral que garantice disponibilidad de agua para el desarrollo socioeconómico de nuestra provincia, lo que incluye agua para uso domiciliario, industrial, etc., debemos tener en cuenta que las precipitaciones en Jujuy son de régimen monzónico concentrándose el 75-80% en la época estival, disminuyendo a partir de abril y haciéndose críticas entre agosto a noviembre, período en el que se produce la mayor demanda de agua, por lo que se genera un dramático déficit de abastecimiento. Por ello resultará necesario emprender en el mediano plazo obras de acumulación o embalse, de manera de poder cubrir dichos períodos de sequía.

Por lo expuesto resulta evidente la necesidad de una política de Estado para el agua cualquiera sea el signo político del Gobierno de turno, que lleve adelante un plan de aprovechamiento integral de la cuenca del río San Francisco y tributarios, acompañada por el sector privado, tal como fue en su momento el Paso de Jama, donde los jujeños trabajamos todos juntos para que se concrete un proyecto de importancia vital para Jujuy.

(*) Copia de toda la documentación sobre la cual se basa esta nota puede consultarse en la Copej o en los organismos arriba mencionados.

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